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Honduras, nuestra casa…¿EN DESALOJO?

cmCarlos Méndez

Honduras, es nuestra casa. En ella vivimos más 8 millones de habitantes. Nuestra casa ha sido bendecida con una impresionante diversidad de recursos naturales vestido con los colores maravillosos de su flora y fauna, en sitios espectaculares como la Mosquitia hondureña, patrimonio de la humanidad; nuestra casa también, son las históricas Ruinas de Copán y su cultura maya. Es nuestra también, la enorme costa caribeña, bañada por el Atlántico y repleta de pueblos garífunas nuestros hermanos, hombres y mujeres. Allí están las increíbles Islas de la Bahía con su eterno encanto. Nuestra casa tiene además, ríos caudalosos como el Ulúa el río Chamelecón, el Aguán, el Tinto o Negro, el Patuca, y el río Plátano entre otros. Honduras, nuestra casa, es también rica en recursos mineros de gran valor como hierro, oro, plata, granito, carbón, cobre, mármol, basalto etc. etc.

Por si fuese poco, Honduras, fíjese bien, es el centro geopolítico del mundo. Somos el estrecho idóneo para el comercio internacional Aquí está la franja delgada territorial para unir a los dos océanos para lo cual se cuenta con Amapala, en el Golfo de Fonseca y Puerto Castilla en la costa atlántica. Así, la mercancía que viene del Pacifico asiático ya no entrará por San Francisco California que es el puerto que tiene los Estados Unidos en esa zona. Todo eso entrara por Honduras, más rápido y barato. Para ello, está casi listo el famoso canal seco, para unir al puerto de la Unión en el Pacifico salvadoreño con Goascorán en Valle, pasando por Comayagua hasta Puerto Cortés, y más tarde Puerto Castilla, en el Atlántico.

Nos hemos convertido en el punto geográfico y político de una vasta importancia económica y estratégica global para los EE. UU. y compañías transnacionales; inclusive militarmente.  Honduras fue siempre ambicionada; desde que Inglaterra se interesó en el siglo XIX, por un ferrocarril interoceánico.

De pronto, Honduras entra a formar parte de un ensayo estratégico de explotación de nuestros recursos a gran escala y por ello, con mucho calculo, a espaldas del pueblo, se viene preparando a los gobiernos hondureños bajo la obediencia estadounidense a propiciar las condiciones jurídicas, infraestructurales y políticas para que nuestro territorio sirva para ejecutar un modelo de despojo de recursos y territorios para lo cual sus defensores nos hablan que “seremos a cambio beneficiados sin abasto, con trabajo a millones de desempleados y desarrollo en abundancia” con lo que nos dicen una mentira tan antigua como la de los conquistadores españoles que dieron baratijas o pedazos de hojalatas a cambio del oro y los metales preciosos de nuestros indígenas hace más de cinco siglos con resultados fatales. Hoy en pleno siglo XXI se trata, sin tanta vuelta, de la entrega de nuestro territorio a compañías extranjeras y que ya comenzó desde hace rato, con las concesiones escandalosas de nuestras minas y ríos sin ningún reparo ambiental, y ahora la de territorios completos, agrupados en 16 regiones según dictamina el actual gobierno para lo cual, ya se eligió con Amapala, Alianza, y Nacaome en el sur para empezar y también la mitad de territorios de la costa caribeña ubicados entre el Rio Sico y Trujillo habitados por garífunas, en donde se prevé construirán sus “ciudades modelos”.

Para seguir este libreto de despojo, el actual Presidente de la República y el Partido Nacional, reformó la Constitución desde 2010-2013, violando principios elementales de soberanía y de derechos de los pueblos originarios porque estas ciudades, según las reformas serán un Estado dentro de otro Estado ya que tendrán tal autonomía que podrán hacer “sus propias leyes y reglamentos”.

Honduras, nuestra casa, de nuevo vuelve a ser utilizada por Estados Unidos y con la complicidad de gobernantes sumisos y las élites económicas locales, para un ensayo nefasto a cambio de baratijas y que lo que busca, en el fondo, es la acumulación capitalista de multimillonarios y el desarraigo brutal de compatriotas de sitios enteros ya que serán obligados a salir para construir las famosas ciudades porque sus ideólogos como Paul Romer sostienen que para construir dichas urbanizaciones “los territorios deben estar deshabitados” y con unos fueros o estatutos garantizando una serie de normas que son ejecutadas por un gobierno existente o conjunto de gobiernos”.

En este mega ensayo de negocio alucinante, de largo alcance impulsado por Estados Unidos en Honduras, y que pone en cuestión la sobrevivencia del propio Estado es necesario un gobierno o gobiernos, hechos a la medida de Washington para darle continuidad y seguimiento a dicho proyecto. Y es aquí, no es broma, donde harán “todo lo que se tenga que hacer” para apoyar y sostener logísticamente, incluso, una re elección inconstitucional con su abigarrada dictadura para los años que a ellos les dé su “regalada gana”.

 

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