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Día de la independencia

“Libertad política sin igualdad económica es una pretensión, un fraude, una mentira; y los trabajadores no quieren mentiras”

Mijail Bakunin

Como a las 4:00 de la mañana se levantó Jennifer, una estudiante del tercer año de ciclo común. Dos mil setecientos lempiras (casi dos tercios de un salario mínimo) le ha costado el uniforme de la banda de guerra para ir “nítida” a celebrar la fiesta cívica del 15 de septiembre. Durante el evento hubo paracaidistas y actuaciones que aludían al gran trabajo del ministerio de Seguridad en Honduras (¿?). El presidente de la República se vio muy satisfecho y se regodeaba de risas y sonrisas mientras otros lo que tenían era un rictus.

Por otro lado, los movimientos populares tenían su fiesta también, a lo largo del boulevard Morazán hasta llegar al centro de la capital. Los obreros, estudiantes y allegados a LIBRE y la Alianza de Oposición desfilaban pidiendo a Juan Orlando que desista de su idea de “cuatro años más”. Todo avanzaba tranquilo mientras gente como Olivia Zúniga (hija de la asesinada Berta Cáceres), Fedra Thibaut, la ex comisionada María Luisa Borjas, Fredis Cerrato y “Corazón Azul” (entre otros) aprovechaban el momento para realizar propaganda a su favor.

Todo caminaba a buen pie, hasta que a la altura de Globo Tv, había otro desfile, uno de policías y militares con cascos, escudos, toletes, bombas lacrimógenas etc. Los estudiantes del MEU no dudaron en gritarles y lanzarles lo primero que encontraban a su paso y como era de suponer caían como confeti las plaquitas de o-clorobenzilideno malononitrilo (gas lacrimógeno).

Mucha gente tuvo que correr ante el espanto de respirar este malicioso gas. Niños, ancianos y mujeres embarazadas como la esposa de Salvador Nasralla, estaban dentro del grupo de personas afectadas, algunos hasta pasaron el día en el hospital. Sin embargo, la caminata siguió y de nuevo, frente al “On the run” que se sitúa en la entrada del Boulevard, los policías volvieron a lanzar bombas y golpear a quienes hallaban a su paso, esta vez, sin razón aparente.

Lo que más llamó la atención fue ver que los policías gozan de dotes artísticos, andaban cámaras y estaban retratando la marcha mientras sus colegas esparcían terror a diestra y siniestra. Seguramente luego se les verá escribiendo poesía como el “poeta chafa” y pintando murales o mejor aún en vez de armas portarán guitarras y bongoes…

Luego todo volvió a la calma, la gente siguió su éxodo hacia la plaza central muy bien resguardada por unos 400 policías militares, se sentía una tranquilidad exorbitante, una paz extraordinaria al ver aquellos centenares de servidores de la seguridad pública, vestidos como si fueran a una batalla campal. Por otra parte, las bandas de guerra, conjuntos musicales, palillonas estudiantiles  y las palillonas LGTB alegraban el ambiente mientras lo llenaban de color y gracia.

Al fin, en la plaza central algunos aspirantes a diputados y el propio Manuel Zelaya Rosales, lanzaron sus discursos en contra de le reelección y las malas costumbres de los últimos gobiernos, mientras llamaban a votar en plancha por los aspirantes de Alianza Opositora el evento terminó en buenos términos y todos a su casa a ver a Jennifer en “los desfiles patrios” por televisión.

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