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Disociación del hondureño: Aquí no pasa nada

América, te lo he dado todo y ahora no soy nada.
América, dos dólares y veintisite centavos. 17 de Enero de 1956.
No aguanto mi propia mente.
América, ¿Cuándo pondremos fin a la guerra entre seres humanos?
Que te jodan a ti y a tu bomba atómica.
No me siento bien, no me molestes.
No pienso escribir este poema hasta que esté cuerdo.
América, ¿Cuándo nos portaremos bien?
¿Cuándo vas a desnudarte?
¿Cuándo vas a mirarte a través de la tumba?
¿Cuando serás merecedora de tu millón de trotskistas?
América, ¿Por qué están llenas de lágrimas tus bibliotecas?
América, ¿Cuándo enviarás tus huevos a India?
Estoy harto de tus absurdas exigencias.
¿Cuándo voy a poder ir al supermercado y comprar lo que necesite con mi cara bonita?
América, después de todo, somos tú y yo los que somos perfectos, y no el otro mundo.
-América, Allen Ginsberg-

REDACCIÖN/Magdiel Midence

El temblor es insoportable, los ojos me arden y no tengo noción del tiempo; trato de callar, de hablar en tercera persona, de no equivocarme pero aquí eso es más difícil que tirarse un par de piedras o intoxicarse en alcohol, incluso es más fácil conseguir varios gramos de coca, tan fácil como salir a un bar y preguntar quién vende: El centro de Tegucigalpa está infectado de pequeños traficantes.

“Perro, nosotros le pagamos extorsión a tres pandillas y si no, nos matan, ya no se puede vivir en esta ciudad, uno no confía ni en la propia sombra”. Relata un taxista de una ruta capitalina.

Recuerdo los días de universidad; una pedagogía basada en las competencias, la pérdida del humanismo. El hombre se convierte en una herramienta incapaz de pensar por sí misma, un ente que carece de cualquier reminiscencia de sentido propio; nos estaban preparando para el futuro, un futuro de autores materiales, los esclavos de las maquilas (llámense colcenters). Las pandillas políticas y antisociales no te dejan crecer ni emprender ni teorizar, nos disocian del espíritu para amarrarnos a una máquina.

La redes sociales se saturan de fanatismo político, futbolero, religioso y a veces hasta literario. No puedo con las noticias; barricadas, muertos, más barricadas y más muertos. Nicaragua sucumbe ante una revolución fallida y poco tolerante a la verdad; “QUE SE RINDA TU MADRE” grita el pueblo en las calles. Honduras es un manojo de nervios que jadean en la asquerosidad de un gobierno inútil que se vale del cinismo para robar, matar y destruir. Guatemala me entristece y me alegra de a ratos, con un sistema convulso y sin cabeza. El Salvador…

 

 

“A Danielito lo encontraron desmembrado y encostalado, aquí uno no tiene derecho ni a sonreír porque lo destrozan con un rictus”. Solloza la mamá de un obrero asesinado a mediados del 2017 en Comayagüela.

Cada día uno escucha decir que algún familiar, amigo y/o conocido ha muerto a causa de una dolencia derivada del estrés por las deudas, la violencia, la separación física y emocional de la familia o cualquier cosa que altere el estado de ánimo de las personas.

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Titular de Diario Tiempo.

Los hospitales, tristes garabatos de una lucha perdida hace siglos y Honduras; dicen que hasta el amor duele cuando te quedás admirando cómo los colores se vuelven una escala infinita de amarillos a medida se asoma lo real; los pobres ya ni tienen adjetivos para tasar la calamidad, las ratas roen con más fuerza el hilo conductor de la verdad y los hospitales (de nuevo) albergan todas las tristezas posibles: El Mario Mendoza, se ha vuelto un recinto de las esperanzas disolutas; cada día gana más adeptos, sin hablar de los suicidas.

Uno no sabe cuando expresar que le agrada “x” o “y” situación porque puede desencadenar una agresión. Particularmente llevo tres días sin dormir porque los excesos psicológicos me han llevado a depender de “medicamentos controlados” para poder subsistir en esta sociedad, sin embargo, aquí uno no puede darse el lujo de enfermarse sin sentirse asaltado por la inconformidad; es difícil llegar a una farmacia y pedir que le vendan clonazepam sin que el farmaceuta lo estudie y probablemente diga que no venden ese producto para no exponer honestamente que a su juicio uno es un drogadicto y a saber qué diablos irá a hacer con esa prescripción de la que depende que su vida no corra peligro (generalmente farmacia Simán de Toncontín y todas las Kielsa).

 

«Ella no cree en amar
así vive la vida y no piensa cambiar
tu eres mi diabla, tu me haces pecar
prende el OG Kush que me quiero marear
ella me pregunta que si soy cantante
le digo que no, que somos traficantes

Ella es una diabla
se trasforma en la cama
se le viran los ojos para atrás
quiere que yo le de más
ella no quiere parar (x2) »

-Bad Bunny-

Por otra parte, la cultura pop no colabora en la correcta asimilación del individuo en la sociedad, todo el entretenimiento se basa en la vanidad de lo perecedero (tecnología de la obsolescencia) y la cosificación del individuo; la banalización del respeto, por decir algo, íconos del trap como Bad Bunny resaltan la disminución del prógimo para enaltecer el yo, mostrando el asesinato y el robo como actos heróicos.

“La ola de femicidios en Honduras no se detiene. Más de 52 mujeres fueron ingresadas – en los últimos 30 días- a las morgues de San Pedro Sula y Tegucigalpa”. Expone una nota de Proceso Digital, sobre los primeros 30 días del año en curso.

Luego, la suspicacia invade cada centímetro del territorio nacional para infortunio de la paz colectiva, es decir, te socava el pánico expresarle a otra persona que te parece encantadora o que simplemente te simpatiza por la presión que ejercen las tendencias sociales reflejadas en las incidencias y reincidencias de violencia que atacan la actualidad, sólo nos queda agachar la cabeza y no ver ni decir nada, la interacción social se reduce a mera comunicación estándar (textualizada).

Por otro lado, el día comenzó de nuevo, el terrorismo informativo presenta a la chilindrina bailando reguetón… Un hombre casi muerto en un accidente de autos, el madero de Jesús es arrancado del cuerpo inerte; Suyapa, tan chiquita y milagrosa. Es 3 de mayo y Nicaragua amaneció con seis heridos y un muerto en la UPOLI, una trinchera donde se alumbran los sueños de quienes sufren los balazos institucionales (no es una realidad alejada de la hondureña).

Hoy Mismo, celebra el día de la libertad de información mientras los periodistas desaparecen y nadie da razón de nada porque a nadie le interesa, mientras otros coquetean con ideas progresistas pero reciben onerosos sueldos por parte de la institucionalidad política de turno. Mis manos ya no responden, HCH informa que todo está bien pero la gente se desgarra en un «ES PA’ FUERA QUE VAS»:

La libre expresión en Honduras es un bozal enorme donde mueren los que hablan. Según el CONADEH, en el 2017 fueron asesinados 75 periodistas ¿Y los abogados?, hay varios presos políticos y más de 30 civiles asesinados, luego de las elecciones, por defender la democracia de su tierra, que también es de fantasía .

¿Honduras está cambiando?¿Muriendo? y no pasa nada…

 

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Campaña por los 34 muertos durante la crisis post-electoral

 

 

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