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El humor en tiempos del cólera

Carlos Méndez (*)

Tegucigalpa, Honduras |Reporteros de Investigación

Los mensajes que la gente garabatea en las manifestaciones de las grandes ciudades de Honduras y que ahora se canalizan por otros medios como los encuentros deportivos,  graduaciones académicas, hasta llegar a redes sociales electrónicas, son algo más que instrumentos para canalizar descontento ante la crisis profunda en el cual se ve inmersa la sociedad hondureña. Son poderosas formas de comunicación masiva en donde se cultiva  el humor y la risa como recurso terapéutico que la gente recrea para sujetarse con irreverente agarradero para que los opresores no nos arrebaten la alegría, la que también se han propuesto asesinárnosla. Es entonces, que desde las leyendas callejeras y redes sociales, se disparan  capsulas divertidas como balas, incisivas, irreverentes, picaras, apuntando siempre al blanco de un desgobierno, malandrin y frío, que se ha tomado muy en serio jorobarle la vida a todo un pueblo que soporta con paciencia franciscana la hora de que esto acabe. 

Hay que defender la alegría con la broma de un machete desenvainado, porque, el mal humor de los del poder asaltado, con buen humor se paga.  El pueblo irrumpe con desenfado glorioso regalándonos en la protesta rápida,  risa gratuita y  la alegría consabida de hacer catarsis social colectiva.  Y para ello, la gente no necesita inventarse nada.

Simplemente recurre a cualquier ingenuidad carrasposa que vomite algún  burócrata venal de altos vuelos para morirse de la risa en momentos cruciales de vida o muerte para la patria, donde prolifera la injusticia, el desempleo, el alto costo de los alimentos,  el agua o luz, la corrupción y los señalamientos letales de que este “gobierno” y sus funcionarios más encumbrados  está untado criminalmente hasta allá, donde dijimos, con el narcotráfico y la violencia.

Entonces, surge cualquier tontería que luego son restregados con textos e imágenes graciosas. ¡Como no reírse de un pastor irredento desaparecido por estos “Díaz” que en sus gestos y modo de hablar se quiere parecer como calca fiel a su Jefe mayor Bonapartista y que sin vergüenza alguna dice que cuando llaman al “Hombre” a Washington es para admirarlo como “héroe” por su combate al narcotráfico. (¿?’) O esta de antología para el libro Record Guines:  ¿Cuánta gente ha reído por la expresión de la década: “Con Nayib Bukele nos parecemos en muchas cosas; he sido un buen ejemplo para él y su forma de gobernar”. (…) o, ésta de antología: El Jefe del Estado Mayor de las FFAA dijo recién para el libro Record Guines: “Nosotros no sabiamos que los Valle Valle y los Cachiros eran narcos”.

En otro lado, en millones de celulares, a todo color sale un hondureño ataviado ligeramente en calzoncillos frescos, en el mismo infierno, todo relajadón. En eso, el mero Lucifer jefe del averno le pregunta a su asistente: Y este cabrón qué onda? Y le responde aquel: Dice que era de Honduras y que allá estaba peor.  

Ahora entiende Ud. ¿por qué el Hombre y sus cobardes alabarderos , quiere penalizar el uso “indebido” de la protesta en las redes sociales. No es para reírse, pero hay que hacerlo mientras tanto.

(*) Periodista

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