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Zizek y el Coronavirus

Por: Rossel Montes
El pensador esloveno Slavoj Žižek (Liubliana, 1949) posiblemente uno de los pensadores más importantes en la actualidad y uno de lo mas controvertidos. Zizek es un pensador inusual, los hay y siempre los ha habido, algunos lo llaman el “Rockstar” de la filosofía o académico o “intelectual celebrety”. 
Pero Zizek no solamente es polémico o un Rockstar académico a lo Sartre, sin que es un sesudo lector de Hegel, si, Hegel, el autor de la «Fenomenología del Espíritu», la misma obra que daba muchos dolores de cabeza a muchos que deseaban iniciarse en la obra de este pensador alemán, sobre todo porque a decir de Marcuse la ontología de Hegel es oscura tanto como la de Heidegger, con la cual Marcuse hace una lectura Heideggeriana de la ontología hegeliana y la teoría de la historicidad. Lector de Heidegger, e influenciado por Lacan, Zizek es un pensador Post-lacaniano al igual que Alain Badiou, Ernesto Laclau y Chantal Mouffe; nos encontramos ante un pensador pos-estructuralista de la talla de autores como Derrida o Foucault diera al escenario filosófico occidental. 
Filsofo, sociólogo, crítico literario, critico cultural, crítico de cine y sobre todo crítico de la sociedad capitalista y sus excesos. La filosofía es un saber radical como argumentaba en un antigua´o artículo mío de inicios de enero, es radical porque busca ir a las raíz de las cosas, tal como la ontología o la filosofía primera de los antiguos griegos (Parmenides) de Kant a Heidegger( Ontología fundamental) , de Heidegger a Castoriadis con la ontología magmático de la creación y la culminación-irrupción de la ontología analéctica de la liberación con el profesor Enrique Dussel desde los años 60 a la actualidad. 
Zizek es un heredero de las ontologías de la metafísica occidental, con las cuales el debate y ha logrado construir un edificio teórico considerable. Nuestro pensador logra irrumpir en la escena teórica con su obra «El sublime objeto de la ideología” en 1989, una serie de ensayos que intentan hacer una relectura pos-marxista del papel de la ideología en las estructuras del capitalismo tardío, intentando superar las viejas discusiones althusserianas de la ideología y los aparatos ideológicos del Estado, igualmente las discusiones de Foucault y Nicos Poulantzas sobre la dinámica del poder político en las sociedades de masas. Dicha obra prologada por Ernesto Laclau va en sintonia con las discuciones iniciadas por el Post-marxismo de » Hegeonía y Estrategía socialista de 1985 de Laclau y Mouffe. Ya Laclau nos arvierte sobre el sintoma de la obra, el concepto de ideología, la idea de democracia radical, la nueva polémica sobre Freud desde Lacan y la fortísima carga semiótica muy propias de las posturas post-estructuralistas.
En estas últimas semanas hemos visto las opiniones de varios pensadores sobre la actual crisis sanitaria y pandemia del Coronavirus y su impacto en la dinámicas de las relaciones sociales y el macro modelo capitalista, para muchos insuperable e incapaz de sufrir daño alguno, desde Chomsky, Judith Butler, Giorgio Agamben y Byung. Chul-Han han vertido distintas opiniones desde sus respectivas especializados sobre el impacto de la epidemia a nivel global. Muchas veces con posturas encontradas.
Chul Han, su pesimismo y su “realismo” a lo Pareto. Zizek asevera que el virus le dará un golpe fuerte al capitalismo, al no poder manejar este todo las consecuencias éticas y societales de este; jamás aseveró que esté podría acabar con el capitalismo. Zizek un poco más optimista que este otro pensador. Creo que si es un duro golpe a la economía de mercado, donde este tipo de epidemias deja entre dicho la capacidad y vulnerabilidad del capitalismo de hacer de la salud una mercancía más, tal como hacia denunciado Marx del capitalismo respecto del obrero en el siglo XIX; un simple valor de cambio. Tal como denunciará muchos teóricos como Bauman, Lipovetsky, U. Beck el capitalismo exacerba la naturaleza individual de los vínculos sociales en detrimento de lo comunitario de la ontología social de lo humano. El capitalismo no caerá, pero si recibirá un estruendoso movimiento. Chul-Han nos dice:
¡El virus no vencerá al capitalismo. La revolución viral no llegará a producirse. Ningún virus es capaz de hacer la revolución. El virus nos aísla e individualiza. No genera ningún sentimiento colectivo fuerte. De algún modo, cada uno se preocupa solo de su propia supervivencia. La solidaridad consistente en guardar distancias mutuas no es una solidaridad que permita soñar con una sociedad distinta, más pacífica, más justa!
Byung Chul-Han un poco más escéptico respecto de Zizek de las posibilidades de que el virus genere cambios a nivel societal y en la dinámica del capitalismo globalizado. El capitalismo desde sus orígenes mediterráneos tal como lo estudiara el historiador Fernand Braudel y economistas como Paul Sweezy y Emmanuel Wallerstein ha creado un tipo de sociedad que individualiza al individuo a la saciedad, es cierto que no ha existido otro modo de producción mas productivo en la historia, pero es al mismo tiempo el más destructivo con la naturaleza y con el potencial humano y la dignidad humana. No comparto con Chul-Han y el que comparta la opinión de este pensador y lee mi escrito quiero que manifieste el porqué; el virus nos aísla, cierto, no genera ningún sentimiento colectivo fuerte, podría ser cierto, pero la generación de un sentimiento de colectividad y solidaridad organiza siguiendo a Durkheim es el mismo capitalismo, previamente a la generación de virus y caos bursátil, el capitalismo exacerba los ámbitos de la naturaleza ontológica dual del ser humano, su ámbito colectivo e individual, y en esta tiene mucha razón Seyla Benhabib, el individuo, como ser, como ente, su entidad solamente existe para la colectividad, este tema lo desarrollo en otro artículo “Individualismo como problema teórico”. El capitalismo ha exacerbado la sociedad hiper-individualista de consumo ( Bauman, Lipovetsky) creando unos lazos frágiles en las formas de relación intersubjetiva, una sociedad liquida, egoísta y patológica. Pero, paradójicamente, dialécticamente, dialógicamente y analéticamente el capitalismo también genera lo contrario, momentos de cooperación y solidaridad, donde irrumpe la preocupación por el Otro, y los Otros. El cambio histórico no será generado por un virus, pero puede ser el inicio, un mensaje, de los excesos del capitalismo tardío y su forma patológica de existir.
Toda esta pandemia se da en medio de una cruel guerra comercial entre potencias económicas, y ya sabemos cómo se resuelve esto históricamente, si, la guerra, el siglo XX es un gran consejero sobre eso, sobre este tema pueden leer al historiador Erick Hobsbawm “ Historia del siglo XX” o “ Los orígenes del totalitarismo de Hannah Arendt” para tener una aproximación a las consecuencias de la guerra y los totalitarismos, la perdida de las libertades y los centralismo burocráticos, los cuales Chul-Han parece sentirse muy orgulloso. El ascenso de China tiene muy preocupados a los EEUU, y es preocupante el escenario mundial, el papel de Americalatina y de los trabajadores a escala mundial.
Zizek piensa que del Covid-19 se puede pasar a un virus ideológico que le dé un duro golpe al capitalismo, y llegue a infectarnos, el virus de pensar y repensar en una sociedad alternativa, mas allá de la sociedad de mercado, que profundice en la solidaridad y la cooperación mundial. Obviamente es como teorizar sobre las posibilidades de profundizar la democracia, en una democracia participativa, no meramente procedimental, tal como argumento en mi libro “Filosofía política, existencialismo y marxismo” para muchos pensar en cambios o simples reformas es una estupidez o desvaríos utópicos y se cae en un “realismo radical” no al estilo zubiriano, sino al estilo de Pareto y Mosca, pensadores cercanos al Nacional-socialismo de Hitler.
El Coronavirus ha destapado a otro virus, el virus del capitalismo, otro virus insostenible y bárbaro. Mientras muchas personas mueren, las grandes preocupaciones de los gobernantes y estadistas es el golpe a la economía, y esto ya lo podemos ver en Honduras, con nuestra típica lumper-burguesía apátrida y sin ningún tipo de lástima o empatía hacia las clases trabajadoras, es un fenómeno a nivel global. La preocupación no es el ser humano como criterio de verdad, la vida humana, sino las mercancías, lo material.

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