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“Vendé droga o te matamos”, “Te vamos a matar a tu familia”

Vendé droga o te matamos
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Redes de prostitución lideradas por políticos usan medios digitales para anunciar sus servicios. Muchas trans emigran a otros países huyendo de la violencia de las drogas.

Diseño de Investigación: Wendy Funes | Redacción: Melissa Hernández/ Dunia Orellana | Edición: Wendy Funes, Allan Mc Donald | IlustracionesAllan Mc Donald

San Pedro Sula, Honduras | Reporteros de Investigación. La situación de las mujeres trans en Honduras las hace blancos perfectos de la trata. La policía las somete a menos controles y el resultado es que muchas de ellas sufren abusos de toda clase y se las obliga al comercio sexual y el narcomenudeo.

Las chicas que venden su cuerpo en las grandes ciudades hondureñas vienen de todo el país. En La Ceiba, por ejemplo, a muchas chicas las traen desde La Mosquitia. Para mantenerlas bajo control, generalmente hay un padrote o una madrota que se encargan de escoger a las chicas, que pueden ser cisgénero o transexuales.

Las redes de prostitución ejercen un dominio basado en el engaño y el miedo sobre las tabajadoras del sexo, sean trans o no. A las chicas procedentes de La Mosquitia y otras regiones les quitan sus documentos y comienzan pintándoles todo color de rosa.

“Aprovechá que estas oportunidades son únicas”, les dicen, “vas a forrarte de pisto”, pero   el paraíso que les pintan acaba siendo un bar de mala muerte donde además de vender alcohol las obligan a ejercer el comercio sexual. “Si no te alineás, te vamos a matar a tu familia”, les dicen a las que se niegan a cumplir sus órdenes.

Fuentes cercanas a las chicas dijeron a Reporteros de Investigación que en las redes de trata también hay profesionales del derecho, doctores y políticos que trabajan junto con los pandilleros en diferentes estrategias para poder llegar a los círculos más íntimos de la sociedad. Los métodos de los políticos y de otras personas de parecida categoría social son como los de las pandillas, usando las amenazas o el dinero por medio de redes que son “dueñas” de las mujeres y las obligan a ejercer el comercio sexual.

La trata ha pasado por muchos cambios en los últimos años. Las redes se han transformado y con la pandemia del coronavirus, cuando es casi imposible ejercer el comercio sexual en las calles, buscan nuevas plataformas para anunciarse y obtener más clientes. Facebook es una de las principales vitrinas donde ofrecen los servicios sexuales de sus “protegidas”.

Los sistemas publicitarios de las redes de trata se han vuelto cada vez más sofisticados y mudan sus operaciones a las redes sociales y el ciberespacio. Algunas bandas suben fotografías a páginas de anuncios o revistas y crean catálogos de las sexoservidoras que trabajan para ellos. Algunos de los catálogos se obtienen en formatos digitales, como el PDF, a través de clientes de las redes o personas vinculadas a estas.

En los PDF de varias páginas se muestran fotografías provocadoras de las jovencitas que ofrecen sus servicios sexuales de una manera no tan explícita, pero que no deja dudas de su intención. Las muchachas aparecen vestidas con ropa provocadora, en poses llamativas y con nombres que parecen seudónimos.

Hay también otra clase de catálogos especializados que se encargan de encontrar perfiles de chicas, en especial de universitarias que se convierten en trabajadoras del sexo llevadas supuestamente por la necesidad de pagar sus estudios. Muchas de estas jóvenes se dedican a ser “acompañantes” de políticos, diplomáticos y dignatarios, lo que en inglés se conoce como “escort”.

Otras formas de captación son el chantaje y el cibersexo. Algunas chicas caen en la trata por medio de las redes sociales al interesarse en chicos o chicas con los que se comunican en los chats. Las incautas envían fotografías de sus partes íntimas y después son chantajeadas, exigiéndoles filmar un video sexual a cambio de no publicar sus fotografías íntimas en internet.

Las redes de prostitución usan otros métodos en línea para tener su “redil” de sexoservidoras. La pornografía es uno de esos sistemas. Algunos pornógrafos les piden a las trabajadoras comerciales independientes que se graben a sí mismas teniendo relaciones sexuales o ejerciendo algunas actividades específicas. El propósito de los sujetos es colocar los videos en las principales páginas pornográficas para explotar la imagen de las chicas. Sin embargo, ellas no reciben dinero por la difusión de sus grabaciones íntimas.

Los hoteles de cinco estrellas de San Pedro Sula y Tegucigalpa –quizás sin saberlo– son cómplices de las actividades de las redes de prostitución lideradas por mareros y por sus socios políticos y de las altas esferas. Turistas y hombres de negocios tienen acceso a los catálogos donde escogen mujeres y hombres para una noche de placer. Este servicio extra ofrecido por las empresas hoteleras puede costar entre 300 y 400 dólares.

Los sistemas de prostitución en Honduras tienen diferentes expresiones y casos muy complejos. Así,el comercio sexual no se limita a explotar a víctimas adultas. La trata abarca a niñas que sus padres venden a cambio de alimentos o dinero. En el interior de Honduras hay casos de niñas que son dadas en trata por sus familias.

Contra estas actividades se hace muy poco en Honduras. El Estado no hace su trabajo. Honduras siempre sale aplazada en los índices internacionales y en el país se vincula cada vez más la trata con el crimen organizado.

 

Serie Esclavos de políticos

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