Tegucigalpa, Honduras | Reporteros de Investigación. En Gracias a Dios, con el que Olancho hace frontera al este, hay también una larga historia de políticos locales vinculados al narcotráfico. En la lógica de la política hondureña no es algo que debería sonar raro: Las selvas y humedales de La Mosquitia, desde Brus Laguna hasta Puerto Lempira y Kaukira, más allá de la bahía de Caratasca, han sido pistas marítimas que han servido para el paso de todo tipo de contrabando, sobre todo de mariscos como la langosta y el pepino de mar, y de cocaína. Hay dos familias que en los últimos 20 años han destacado en la política local y en el bajo mundo de la droga en Gracias a Dios, los Paisano Wood y los Arrechavala. Una de sus miembros, Teonela Paisano Wood, es alcaldesa de Brus Laguna, inscrita para la reelección el próximo noviembre, y quien ha sido retenida por la policía dos veces en los últimos dos años.

En agosto de 2020, Teonela Paisano fue retenida en la entrada de Ceiba. El vehículo en que la alcaldesa viajaba, un pick up blanco placas HAW 4173, está a nombre de Dora Blanco Ruiz, hermana de Wilter Blanco Ruiz, un narcotraficante extraditado a Estados Unidos en 2017 a quien se acusa de haber sido el principal cabecilla del otrora poderoso Cartel del Atlántico, uno de cuyos centros de operaciones fue Brus Laguna.

Paisano Wood había sido retenida antes, en septiembre de 2019, en el aeródromo que sirve a Puerto Lempira, la capital departamental de Gracias a Dios, con 279,000 lempiras (unos US$12,000 al cambio actual) que según dijo eran dineros para proyectos de construcción de su alcaldía.

Teonela tiene dos hermanos, Roberto y Seth Paisano Wood, quienes guardan prisión desde octubre de 2019 acusados de lavado de dinero y narcotráfico. Un oficial del ejército hondureño que estuvo destacado en Gracias a Dios a principios de la década pasada como agente antinarcóticos ha explicado a RI que los Paisano Wood tienen vínculos familiares con Emilio Arrechavala, mano derecha de Wilter Blanco y su lugarteniente en el Cártel del Atlántico.

Durante la operación para detener a los Paisano Wood, a la que el Ministerio Público bautizó Corsario, las autoridades aseguraron nueve embarcaciones, igual número de sociedades mercantiles y nueve inmuebles en los departamentos de Cortés, Atlántida y Gracias a Dios.

La Dirección de Lucha contra el Narcotráfico había abierto una investigación que incluyó a la familia Paisano Wood en 2014, en el marco del despliegue de fuerzas antinarcóticos a La Mosquitia con el apoyo de la DEA estadounidense. De acuerdo con el comunicado del MP, a propósito de las capturas de los Paisano Wood, se trata de una red “dedicada al tráfico de drogas en Gracias a Dios, desde donde transportan por vía marítima la droga que descargan desde avionetas”. Las primeras denuncias contra los Paisano datan de 2011.

Uno de los centros de operaciones de la red es Brus Laguna, el municipio de Teonela. En planicies y cerca de caseríos aledaños al centro municipal han sido detectadas al menos ocho narcoavionetas desde enero de 2021, la última en julio pasado. Más allá de Brus Laguna, otros cuatro alcaldes municipales controlan todo el narcotráfico en Gracias a Dios, según un agente de inteligencia policial con quien RI conversó en julio pasado.

Roberto Paisano Wood fue, durante años, el hombre fuerte del Partido Nacional en Gracias a Dios, quien controlaba el dinero y las relaciones con los mandos políticos en Tegucigalpa y San Pedro Sula, dijo a RI un exfuncionario municipal en Puerto Lempira.

A pesar de todos estos antecedentes, Teonela Paisano Wood no ha tenido problemas para inscribirse como candidata a dirigir los destinos de Brus Laguna, el centro de operaciones de la red de narcotráfico que, según el Ministerio Público, dirigen sus hermanos. Según consta en la edición del 14 de abril de 2021 de La Gaceta, en la que el Consejo Nacional Electoral certificó a los ganadores de las primarias de ese mes, Teonela ganó esas elecciones por el movimiento Juntos Podemos del Partido Nacional y volverá competir por el puesto de alcaldesa en noviembre.

Escenarios similares, en que la política y el narco se retroalimentan o coinciden, pueden encontrarse a lo largo de toda la ruta de la cocaína desde La Mosquitia hasta Copán, por donde la droga hace su salida hacia Guatemala.

Nombres como el de Leopoldo Crivelli, de Choloma, Cortés, están en esta lista de coincidencias. “Polo” Crivelli, como se le conoce, ha ganado cuatro elecciones municipales en Choloma. Miembro del Movimiento Yanista del Partido Liberal, Crivelli es cercano a Yani Rosenthal, el banquero de San Pedro Sula condenado en Estados Unidos por lavar dinero a Los Cachiros que ahora compite por la presidencia de Honduras. Y, según un testimonio dado por Devis Leonel Rivera Maradiaga en Nueva York, el alcalde ha sido también socio de Geovanny Fuentes, el narco que se alió con Juan Orlando Hernández para operar un narco laboratorio desde 2013 en uno de los cerros que circundan Choloma.

Crivelli tampoco tuvo problemas para reinscribirse como candidato para las generales de noviembre próximo, según consta en La Gaceta de abril de 2021.
En El Paraíso, y en general en todo el norte de Copán, funcionarios afines a Alexander Ardón intentarán mantener el control político sobre las rutas copanecas. En pueblos como San Antonio, Santa Rita y el mismo Paraíso, hay políticos asociados a un movimiento que no consta en los libros del CNE, pero que es una fuerza real en esa zona, según pudo comprobar RI: el chandismo.

Lincoln Figueroa no competirá, por primera vez desde 2006, por la alcaldía de Catacamas. En la ciudad olanchana se habla de los quebrantos de salud del terrateniente nacionalista como una de las causas de su retiro político, pero hay también quienes, desde la oposición, hablan del distanciamiento con Juan Orlando Hernández; de hecho, Figueroa apoyó en las primarias del Partido Nacional a Mauricio Oliva, presidente del Congreso y adversario del alcalde de Tegucigalpa, Nasry Tito Asfura, el hombre más cercano al presidente y quien finalmente competirá como candidato del Partido Nacional.

El sempiterno alcalde Figueroa se retira, pero los confines de sus fincas abiertos en las selvas vírgenes de Olancho, por donde ahora circulan ganado y cocaína, siguen ahí, como prueba del poder que los alcaldes hondureños adquirieron en sus relaciones con los “torones” de la droga.

*Para la elaboración de este reportaje, dos periodistas de Reporteros de Investigación viajaron varias veces a Olancho, Copán y Cortés entre 2019 y 2021. En Copán visitaron Santa Rosa de Copán, El Espíritu, Santa Rita, Copán Ruinas, La Entrada y San Antonio. En Olancho estuvieron en Catacamas y recorrieron los caminos de terracería que unen esa ciudad con los ríos Patuca y Cuyamel en las reservas del Río Plátano y Tawahka. En Cortés, San Pedro Sula y Choloma. También se realizó reporteo en San Pedro Sula y Tegucigalpa. En estos viajes, los periodistas hablaron con exfuncionarios gubernamentales, miembros de la inteligencia policiales, militares asignados al combate al narcotráfico, diplomáticos, funcionarios municipales, periodistas, religiosos y miembros de la sociedad civil. La mayoría de los entrevistados pidió que no se citará sus nombres: Honduras es un lugar en el que hablar con reporteros puede tener implicaciones graves, incluso letales. Cuando las fuentes accedieron a que se les identifique, queda así consignado en el texto.