Reporteros de Investigación

¿Cómo llegamos a Nueva York al juicio de un presidente “narcotraficante”?

Por Wendy Funes

Imagen ilustrativa.

Honduras | Reporteros de Investigación. Es un viaje largo y peligroso. Empezamos a andar en 2016 cuando vi el indiferente gato negro y gordo, llamado Centinela.

Estaba echado como un rey en la parte más alta de la entrada que daba paso a un laberinto de pasillos oscuros con grafitis del barrio 18. El arte pandilleril contaba la cantidad de muertes con las típicas tumbas dibujadas, con la palabra RIP escrita entre las sepulturas.

Había letras en las paredes. Parecían tan desconfiados, los voceros con las cabezas rapadas que cuando me dijeron ‘no baje la palanca al salir de orinar’, pensé que lo hacían para verificar si yo había ido a eso o a husmear cómo dormían.

Ellos fueron los primeros en contarme sobre el pacto que había entre la Mara Salvatrucha (MS-13), yo escribía como “freelancer” para un periódico del país y no tuve apoyo para seguir yendo a reuniones e indagar más sobre el asunto.

En ese momento, no tenía ni idea del trayecto que estaba comenzando, no podía sospechar mínimamente que el mismo presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, coordinaba asesinatos con la MS-13.

Esas primeras pláticas en dos reuniones distintas dieron las luces iniciales para esta investigación. Aquellos primeros testimonios, los recogimos allá por 2016 y sugerían una colusión criminal a nivel de diputados del Congreso Nacional, de municipalidades y de comisionados de la policía nacional. Intentamos acercarnos a voceros de la MS-13 por fuentes indirectas desde 2016, aún no ha sido posible.

Así fue como empezamos a investigar sin saber que se trataba de narcopolítica.

En 2020, revelamos el pacto criminal del gobierno y la MS-13. Ese mismo año publicamos nuestra serie Élites Criminales sobre el crimen contra el general Julián Arístides Gonzáles y después vino la serie Sicarios para contar cómo había un mercado para asesinatos de periodistas.

Han tenido que pasar los años y el tiempo ha ido confirmando nuestros hallazgos y hemos descubierto más detalles de la madeja criminal, integrada desde a) la presidencia de la República, b) la Secretaría de Seguridad bajo el mando del militar Julián Pacheco; c) las Fuerzas Armadas de Honduras que garantizaron el escape seguro del jefe de la MS-13 que lleva los mismos apellidos del ex jefe de la Guardia de Honor Presidencial, el Mayor Archaga Carías.

La MS-13 y los militares establecieron escuadrones de ejecuciones sumarias desde la estructura del Estado. El Porky daba órdenes al ex director de la Policía Nacional, Juan Carlos Bonilla y custodiaban juntos cargamentos de cocaína y asesinatos; altos mandos policiales como el primo de Juan Orlando, Mauricio Hernández Pineda fue un soporte y eslabón de coordinación entre la infraestructura de los traficantes de cocaína, diputados y presidentes.

En 2021 viajamos por zonas donde pasa la droga y publicamos en 2022 nuestras series Narcopolítica, Cerebros de la Extorsión, Falsos Positivos y Caballeros de Lepaera, esta última reveló la penetración del crimen organizado en la Corte Suprema de Justicia; en 2023, publicamos la serie Narcomilitares.

Cada hallazgo ha ido reconstruyendo la historia pasada y contemporánea del tráfico de drogas en Honduras y sacando a luz cómo políticos principalmente de los tres partidos más grandes, siguen en el negocio del tráfico de armas, de cocaína y sicariato.

Por todo eso, la cobertura de los juicios en Nueva York ha sido parte de nuestra agenda desde que comenzaron los procesos, pero el juicio del ex presidente de Honduras debía ser cubierto desde el lugar de los hechos. Por eso fuimos a la fría ciudad de Nueva York. Estuvimos en el Barrio Chino, situado muy cerca de la Corte del Distrito Sur de Nueva York.

Con la información conocida en juicio, podemos concluir que la condena contra Juan Orlando Hernández fue apenas un movimiento de tierra para la estructura de crimen organizado, incrustada en el aparato estatal de Honduras y que los pactos con la MS-13 y también con el barrio 18 siguen vigentes.

Y por ello, desde Reporteros de Investigación hemos preparado un especial en PDF y seguimos trabajando con miras a recopilar en un libro, casi una década de cobertura de la narcopolítica en Honduras.

Ocho años después, siempre recuerdo a Centinela. Siempre he creído que era un gato muy mimado y bien alimentado.

Vista nocturna de la Corte del Distrito Sur de Nueva York.
Salir de la versión móvil