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Tegucigalpa, Honduras | Reporteros de Investigación
Este año se cumple una década del golpe de Estado del 28 de junio de 2009. A partir de esa fecha, en el país han venido ocurriendo una serie de hechos que dan indicios de la consolidación de estructuras de genocidio en Honduras.
Un equipo de académicos hondureños, consultados por RI, razonó sobre estas estructuras analizadas: el investigador social, Fabricio Herrera, que ha venido estudiando este tema; el catedrático de Filosofía de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, Guillermo Jiménez; el doctor en Economía, con tres postdoctorados y catedrático de universidades europeas y latinoamericanas, Nelson Ávila.
De acuerdo con Herrera, en el país ocurre un genocidio indígena, además la descripción que hace sobre el tema permite concluir que los gobiernos instalados desde junio de 2009 han venido constituyendo estructuras y desarrollando actividades dirigidas a crear condiciones para cometer genocidio.
Según su análisis una Mirada sobre el genocidio, hay cinco hechos que señalan el genocidio:
- Matanza de los miembros del grupo.
- Lesión grave a la integridad física o mental de los miembros del grupo.
- Sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción física total o parcial.
- Medidas destinadas a impedir los nacimientos en el seno del grupo.
- Traslado por fuerza de niños del grupo a otro grupo”, describe Herrera.
En Honduras, diferentes sectores han denunciado ejecuciones de indígenas, el caso Berta Cáceres es un ejemplo, ejecuciones de jóvenes con antecedentes penales o que viven en condiciones de alta vulnerabilidad, registrados por el Observatorio de Casa Alianza.
Los indígenas están sufriendo desplazamiento forzado, tal como lo ha venido denunciando la Organización Fraternal Negra Hondureña (Ofraneh). El expresidente José Manuel Zelaya Rosales derrocado por el Golpe de Estado de 2009, ha denunciado la existencia de escuadrones de la muerte que actuán contra jóvenes y contra la oposición política. Los Indignados Miguel Briceño y Luis Munguía, consultados por RI, denunciaron que ha habido asesinatos de personas luego de participar en protestas.

Para el académico, Nelson Ávila, desde el Golpe de Estado ha habido una fuerte estrategia represiva que puede calificarse como un genocidio planificado que se ha ido recrudeciendo con una cultura militarista, facista como ocurrió en la década de los cuarenta en Alemania de la época, demostró de lo que era capaz, se pasó de represión selectiva a comunistas, socialistas, diversidad sexual, judíos para después justificar una represión más fuerte y justificar un criterio falso de unidad nacional cuando Alemania invadió a Polonia.
«Por eso nosotros hemos denunciado planes de Juan Orlando Hernández que estaría planificando una acción contra El Salvador» para generar una falsa identidad lo que quiere es, junto a dos expresidentes más, incluido uno que tiene un nuevo partido, tienen un acuerdo para crear una constituyente derivada cuyo objetivo sea legitimar la reelección y perdonarse los delitos de corrupción que han tenido, apuntó.
El sicólogo, filósofo con orientación pedagógica y máster en estudios sociales y políticos, Guillermo Jiménez, analizó que la humanidad a veces quiere negar su primera naturaleza instintiva, irracional, impulsiva, agresiva, depredadora, esa es la primera naturaleza; la diferencia de esa naturaleza animal con la segunda naturaleza, es la humana, simbólica o cultural que es una construcción de los seres humanos donde se espera que prevalezca la razón y la espiritualidad.
«Cuando realmente no superamos la primera naturaleza sale el instinto, el odio, la venganza y a mayor ejercicio de la primer naturaleza, hay mayor muerte y mayor violencia. Para sobrevivir con esas dos naturalezas debe haber un equilibrio, para evitar la muerte se debe imponer la cultura. La democracia es parte de la cultura como un ejercicio racional y de tolerancia para aceptar a las personas comprendiendo que las diferencias se complementan».
A mayor imposición de la primera naturaleza hay más agresión, mas autoritarismo y mayor intolerancia e imposición de un pensamiento único. A juicio de Jiménez, en Honduras hay una involución, un regreso a lo primitivo aun antes del golpe de Estado, la muerte masiva de reos quemados en las cárceles y el crecimiento de la agresión, la violencia, la muerte, las masacres o muertes múltiples, indican una serie de delitos estructurales caracterizados por el autoritarismo, individualismo, desprecio a quien no piensa igual.