Escrito por Galel Cárdenas*

Tegucigalpa, Honduras | Reporteros de Investigación
Teófimo López es un boxeador norteamericano nacido de padres hondureños migrantes y tiene él un gran sentido de raigambre, entendiendo que nuestro país pequeño habría de necesitar de alguien que lo represente con la pureza del amor patrio. En la orfandad en que nos encontramos destruidos por una dictadura narcotraficante, aplastados y humillados, los hondureños somos náufragos a la deriva en el oceano de la incertidumbre, donde -pese a los esfuerzos denodados de una resistencia tenaz pero casi hundida en el fracaso momentáneo- proseguimos buscando la estrella de nuestra redención.
Teófimo López es como una utopía de un país que quisiera ser enorme donde los hondureños formaran extraordinarios deportistas -tal como los hay- acompañados de artístas grandiosos -como los que tiene- e impulsados por intelectuales del tamaño de un José Cecilio del Valle como habrá de poseerlos.
Pero, ese es el sueño de hombres y mujeres que luchan denodadamente por construir el país de Francisco Morazán o Ramón Rosa, de Roberto Sosa o Berta Cáceres, de Pompeyo del Valle o Visitación Padilla, de Longino Becerra o Josefa Lastiri, en fin, el país con la fuerza de los puños de Teófimo López derribando traidores de la patria, noqueando criminales comerciantes de nuestro suelo soberano, mandando a la lona militares genocidas, golpeando en el hígado a los mercenarios de nuestra independencia.
Teófimo López sin saberlo o intuirlo es ese pueblo hondureño que lleva en sus puños la fuerza imbatible de un sueño colectivo que un día habrá de derribar la horrenda dictadura de un sicópata que basado en la fuerza militar imperial se sostiene contra viento y marea destruyendo lo más hermoso que posee la patria de los ancestros, la dignidad de un pueblo en estado de lucha permanente e invencible.
Teófimo López habría de ser el hondureño utópico con puños de acero derribando la oscura, fementida y putrefacta dictadura nefasta que persigue y asesina patriotas, ciudadanos honestos constructores de la patria del epónimo Francisco Morazán, estrella rutilante del amanecer libertario.
* Tomado de su muro de Facebook.