Por: Rossel Montes
Si el mundo fuera claro, el arte no existiría. Albert Camus Desde la configuración de la ontología hace más de 2000 años en la antigua Grecia con la metafísica de Parménides se comenzó con una tradición que podemos denominar cómo revolucionaria y radical, en los fundamentos de toda la tradición filosófica de occidente. La ontología como saber que fundamenta a otros saberes(filosofía primera), se pregunta por los principios, componentes, estructuras fundamentales de toda la realidad. En este ensayo usaré los términos ontología y metafísica de forma diferenciada, pues como la tradición filosófica occidental lo ha demostrado denotan distintas experiencias radicales de la naturaleza y condición humana: la ontología como lo decía Heidegger, se limita a la configuración óntica de lo real, es decir, su preocupación son los entes, no necesariamente el tradicional asunto del ser, Ser- ahí como él lo denominaba. Para Heidegger y eso lo compartimos, la metafísica sobrepasa las preocupaciones ontológicas, y es en es te sentido que la metafísica se desarrolla como preocupación de los “meta empírico” de lo meta racional o supra-físico. Si bien es cierto que existe una constitución ontológica por ejemplo para una poesía de la tragedia o una ontología de la tragedia griega analizada por Nietzsche o una ontología existencial de los “poetas malditos”. Lo cierto es que ambas disciplinas radicales de la filosofía como la ontología y la metafísica son necesarias para el estudio previo de todo problema filosófico, socio-histórico, existencial y de la condición humana en su totalidad.Pero algo si ha dejado claro la tradición filosófica de occidende, a saber: que la ontología y la metafísica son indispensables para la edificación del conocimiento sistemático y ambas se ocupan de experiencias radicales de la naturaleza histórico-existencial del ser humano.
Como sabe cualquier lector promedio de problemas filosóficos es la estética la encargada de analizar los asuntos relacionados con la belleza y todos los problemas fenomenológicos relacionados con una de las más sublimes manifestaciones del espíritu humano, a saber: El arte. La estética a pesar de tener una muy extensa elaboración que se puede rastrear desde los presocráticos, los grandes sistemas de Sócrates, Platón, y Aristóteles, Pasando por San Agustín, Santo Tomas, Kant, Hegel, y en el siglo XX con Heidegger, Sartre, Adorno, y los filósofos pos-modernos; esta no cuenta con un nivel prioritario en la problemática epistémica en los asuntos filosóficos, como los tiene la ontología, la epistemología o la ética, ya que para entrar a elaborar cualquiera asunto filosófico no hay que hacer elucubraciones estéticas previas, como si hay que hacer con otras disciplinas como la teoría del conocimiento, o la epistemología.La necesaria elucubración ontológica del goce estético es condición sine qua non no siempre considerada por los grandes pensadores estéticos pero si por algunos de los más importantes como Aristóteles, Kant, Hegel, Heidegger y algunos pensadores existencialistas como Gabriel Marcel y Sartre.
Para Hegel por ejemplo la estética es la filosofía o la condición filosófica de des-oculta todo lo que es bello. Para Hegel la obra de arte no es un concepto ni pensamientos sino que el que el desarrollo del espíritu en lo sensible, concibiendo una metafísica de lo racional en irracional, la obra de arte de alguna forma explica lo irracional de la existencia de la conciencia, trata de volver hermoso lo monstruoso del mundo. En Hegel la idea al igual que la experiencia estética, de la poesía, de la pintura es la máxima manifestación de la idea del concepto y de lo absoluto, como sabemos la idea de lo absoluto es parte esencial en el sistema Hegeliano. Pero ¿qué es el arte? ¿acaso el arte solo puede ser estudiada en sus componentes ontológicos o metafísicos?. No vamos a entrar en la elucubración sobre los aspectos fenoménicos de la historia del arte, más bien lo que nos interesa es dilucidar que es el arte en sí,porque de lo contrario eso nos llevaría muchas páginas. Pero podremos decir que el arte aparte de ser una actividad orientada a obtener una experiencia estética, embellecedora del mundo y aparte comunicativa, también es parte esencial de la condición metafísica del hombre, ya que sólo el hombre se mueve en ese dos niveles, entre lo fáctico del mundo y lo meta-empírico, lo que está más allá de lo racional, el arte y lo bello son manifestaciones racionales-irracionales de la historicidad transformadora y de la angustia existencial como diría Sartre, y de la realidad radical de Ortega.La angustia-existencia se ve desparramada desde la tragedia griega, el arte Gótico, el Románico, el Barroco, el Romanticismo, el futurismo y formalismo ruso, el surrealismo, el cubismo y , la poesía trágica de un Pessoa y Rilke, Rubén Darío y un Juan Ramón Molina y hasta nos atreveríamos a decir, que en el arte de comercial de masas el cual es parte integral de todo un sistema que para bien o para mal tratan de perpetuar.Martin Heidegger que como sabemos se encargó de la poesía de Horderlin dice sobre la poesía: Poetizar y pensar son dos modos de hacerse cargo de lo real bien diferentes» Para Heidegger la poesía representa otra forma de acceder al ser, al estudio de la metafísica, pues es otra forma de racionalizar el mundo, el misterio del ser y de resolver este misterio.Además de la estética también la sociología y la historia se encargan de los asuntos que sobre el arte tratan, como la realidad es un todo y tendencia a la fragmentación de las disciplinas es una tendencia en la actualidad es necesario recordar que en el siglo XX la sociología comenzó a preocuparse por estos asuntos tanto así que el sociólogo Francés Pierre Francastel se lanzó a edificar una sociología del hecho artístico, a lo cual el sociólogo y critico cultural García Clanclini se opuso en un texto llamado “Arte popular y sociedad en Americalatina” Clanclini critica severamente las posturas idealistas pregonadas en el arte, es decir, no es partidario de ver el arte descontextualizado y deshistorizador como venía haciendo la estética no marxista. Aunque Clanclini tiene razón en muchas posturas mantenidas a lo largo del libro, dobla mucho el discurso y lo lleva a su contrario, a saber: el determinismo, el cual es uno de los máximos padecimientos del marxismo, que no deja lugar para lo accidental ni la contingencia, ni para la libertad, aunque los marxistas ortodoxos digan lo contrario y mantengan que el marxismo no es determinista y no deja lugar para lo imaginario como bien decía Castoriadis. La ontología totalizante que viene desde Hegel, Marx, Lukács y que es pregonada por Clanclini vuelve al arte un epifenómeno de las estructuras socio-económicas, y con esto no negamos que exista una ineluctable y radical relación pero el arte es si bien debe explicarse por las condiciones que lo ven nacer, tampoco se puede reducir al contexto socioeconómico, ya que hay cuestiones de la praxis histórico-humana que no se pueden racionalizar, y por eso sigue existiendo la metafísica que no es una perdedera de tiempo sobre aspectos abstractos sin utilidad, sino como decía Sartre: un intento de comprender y aprender la condición humana en su totalidad.Históricamente, sociológicamente y ontológicamente el hecho artístico se manifiesta de forma radical en la convivencia humana, en la cotidianidad, en los procesos de cambio social, de los cuales el arte es un reflejo dialéctico, en la existenciariedad del hombre. Lo histórico del arte es la reproducción material de lo social, lo sociológico del arte es como el arte representa esa faceta emancipatoria y crítica, esa faceta que se niega a capitular a esas formas artísticas elitistas y que obstaculizan la emancipación de las grandes mayorías que no parte integral de los procesos de liberación y democratización en el todo social. Y es aquí, en la parte ontológica y metafísica donde todas la facetas del hombre y del fenómeno estético y artístico se ven plasmadas, el arte es una de las tantas formas de la realización del espíritu(Hegel) y una de las tantas formas de la realización del ser(Heidegger) y una de las manifestaciones de sus condiciones materiales(Marx)Cayetano Aranda Torres nos dice en su libro “Introducción a la estética”: La finalidad de toda experiencia artística es hacer creer a su destinatario en hechos que, en el espacio mágico de la representación, podemos pensar que son verosímiles, y que se deducen de la necesidad de la historia contada en sí. La finalidad del arte como lo venimos diciendo es supra-empírico, pues es darle rienda suelta a lo imaginación, a lo imposible, a lo metafísico, lo que es inverosímil en la realidad concreta es verosímil en la obra de arte, he ahí lo mágico y radical del arte.Heidegger nos dice sobre la poesía: «El poeta, si es poeta, no describe el mero aparecer del cielo y de la tierra. El poeta, en los aspectos del cielo, llama a Aquello que, en el desvelarse hace aparecer precisamente el ocultarse, y lo hace aparecer de esta manera: en tanto que lo que se oculta. El poeta, en los fenómenos familiares, llama lo extraño como aquello a lo que se destina lo invisible para seguir siendo aquello que es: desconocido».En este caso la metafísica poética desgarra el mundo racional y nos muestra lo inverosímil e irracional del mundo, el arte y la poesía son vestigios de que los intentos de racionalizar lo que no se puede racionalizar son caminos fallidos, nos dice Heidegger que el hombre habita poéticamente y poéticamente muere, como ser para la muerte esa es su satisfacción ante lo trágico de la existencia.