Santa Ana, Honduras (Reporteros de Investigación). Hoy lunes tres de junio de 2019, una madre junto a sus hijos de 12 y 13 años rompieron la rutina cotidiana en sus vidas Este día la madre tomó de las manos a sus hijos y caminó hacia el Centro Básico de Educación 18 de Noviembre (CEB-18 Noviembre), ubicado en el kilómetro 18 de la carretera al sur en el municipio de Santa Ana, departamento de Francisco Morazán.
Se trata de Zulema Cruz, una madre que en esta ocasión decidió luchar junto a sus hijos por la defensa a los derechos de la salud y educación, en seguimiento a las resoluciones de la Asamblea de Padres y Madres de familia del CEB-18 Noviembre, realizada el sábado primero de junio de 2019. Se constató en la cobertura de esta reunión que la Asamblea de Padres determinó realizar acciones de protesta pacífica en espacios públicos.
Se constató en la cobertura de esta reunión que la Asamblea de Padres determinó realizar acciones de protesta pacífica en espacios públicos.
A eso de las 5:30 de la mañana, en medio de una neblina típica de la zona conocida como “La ciudad de los vientos”, padres y madres de familia en compañía de sus hijos e hijas y personal docente y administrativo, iniciaron a aglutinarse frente al centro educativo.
Este tipo de acciones ocurrieron a nivel nacional en apego al llamado de la Plataforma Ciudadana por la Defensa a la Salud y Educación en Honduras que convocó a un paro nacional e indefinido respaldado por los gremios magisteriales, médicos, trabajadores, obreros, padres y madres de familia y estudiantes.
Durante más de ocho horas, frente a las instalaciones del CEB-18 Noviembre en la Carretera CA-3, maestros, maestras y alumnos, resguardados por madres y padres de familia resistieron la represión con uso excesivo de gas lacrimógeno por parte de miembros de la Policía Nacional de Honduras.
La represión incluso traspasó los portones de acceso al centro educativo, en un acto arbitrario de abuso de autoridad. “Las bombas y balas nos persiguieron hasta dentro del colegio, no les importó que aquí dentro están niños, tampoco que allá en frente este el kínder, esta es una zona educativa pero también hay muchas casas alrededor con personas afectadas por este gas venenoso”, narró una madre mientras levantaba una pancarta.
Las cámaras de seguridad de la institución educativa captaron segundo a segundo los abusos represivos de los uniformados. Es irónico que tantas tropas policiales que llegaron hoy jamás han hecho eco al llamado de maestros y padres de familia en prestar resguardo físico a las afueras del centro educativo y garantizar la seguridad física e integral del alumnado. Fue por eso que a través de un proyecto del trinomio escolar se adquirió el sistema de vigilancia tecnológica, que hoy evidencia el mal proceder de los encargados de brindar seguridad a la ciudadanía.
Zulema Cruz además de ser reprimida junto a sus hijos fue víctima de amenazas y hasta intento de atropellamiento por parte de los uniformados: “Perras me tienen harto por eso aparecen en los basureros”, fueron las palabras de un policía a bordo de una motocicleta que intentó atropellar a Zulema y a la señora Isabel Matute, mientras corrían a refugiarse de los efectos del gas lacrimógeno.
También se reportó la detención momentánea de un joven que fue rescatado y liberado por las madres de familia que defendieron al muchacho y lograron bajarlo de una patrulla policial.
A eso de las 3:00 de la tarde, la madre (Zulema), junto a sus hijos, se despidió del resto de los manifestantes y mientras caminaba junto a sus hijos les dijo “hoy todos venimos a aprender al colegio, aprendimos que ninguna arma es más poderosa y letal como la educación y por eso vamos a defenderla juntos, porque esa es mi mayor herencia para ustedes”