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La Plataforma, el contexto actual y la democracia participativa

Por: Rossel Montes

El avance del Neoliberalismo en América Latina desde finales del siglo pasado, la aplicación de políticas de corte monetarista y privatizador- inició una verdadera casería por el sector público, luchas de las conquista laborares y todo lo que implica la construcción de un Estado fuerte se vio atentado por el neoliberalismo y Honduras no fue excepción.

La algarabía neoliberal llegó aseverar con la caída del bloque soviético que la democracia liberal era el último estadio y de alguna forma tenía una superioridad ontológica, histórica y societal sobre otras formaciones alternativas a la democracia representativa liberal. “El fin de la historia” había sido anunciado, no sin encontrarse con nuevas contradicciones a inicios del siglo XXI; simplemente el capitalismo tardío se estaba reacomodando tal como lo dejara bien estudiado sociólogos como Alain Touraine y economistas como E. Mandel; solamente que en este nuevo escenario histórico el capitalismo todopoderoso no tiene rival ideológico concreto, solamente los movimientos anti-capitalistas que luchan a diario por hacer retroceder al sistema carnívoro y democratizar las estructuras de extrema desigualdad.

Los movimientos progresistas en América Latina estuvieron precedidos por movimientos sociales, el caso del MAS en Bolivia con Evo Morales a la cabeza, el caso de Venezuela con uno de los mayores índices de pobreza, corrupción y desigualdad social, hicieron que Hugo Chávez ganara las elecciones y le pusiera fin al ininterrumpido gane de las elecciones por parte de la derecha neoliberal, poniendo fin a las políticas privatizadoras y empobrecedoras. De alguna manera los movimientos sociales y gremiales buscaron en la participación electoral otra forma de ganar escaños de poder y así poder llevar sus posturas al Estado; ahora estamos viendo la reacción conservadora, el caso de argentina, Chile y Brasil son el ejemplo.

Hablar de movimientos sociales es hablar de sujetos políticos, es decir, los sujetos que se mueven en una dinámica determinada en una sociedad; se mueven en una dinámica para crear su propia existencia social y este movimiento es políticamente para definir sus vidas y sus relaciones intersubjetivas. En este sentido todo movimiento social es político por antonomasia, aunque en muchos casos se les quiera separar por cuestiones ideológicas y prejuicios teóricos.

La Plataforma en ese sentido lucha contra el Estado y el gobierno por la no privatización del la educación y la salud, ya que son los dos sectores torales en la vida pública de una sociedad, no quiere decir que otras esferas no sean igual de importante, lo que crea un historiador o un filósofo o un artista es tan poderoso y sustancial como lo es un médico y un maestro, ambos le dan vitalidad a una sociedad, ambos le dan existencia, acto y potencia.

La Plataforma ha demostrado ser un movimiento suigéneris, al menos no visto en nuestra historia inmediata, y ha logrado de forma relativa hacerle frente al gobierno e incluso hacer reconsiderar su política e insinuar un dialogo, ya que como sabemos el actual gobierno autoritario y bonapartista está acostumbrado a estar sobre la vida social y política de todos los hondureños y hondureñas.

“Se entiende la dinámica de la lucha gremial, es reformista por antonomasia, es táctica y no estratégica, su naturaleza ontológica no es el desborde inmediato- pero si lo puede agudizar. Es curioso que un movimiento de naturaleza espontánea haya puesto en Jaque al gobierno- y la lucha electoral ni rasguña al sistema corrupto; en esto tenía tanta razón Rosa Luxemburgo en enfatizar ante el leninismo el factor espontáneo de los cambios y la maduración del proletariado. El surgimiento de los Soviets (1905) es el ejemplo de esa maduración.

Las bases han sobrepasado a la dirección, que siempre tiende a burocratizarse, replegarse o traicionar los movimientos sociales de reivindicación. Imagino está espontaneidad unida a una plataforma política que realmente desee direccionar la lucha política social”.

Es importante recalar que la política entendida como política partidaria (Sistema de partidos) sino que la política como Zoon politikon en términos aristotélicos y Arentdianos, la política como la entidad que define a una sociedad y crear una amalgama que la define, es decir una ontología política debe estar orientada a explicar las múltiples facetas en que la política deviene en una sociedad determinada, ya sea como microfísica del poder parafraseando Foucault que aseveraba que las relaciones de poder estaban en todos lados, mas o menos polemizando con el marxismo estructural; sin duda Foucault tenía algo de razón.

La fuerza de los movimientos sociales proviene del descredito y desconfianza que los partidos políticos tradicionales y la política vernácula han generado, en ese sentido los movimientos sociales como movimientos políticos al mismo tiempo se han convertido en medios de expresión y canalización de las demandas de ciertos grupos de la sociedad. No podemos obviar que estos movimientos sociales son creadores de nuevas poiesis y nuevas identidades colectivas, de alguna medida los nuevos movimientos sociales combaten la verticalidad de las antiguas formas de organización gremial que tendían a ser verticales, ahora mismo se le apuesta a la horizontalidad y a la democratización de las estructuras que genera participación, cultura comunitaria y democracia. A esto los teóricos le llamaron: Los nuevos movimientos sociales y estos se caracterizan en ser mas plurales, abiertos, horizontales, evitando la burocratización. La filósofa Belga Chantal Mouffe es una de estas teóricas.

Creo radicalmente que las grandes transformaciones del país van a recaer en la dinámica de los movimientos sociales y su capacidad de aglutinar todas las fuerzas políticas y sociales capaz de crear un contrapeso y mostrar los límites del sistema (Zizek), en este sentido la dialéctica movimiento social (Plataforma) – partido de oposición es algo contradictoria pero conciliable en el proceso general de la lucha reivindicativa. La lucha electoral es importante- pero se ha mostrado insuficiente a veces oportunista, como lo es casi todo reformismo desde la crisis de la Socialdemocracia ante el Bolchevismo; el reformismo tiende a plegarse al poder y desmovilizar. Lo que estamos viviendo actualmente en Honduras es un intento de una elite totalmente plegada al poder de forma parasitaria, de cualquier forma con el beneplácito del imperialismo norteamericano.

La gran transformación difícilmente provendrá solamente de una urna, pero si de un movimiento social con una dirección política coherente. Con esto no estoy afirmando que los procesos electorales no sean útiles, sin duda la democracia representativa es muy importante para los que pensamos que la democracia representativa de partidos puede evolucionar y debe radicalizarse.

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