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Indígenas Lencas, la carne que alimenta el sacrificio en las Fuerzas Armadas de Honduras

Texto: José Manuel Serén | Redacción: Reporteros de Investigación | Fotografía: Cesar Fuentes| Foto de Portada: Diego Aguilar, campo Panamá, conflicto en el Bajo Aguán

La Esperanza, Intibucá | Reporteros de Investigación

Las fuerzas militares de Honduras son una maquinaria alimentada por indígenas Lencas que integran los batallones cuando son desplazados de sus comunidades por el hambre y la falta de oportunidades. 

Ellos salen de las zonas indígenas en busca de un mejor futuro. Geovanny Neptaly Hernández, es un joven agricultor que no abandona su tierra, sigue cosechando para vivir en este departamento.

Pero para él, la situación que atraviesan los jóvenes campesinos es precaria ya que ese trabajo no les da los ingresos deseados para vivir de una manera digna porque cada vez la canasta familiar está más cara y los productos que cosecha, el mercado los compra baratos, los acaparan para venderlos más caros después.

«El trabajo del campo es bonito» -dice- es pesado, pero se disfruta. No es fácil ver crecer esos campos verdíos, eso refleja esfuerzo e inversión que «si se hace presupuesto para esto, no sale en cuentas» (no hay ganancia).

Hernández dice que lejos de beneficiarse, el cultivo se hace por costumbre de las comunidades.

Otros jóvenes de su misma edad se han convertido en hombres con uniforme, sin suficiente educación política que aprenden a combatir a otros indígenas sin uniforme, despojados de territorios, recursos naturales  y en el peor de los casos de la vida.

La pobreza de decenas de comunidades rurales de este departamento es la primera causa que les empuja al sometimiento de un adiestramiento militar. Para constatar la pobreza además de los indicadores de los Informes de Desarrollo Humanos del Programa de las Naciones Unidas para el Desarollo (PNUD), fue suficiente visitar estas zonas y ver cómo sobrevive sus habitantes. 

En el año 2015, San Marcos de la Sierra en Intibucá se declaró en emergencia por hambruna, este es uno de los municipios más pobres de Honduras y el municipio de Yamaranguila ha sido atacado por el hambre debido al mal estado de la cosecha, provocado por el cambio climático.

Un estudio del PNUD muestra una relación entre la pobreza y la desnutrición de la niñez menor de 5 años encontrados en la concentración de población en los quintiles 1 y 2 (los más pobres) es la más alta para los departamentos de Lempira, Intibucá y La Paz (83, 76 y 68 por ciento, respectivamente), que son los que presentan mayores índices de desnutrición.

La falta de acceso a educación, exclusión y desempleo obligan a la juventud de las aldeas cercanas de las dos ciudades gemelas de La Esperanza e Intibucá a buscar trabajo remunerado en la principal ciudad del país, al no tener oportunidad de desarrollarse en el ámbito laboral se ven obligados a ingresar al batallón, así se convierten en militares.

 

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Militares lencas

El Décimo Batallón de Infantería es el que concentra la mayor cantidad de efectivos descendientes del pueblo indígena Lenca.

Carlos Enrique Inestroza, es un ejemplo de ello con sus marcadas raíces originarias. 

Lleva 20 años ofreciendo su servicio militar, en la actualidad tiene rango de sargento, en el Décimo Batallón de Infantería, ubicado en Marcala, departamento de La Paz.

Inestroza forma parte del 94 por ciento  del personal indígena Lenca que constituye la mayoría, en el batallón con sede en Marcala.

El trabajo de ellos consiste en que en caso de un problema mayor debe enlistarse junto con otros compañeros para ofrecer el resguardo militar en la zona que une a Honduras y El Salvador.

En el establecimiento militar, donde Inestroza ofrece sus servicios, hay más de 400 elementos, de ellos, 376 pertenecen al mismo pueblo indígena del cual forma parte el entrevistado.

Según la información oficial, se estima que a nivel nacional el 15 por ciento, de los elementos que se enlistan para formar parte de la institución castrense, son de origen lenca.

El comandante de la 110 Brigada de Infantería de Danlí, Edgar Wilfredo Caballero, luego de estar a cargo de varios batallones a nivel nacional en cada brigada militar del país, afirmó que “siempre se cuenta con miembros de la institución que son Lencas aunque no contamos con un registro detallado del origen de nuestros soldados”.

 

 

Reporteros de Investigación tuvo acceso uno de los miembros activos de la Policía Militar del Orden Publico (PMOP) originario de Intibucá. Él dijo que no hay una buena oportunidad para los jóvenes ya que hay mucha miseria, la canasta básica está muy cara, hay mucha migración por falta de empleo. Además solicitó que esta declaración se mantenga en el anonimato porque argumentó que si miran una opinión suya en contra del gobierno, le dan baja deshonrosa.

Prueba de cómo las fuerzas militares están integradas por indígenas provenientes de Intibucá es que el ex Jefe de las Fuerzas Armadas, Rene Orlando Ponce Fonseca, es originario de Jesús de Otoro. El jerarca castrense dejó su mando el pasado 20 de diciembre de 2019. 

Ponce Fonseca fue cuestionado por aceptar la cantidad de cuatro mil millones de lempiras destinados a proyectos agrícolas en todo el país. Este dinero no se ve reflejado ni siquiera en el departamento de Intibucá.

El Intibucano Ponce Fonseca fue sucedido por Tito Livio Moreno Coello. En su discurso de toma de mando, el nuevo jefe miliar reconoció tener en su mayoría, indígenas.

 «No hay institución más representativa del pueblo hondureño que las Fuerzas Armadas al tener en sus filas a todas las etnias del país», proclamó.

La Junta responderá a las directrices del jefe del Estado Mayor Conjunto, general de división Moreno Coello, que a su vez recibe instrucciones del poder civil, explícitamente del presidente Juan Orlando Hernández. 

 

«Los pueblos indígenas enfrentan problemas sistémicos que impiden el pleno goce de sus derechos. La desprotección de sus tierras, territorios y recursos naturales y la impunidad y deficiente acceso a la justicia son problemas fundamentales que los colocan en una situación de total indefensión ante actos de violencia por distintos actores. Asimismo, enfrentan una precaria situación socioeconómica de pobreza multidimensional relacionada con la extrema desigualdad, la corrupción y la carencia de servicios sociales básicos», 

Informe: Situación de los pueblos indígenas en Honduras de la Relatoría Especial sobre los derechos de los pueblos indígenas, 2015.

 

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Mujeres lencas

Las Lencas han comenzado a enlistarse para ingresar al batallón. La unidad militar mantiene un grupo de un aproximado de 45 mujeres entre sus filas, donde el departamento de Intibucá aporta una cantidad significativa de jóvenes lencas para el destacamento armado.

La Directora de La Oficina de La Mujer de la alcaldía de Intibucá, Angélica Domínguez, informó que se esta trabajando en las comunidades para darles a ellas ese empoderamiento femenino, asimismo a los hombres que hay que educarlos para generar una convivencia de valores.

¨Se está avanzando en este tema y ya las mujeres están liderando algunos proyectos, capacitaciones, también se está trabajando el tema de la denuncia en caso de ser maltratadas para que esto se vaya erradicando y no sean sumisas ante amenazas que sufren como mujeres¨, explicó Domínguez.

 

De su lado, la alcaldía del municipio de Intibucá, a través del departamento de Niñez y Juventud, está haciendo proyectos enfocados en temas como la autoestima y empoderamiento de los pueblos indígenas para que puedan desarrollarse en sus actividades diarias.

Lourdes Alvarado titular de esta oficina explicó que se está trabajando en grupos comunitarios, conformados por ocho redes sectoriales en los cuales se divide el municipio, las cuales están compuestas por varias comunidades para impulsar diversos proyectos con los jóvenes, como el emprendurismo y capacitaciones. 

La municipalidad también se está apoyando con organizaciones de cooperación en este caso se entrevistó a Bella Kinh, de Corea del Sur, que apoya en esta oficina a la juventud de Intibucá, quien comenta que visita muchas comunidades implementando campañas con derechos de la niñez.

indígenas mueren en manos militares

Asesinatos

Para los indígenas hay dos destinos reflejados en informes de organismos internacionales, de un lado la opresión o la defensa de sus comunidades; del otro lado,  fuerzas armadas de hombres con rasgos indígenas.

Estas Fuerzas Armadas, no obstante, han estado implicadas en asesinatos de integrantes de sus mismos pueblos indígenas. Eso es evidente en las causas judiciales, en los informes anuales del estatal Comisionado de Derechos Humanos, en 2015 lo advirtió la relatora especial, lo repitió el Examen Periódico Universal en su recomendaciones y las visitas de relatores especiales de la Organización de Naciones Unidas como Frank la Rue.

En 2016, militares participaron en el asesinato de la líder indígena Lenca, Berta Cáceres. 

El Informe: Situación de los pueblos indígenas en Honduras destaca que «en diciembre de 2015, en Iriona (Colón), dos jóvenes garífunas fueron asesinados por militares que dispararon sin provocación contra vehículos que transportaban personas no armadas porque sospechaban que eran narcotraficantes. 

Este hecho ha indignado al pueblo garífuna que ha reclamado el retiro de fuerzas militares de sus territorios».

Un militar fue condenado por matar al líder del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (Copinh), Tomás García y herir a su hijo, Allan García. Este hecho ocurrió en 2013.

En la Paz, los militares  y policías son denunciados de manera recurrente por el Movimiento Indígena Lenca de La Paz por violaciones a derechos humanos de la comunidades que demandan un territorio libre de proyectos que contaminen el medio ambiente.

Informe situación de los pueblos indígenas en Honduras

«Honduras es uno de los países más violentos del mundo y los indígenas se encuentran inmersos en esa violencia e inseguridad generalizada. Según diversas estadísticas, la tasa de homicidios en Honduras por cada 100.000 habitantes osciló entre 85,6 y 90,4 en 2012, mientras que en 2014 fue alrededor de 688. Ejercer una labor de defensa de derechos humanos en Honduras aumenta el riesgo de ser víctima de violencia».

Informe: Situación de los pueblos indígenas en Honduras

«20. Los asesinatos de dirigentes indígenas que defienden sus tierras, incluyendo numerosos dirigentes tolupanes, garífunas, lencas, chortís y pech, figuran entre los casos que más se han denunciado ante la Fiscalía Especial de Etnias y Patrimonio Cultural, junto con casos de lesiones, tentativa de homicidio y violencia contra mujeres indígenas. El reciente asesinato de la dirigente lenca Berta Cáceres, quien encabezó protestas contra proyectos hidroeléctricos en la región lenca (ver anexo), llamó la atención mundial a esta problemática.

 

21. Resulta extremadamente preocupante el hecho de que muchos de los dirigentes indígenas asesinados, como la Sra. Cáceres, eran beneficiarios de medidas cautelares otorgadas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para salvaguardar sus vidas e integridad personal. Estos sucesos han ocurrido a pesar de una ley de protección para defensores de derechos humanos9, aprobada en abril de 2015, que establece mecanismos de respuesta institucional a solicitudes de protección para defensores de derechos humanos, incluyendo medidas de alerta temprana para atender situaciones de riesgo. Asimismo, dada la alta presencia del ejército y la policía militar en el país, preocupan los testimonios recibidos sobre la connivencia de fuerzas policiales y militares con intereses privados, empresariales e incluso con el crimen organizado en territorios indígenas, todo lo cual agrava la violencia e impunidad que enfrentan los indígenas.

 

22. El pueblo tolupán ha registrado el mayor número de líderes asesinados, con alrededor de 100 asesinatos en las últimas décadas. Miembros de la tribu tolupán de San Francisco de Locomapa informaron sobre la persecución, criminalización y asesinatos sufridos al oponerse a actividades madereras, mineras e hidroeléctricas en sus tierras, tituladas desde 1864. Durante una protesta contra actividades mineras, tres dirigentes de Locomapa (Yoro) fueron asesinados en agosto de 2013 por individuos al servicio de una empresa. Varios dirigentes tolupanes de Locomapa tuvieron que huir de sus comunidades tras ser amenazados. En diciembre de 2013, la CIDH dictó medidas cautelares en las que se solicitaba al Estado la protección de la vida e integridad personal de miembros de la tribu y sus familiares».

 

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