Capitalismo como pandemia


Por: Rossel Montes
Es evidente que estamos ante un acontecimiento suigĆ©neris en el avance de la humanidad, a pesar de que han habido muchas pandemias a lo largo de la historia, la historiografĆ­a sobre dichos acontecimientos es vasta y abundante; en ese sentido la novedad de la actual pandemia es su coincidencia con el fenómeno Ā«globalizatorioĀ» (globalizador) neoliberal, donde desde fines del siglo pasado los Estados-nación han sido socavados en sus cimientos, una aparente des territorialidad del capital, que aparentemente este no tiene ningĆŗn asidero, pero esto ha sido teóricamente desmentido por teóricos como Atilio Borón en su polĆ©mica con Tony Negri en ā€œImperioā€. La actual crisis sanitaria ha removido los cimientos del mismo viejo Estado benefactor como los europeos que no ha sabido manejar del todo bien la crisis, no digamos de la crisis en LatinoamĆ©rica donde la lucha es del hambre, la exclusión, y la pandemia de la Corrupción con desmanteladas instituciones pĆŗblicas que han sido incapaces, ha sido el gran ausente en esta crisis.
Nuestras vidas estÔn alteradas, eso es un hecho, ¿pero para dónde vamos y en qué momento estamos? La incertidumbre nos acecha, el cÔncer de la corrupción, la falta de Estado, de autoridad, de ética en las prÔcticas públicas, la falta de planificación, de proyectos a largo plazo son ausentes en nuestro país, pero como argumenta el profesor Zizek, el virus le ha dado un duro golpe al capitalismo. Un golpe que no proviene de sus mismas entrañas, sino de una esfera que le es ajena al capitalismo, como lo es la vida, la vida humana, aunque esto solo fenoménicamente, ya que el capitalismo siendo un modo de producción potenciado por el instinto de muerte (TÔnatos según Freud) y el instinto de conservación civilizatorio es creado y potenciado por todos los seres humanos. Paradójicamente el capitalismo es altamente destructivo igual que la humanidad en sus diversos momentos históricos en nuestra naturaleza biológica y animal.
Esta situación ha dejado en evidencia muchas cosas: la incapacidad humana del capitalismo para cuidar la vida como criterio de verdad, y la necesidad de nosotros de un exigente y renovado replanteamiento de toda nuestra estructura de vida.
ā€œLo mĆ”s impactante de la infección es la velocidad y escala de los contagios. Como aĆŗn no ha concluido la primera oleada de irradiación se desconoce la peligrosidad del virus. Pero es evidente que supera los efectos de una gripe corriente. Hay mĆ”s de mil millones de personas enclaustradas en sus hogares, en un inĆ©dito experimento social de confinamiento. El antiguo antĆ­doto de las cuarentenas ha reaparecido a pleno.ā€ (Katz, Claudio, la Pandemia que estremece al capitalismo)
Desde sus orĆ­genes mediterrĆ”neos del capitalismo (F. Braudel) este modo de producción altamente productivo (Zizek) pero tambiĆ©n destructivo (Marx) globalizó las economĆ­as nacionales en la modernidad temprana, lo que Wallerstein llamó La ā€œEconómica mundoā€ y la Ć©poca del mercantilismo, despojando a las colonias de sus riquezas, metales preciosos para la acumulación originaria de capital en los grandes satĆ©lites imperiales, lo que posteriormente surgió con los Estados-nación: la globalización neoliberal. El capitalismo de alguna manera muy directa potenció el desarrollo del virus, al globalizar casi toda la economĆ­a, aunque no toda, porque como argumentaba Rosa Luxemburgo el capitalismo no podrĆ­a ser muy productivo si globaliza totalmente el planeta, siempre deberĆ” tener territorios pobres y dĆ©biles de donde extraer su fuente de riqueza y fĆ”ciles de dominar económicamente y polĆ­ticamente.
A muchas personas aun escépticas respecto de la pandemia, de su origen, de su posible origen conspirativo, o un castigo divino; la pandemia es un fenómeno de la naturaleza que encuentra asidero a nivel societal y se potencia por la incapacidad del Estado neoliberal para proteger la vida humana de forma integral. Siendo en los discursos empresariales actuales la reactivación de la economía como una prioridad ineluctable antes que proteger la vida de las personas. Al parecer el individualismo excesivo de pone sobre el colectivismo y la humanidad.
Muchos son los pensadores que tratan de ver para donde vamos, Zizek argumenta que el comunismo es la vĆ­a para evitar un descalabro humano, otros no son tan optimistas y piensan que el capitalismo seguirĆ” igual o peor, es eso posible, ya que los gurĆŗs y las Ć©lites estĆ”n buscando un reacomodo de las relaciones polĆ­ticas a nivel planetario, lo brotes de racismo en EEUU en plena pandemia, es un ejemplo de una clase rancia y elites que buscan su reacomodo estructural como clase dominante y una sociedad que busca la superación de viejas e inhumanas practicas de aplastamiento, invisibilización del Otro, el Otro como oprimido y explotado como argumentaron pensadores como Levinas, Dussel y Benhabib en cierta manera Rorty en Estados Unidos desde una óptica liberal. El capitalismo tratarĆ” de reacomodarse, e incluso de buscar una salida a travĆ©s del reformismo, invisibilizar la lucha de clases, tratar de demostrarnos que la superación del capitalismo no es posible. Trataran de vendernos la vieja idea socialdemócrata de un ā€œcapitalismo renovadoā€ hasta las izquierdas reformistas caen en el viejo juego de desmovilizar a los trabajadores a nivel planetario.
Definitivamente que el mundo ya no serÔ igual después de este fenómeno, nuestra forma de ver el mundo, de las relaciones intersubjetivas, nuestras valoraciones éticas sobre el funcionamiento de la sociedad actual se dejan entre ver incluso en las personas muy humildes que se preguntan ¿para dónde vamos? El sufrimiento humano se paga caro como la mala política (Bauman) Todo el entramado social estÔ modificÔndose, los sujetos sociales inician a tener miedo, pero al mismo tiempo la dictadura del capital, la reproducción del capital y de los estados hace que la dinÔmica de los sujetos se modifique a pesar de la generación de la obvia crisis del capitalismo. Este puede salir victorioso, incluso lo que pagan las crisis del capitalismo son siempre los ciudadanos, donde recae la producción, la dignidad humana. La guerra entre una dictadura de lo individual ante una solidaridad orgÔnica (Durkheim) es evidente, como la lucha entre clases elites y subalternos
A pesar que el virus proviene del orden biológico y natural, un mundo que aun se nos escapa de la dominación, como lo es el origen de la vida o el origen de la materia y de nuestro universo, biopolíticamente la humanidad tiene en sus manos la posibilidad de modificar las relaciones entre el capital y el trabajo, de lo contrario la crisis humanitaria, sanitaria y ecológica terminarÔ por evaporarnos a nivel planetario. La vida es el único criterio de verdad, salvaguardar la vida debe ser el acicate de todos y todas, sobre todos de los mÔs pobres y oprimidos, es una fundamentación ética y ontológica

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