Por: Rossel Montes
Ya han pasado 7 años desde que escribí mi primer artículo sobre Cornelius Castoriadis titulado La ontología histórico-social de Castoriadis que ahora es parte de mi “libro Filosofía política, existencialismo y marxismo” donde explico de forma sucinta las distintas posturas teóricas de este polifacético pensador. Y también sería el segundo escrito donde abordo el problema estrictamente ontológico o el problema del ser en nuestro autor, siendo el problema de fondo, lo que subyace en todo el engranaje y edificio teórico. Castoriadis fue un teórico de nivel alto (Intelectual alto) que es muy difícil de encasillar, en nuestro autor se dejan ver preocupaciones filosóficas, sociológicas, antropológicas, económicas, psicoanalíticas, politológicas e históricas y una onto-preocupación epistemológicas por aprehender la realidad efectiva de lo social histórico.
El problema del ser ha sido desde los mismos inicios de la especulación filosófica el ABC de toda teoría sobre la realidad y de la misma filosofía. La filosofía griega inicia sobre el problema medular de que es el ser, con las discusiones de Parménides y Heráclito, aunque siendo disertadas de forma poética en algunos casos, los filósofos griegos llegaron a intuir de forma radical el devenir y la mecánica del todo, lo que se llamó Physis, naturaleza en griego. En el siglo XX hay un despertar por la preocupación metafísica y ontológica, con el filósofo alemán Martin Heidegger y la creación de una ontología fundamental, por la senda abierta por su maestro Edmund Husserl. Después de Kant asevera E. Nicol en su “Metafísica de la expresión” la ontología y el auge del positivismo decimonónico no dejó espacio para la ontología y la pregunta por el ser. Kant llegó a argumentar que una ciencia del Ser era imposible, inviable, epistémicamente imposible de construir. La filosofía de la modernidad se debatió entre la objetivad y la subjetividad, era el problema gnoseológico el problema medular, no el problema del ser, de lo óntico. Esto hizo que Heidegger se enfrentara con Kant en su obra Kant y el problema de la metafísica. Herbert Marcuse influenciado por la analítica existencial tratará de rescatar el asunto ontológico en Hegel, cuestión que después dejará abandonada por el giro hacia la teoría crítica y la sustitución de las categorías heideggeriano por el marxismo y el psicoanálisis.
La historia de la ontología se debate entre la más alta especulación abstracta pero también un intento por definir la naturaleza humana, lo que hay de esencial en la existencia, realidad humana e histórica.
“el Ser no es un sistema, no es un sistema de sistemas, ni tampoco una gran cadena. El Ser es abismo o caos, o aquello que carece de fundamento”. Cornelius Castoriadis (2000:11)
Las ontologías del siglo con Husserl, Heidegger, Hartmann, Sartre, Zubiri y más recientemente me atrevo a acuñar la ontología de la ética de la liberación trataron de hacer una asimilación original de la tradición de la metafísica que tenía más de 2000 anos, Heidegger en “Ser y tiempo” intenta una revolución ontológica (Gadamer) criticando lo que sería la superación de la metafísica como un saber radical de primer grado, con la creación de una analítica existencial Heidegger pensaba que había que bajar a la ontológica de una ontología general, no solo el olvido del ser sino que ingresar a sujeto en la problemática, el daseín heideggeriano es la construcción de una antropológica filosófica sin que el autor lo quisiera así. Y esto es algo que inicio propiamente con el racionalismo y la modernidad; l invención del sujeto es algo moderno aseveró Foucault en algún momento.
Como bien lo argumenta la filósofa Claudia Mora nos dice sobre nuestro autor: En la manera según la cual Castoriadis concibe lo real resuenan los fragmentos de Heráclito: El ser no es un sistema, el ser es caos, abismo o sin fondo. No existe un sustrato, no hay un fundamento que permanezca inmóvil a través de los cambios, el ser es tiempo, el ser es creación continua, un fluir incesante que da lugar a formas nuevas. Una vis formando, que no es un universal, ni una sustancia, ni una forma, sino la condición de posibilidad para cualquier forma existente. Dice en Hecho y por hacer: “El ser en general es creación.
La revolución teórica de Castoriadis frente al pensamiento heredado u ontología (Yago Franco) heredada que pensaba AL SER de forma cerrada como un gran sistema en lo cual todo estaba determinado por otras formas así hasta el infinito. La ontología castoridiana es la ontología de la creación, la creación en el tiempo, es caos porque no hay determinaciones absolutas, tampoco es que Castoriadis este eliminando la causalidad en el ámbito de la ontología, simplemente que en cada estrato el ser está siendo impulsado por otras fuerzas que no lo dejan en la inmovilidad, por eso en el pensamiento de Castoriadis resuena el pensamiento de Heráclito más que el de Parménides o Heidegger.
Castoriadis pensaba que el ser tenía varios estratos y se estudiaba de etapas por las diversas posturas y ciencias, el ser primero, es caos, lo sin fondo, estudiado por la ontología, el ser viviente estudiado por la biología, el ser psíquico por la psicología, o histórico social por las ciencias humanas, el ser sujeto, que es la construcción de la emancipación societal e histórica del sujeto para devenir en un ser heterónomo. Para Castoriadis el tiempo no es una dimensión más de la realidad humana, sino que es creación pura, en este sentido nos adentramos al mundo de la praxis. El ser de lo imaginario se alimenta de la actividad humana como la categoría que rompe con las determinaciones y posibilitan la creación incesante de nuestras significaciones imaginarias y sociales. El ser de lo imaginario crea la realidad en formas que no existían antes, en ese sentido la creación del mundo histórico social es incesante. Es de hacer notar que lo imaginario no fue muy bien estudiado en el pensamiento occidental, ni siquiera por Aristóteles, Kant, Marx, Heidegger, Freud siendo este último que el que puso más atención al concepto, ya que el concepto de lo imaginario había encontrado asidero en las problemáticas del psicoanálisis y la psique a inicios del siglo XX.
“…habría que comenzar resaltando que el descubrimiento de la radicalidad ontológica y epistemológica del imaginario social ha pasado necesariamente por una superación de dos escollos teóricos fundamentales: por una parte, el materialismo que, en sus distintas vertientes – fundamentalmente marxistas y psicoanalíticas-, enfatizara una ontología social en la que la naturaleza última de las instancias representacionales, adicionales, omnipresentes en la vida
social era analizada desde una recurrente génesis explicativa siempre de índole material (bien sea ésta pensada en términos de conflicto infraestructural o libidinal) y, por otra, el racionalismo que, inaugurado en Occidente por el cartesianismo, devaluara aquellos órdenes de la experiencia humana y social que no lograban encajar en el seno del modelo de saber instaurado por la modernidad y que, básicamente, había entronizado la objetividad y la legalidad científicas…”
Castoriadis analiza la sociedad contemporánea bajo una nueva dinámica teórica, superando las propuesta teóricas predominantes como el materialismo marxista (Diamat y marxismo occidental) y dialéctica las hipercategoría de la determinación propias del racionalismo cartesiano hegeliano y el funcionalismo y estructuralismo muy predominantes en el siglo XX; a todo esto nuestro autor se lanzó por la senda de la contingencia, el azar el caos, imaginación primera, hallazgos, significaciones imaginarias, de la acción, de la praxis, del hacer, la autonomía, el magma.
Hay que dejar claro que Castoriadis no entiende lo imaginario radical como un plano de ficción o ideal, sino que se entiende que lo imaginario radical es el plano de la realidad efectiva, es la praxis social.
La ontología del ser social en Castoriadis al igual que en Marx es una ontología que busca su última fundamentación en la praxis. La praxis en Castoriadis funciona a través del ser de lo imaginario, el ámbito de las creaciones espontaneas. Lo imaginario consiste en la creación incesante (Desde lo psíquico), y lo social (histórico) pues lo social es el ámbito donde convergen lo individual y lo colectivo.
La ontología de la creación de Castoriadis representa un avance en el desarrollo de las ontologías del siglo XX, de la determinación causal al plano de la indeterminación, el surgimiento de lo totalmente nuevo a partir de la creación constante de nuevas significaciones imaginarias, que se ven concretizadas en las instituciones sociales, estas instituciones son la evolución constante del ser social del hombre. Su ser, su ser ahí es su Hacer, el hombre se inventa y reinventa su mundo que viene del caos y de la locura para devenir en un ser racional. El hombre, lo humano es una fisura contingente causal y accidental en la realidad, en el caos, en el cosmos, es un separador de mundos, rompe la realidad con su accidentalidad.
Bibliografía
Castoriadis, Cornelius (1998b). Hecho y por hacer. Pensar la imaginación. Buenos Aires,
Castoriadis, Cornelius (2001). Figuras de lo pensable. Buenos Aires, F.C.E.
Castoriadis, Cornelius (2004). Sujeto y verdad en el mundo histórico‐social. Buenos Aires,
Eudeba.
F.C.E.
Montes, Rossel, Filosofía política, existencialismo y marxismo, El Progreso, Ed San Ignacio, 2019
Eugenia Cisneros, María, Individuo e imaginario en la obra de Cornelius Castoriadis, Universidad Central de Venezuela, 2011.
Castoriadis, Cornelius (1998a). Los dominios del hombre. Las encrucijadas del laberinto.