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Foro “Honduras, democracia y pandemia” inicia con boicot e intimidación

Por Luis Hércules

Tegucigalpa, Honduras | Reporteros de Investigación. Un ataque cibernético sufrió el Foro Honduras, Democracia y Pandemia. La agresión ocurrió por usuarios que interrumpieron el inicio de la ponencia del primer invitado sobre las nuevas manifestaciones de la polarización política y el impacto en la democracia latinoamericana en el contexto de pandemia.

El conversatorio virtual fue organizado por la Fundación Friedrich Ebert, la Organización Ayudamos Honduras (OAH) y la Facultad de Ciencias Sociales a través de la Carrera de Sociología de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH). Se llevó a cabo el martes 2 de marzo.

Mariano Schuster, editor de la Revista NuSo, con sede en Argentina, aprovechó el boicot para mencionar que la polarización se ha profundizado.

“Yo justamente iba a hacer eje en algún momento en la polarización y en los sistemas políticos existentes y estas interrupciones en los zooms y en las conferencias virtuales que también se vincula a una política complicada, agrietada, en la cual se ejercen facultades no democráticas para coartar debates tan importantes que organiza la Fundación Friedrich Ebert”.

También recalcó que con el correr de la pandemia se retomaron las clásicas polarizaciones de los sectores conservadores, con lo que contextualizó los escenarios de las elecciones en Ecuador y Bolivia. Para Schuster ha sido importante entender que la gestión de la pandemia es relevante para los electores al momento de votar, pero también la forma en qué ha beneficiado a los gobiernos o a las oposiciones, ya que “en unos contextos, la pandemia beneficia a los oficialismos y en otros ayudan a las oposiciones”.

En Ecuador, a pesar de haber pasado por escenarios traumáticos a nivel social, la gestión de la pandemia ha sido diferente ya que Lenin Moreno no se presenta como candidato y es un “delfín” que sale del partido de Correa. En cambio en Bolivia, sí tuvo un impacto directo debido a la improvisada gestión de Janine Áñez y el partido Unidad Democrática pagó con la derrota su gestión.

Y entre sus recomendaciones finales, señaló que “los demócratas y progresistas en América Latina, deben tener la capacidad de defender a la vez políticas sanitarias y políticas en el caso que sean necesarias de confinamientos o de cuarentenas, que no sean utilizadas para vulnerar las libertades de los ciudadanos, ni que sean utilizadas para concentración de poder de líderes políticos que a veces tienen tentaciones autoritarias”.

La transición al plano nacional corrió por cuenta de Leticia Salomón, socióloga investigadora asociada del CEDOH, quien inició mencionando tres puntos fundamentales para su exposición; Las condiciones preestablecidas, los retos de la democracia y la perspectiva inmediata.

Resaltando que “si la democracia andaba mal, con la pandemia se ha desbordado”.

Para Leticia Salomón, “el Estado de Derecho es la estructura donde se monta la democracia”, “y durante la pandemia se ha visto corrupción generalizada en la punta de la pirámide y es lo que debe preocuparnos porque es lo que provoca impacto en todos los sectores”, versó.

Otro elemento que arrastramos desde antes de la pandemia, ha sido la concentración de poder en la presidencia. A tal concentración le ha beneficiado el control ideológico a través de los medios de comunicación, religión, manejo de la transparencia, información y control jurídico que se refleja en corrupción, señaló. 

Añadiendo que todo lo anterior ha provocado falta de credibilidad en el Estado y esto lo vemos reflejado cuando los candidatos hablan de fraude electoral, porque tampoco creen en el sistema. “A tal punto que hoy es imposible convivir con personas que piensen diferente”, lamenta Salomón.

Esto también se observa y materializa en la discrepancia entre el Colegio Médico de Honduras y el Presidente. Lo que ha llevado a un grave problema en el manejo de la pandemia ya que “quienes dirigen no son las personas más preparadas, sino las incondicionales al Presidente”.

Respecto a las perspectivas electorales, ha destacado que “hace falta que los candidatos de la Oposición tengan claridad de cómo van a desmontar el actual Estado que ya tiene más de 10 años”. “El actual presidente es una amenaza para la democracia de Honduras e igual el Partido Nacional”, denunció la investigadora.

Al referirse a las reformas electorales, recomendó que es necesario “asegurar reformas electorales en los primeros dos años del siguiente periodo”.

Continuó recomendando “desmilitarizar el Estado y a los líderes políticos que no tienen claridad sobre el papel de los militares en la sociedad y el peligro que representan para la democracia”.

El último panelistas fue el sociólogo e investigador del CESPAD, Eugenio Sosa, quién por su lado, inició explicando que “la pandemia sociológicamente es un hecho totalizante, ósea, que afecta todos los ejes de la sociedad”. Por tanto asegura que “no es lo mismo que llegue una pandemia a países como Costa Rica o Uruguay, a que llegue a países como Honduras por las condiciones”. A lo que concuerda con los dos panelistas anteriores en que la pandemia es amplificadora de la crisis.

Respecto a las elecciones, Sosa, recuerda que no es nuevo, “venimos de procesos electorales precarios”, “en 2005 empezaron los primeros reclamos por fraude”. El fraude, remarca, “es un vicio de los procesos electorales en Honduras”.

Y antes de la pandemia, recalca que a principios de 2020, sale la MACCIH, “no hay que olvidar eso”. Y agrega que no existieron las reformas que se necesitaron después de la crisis post electoral de 2017, en cambio a penas se lograron algunos ajustes.

Y al no realizar reformas, se seguirá repitiendo errores que vienen desde hace mucho tiempo, como cuando “en 2013, en un documento del CEDOH, se remarcaba una alarmante señal de compra de votos”.

Por lo menos para las primarias “hay suficiente combustible para un proceso conflictivo”, “no hay nueva tarjeta de identidad, el conteo se dejó a responsabilidad de los partidos”. “Si no se resuelven esas pequeñas crisis, las elecciones generales serán un problema. Además, de no llegar a acuerdos entre la Oposición, lo que tendremos son dos frentes de oposición contra un frente oficialista, que definitivamente daría la oportunidad de perpetuarse en el poder a este último”, señala Sosa.

El mismo sociólogo, alertó que la oposición debe tener cuidado de no terminar fragmentándose entre sí después de las elecciones primarias.

Por cuenta, Leticia concluyó que ya es muy tarde para realizar reformas de cara a las elecciones generales y que “cuando se producen elecciones en un contexto de fragilidad, no se pueden esperar buenos resultados democráticos.

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