Tegucigalpa, Honduras |Reporteros de Investigación. A sólo unas horas del crimen contra cuatro jóvenes, ante los medios de comunicación, el discurso público de distintos actores tradicionales y la propaganda apunta a la necesidad de sacar los militares a las calles, una evidencia de que hay una campaña abierta para desprestigiar a las autoridades de Seguridad y crear la necesidad de remilitarizar la seguridad. Lo venimos documentando desde marzo de este año.
Al mismo tiempo, hay una campaña interna y externa del crimen organizado, aliados con políticos, para desprestigiar al ministro de Seguridad Ramón Sabillón y al director de la Policía Nacional, Gustavo Sánchez Velásquez.
La exhibición de imágenes cruentas al claro estilo del crimen contra Magdaleno Meza o del escape de Alexander Mendoza, alias El Porky, jefe de la MS en Honduras, da cuenta de un innegable modo de operar del crimen organizado ligado al expresidente Juan Orlando Hernández y a estructuras criminales que tienen acceso a poder, armas de guerra, conexiones políticas, acceso a estrategias tácticas para incrementar la percepción y manipular la opinión pública con el mercadeo del terror. Sino, acuérdense del asesinato y mercadeo del crimen contra el periodista Anibal Barrow y unos años más tarde, el Cachiro, el narcotráficante, ligado a políticos, militares y policías corruptos de Honduras, aceptó que participó en el crimen.
En la conferencia de prensa dada hace unas horas, la viceministra de Seguridad Julissa Villanueva, confirmó nuestras investigaciones periodísticas basadas en fuentes diversas: hay una estrategia para crear pánico y desestabilizar a las autoridades de Seguridad. Unas horas antes, el director de la Policía Nacional, comisionado general Gustavo Sánchez, dijo que hay sectores que quieren crear caos y desestabilización.
Este es un momento crucial para eliminar la influencia militar en la Policía Nacional.
Si realmente las personas defensoras de derechos humanos y la cooperación internacional quieren una policía sana que deje atrás los escuadrones de la muerte y hay una real intención de desmilitarizar la seguridad pública, mal harían las fuerzas sociales en hacer caso a las voces que han salido de manera inmediata en los medios masivos de Honduras a promover la remilitarización como el remedio para frenar la ola de violencia.
¡Cuidado! Es una trampa, la muerte en Honduras y las masacres se siguen utilizando para influir en la política pública. Lo hemos venido denunciando desde 2020 aunque damos gritos en el desierto, el tiempo está confirmando nuestras investigaciones periodísticas.