
La funcionaria encargada de la Biblioteca Nacional de Honduras y su red de bibliotecas, la Hemeroteca Nacional, el Archivo Nacional y de la imprenta estatal, accedió a dar una entrevista sobres los objetivos de su gestión.
Texto y fotos: Wendy Funes
Tegucigalpa, Honduras | Reporteros de Investigación. Ese vapor de moho que da cosquillas en las fosas nasales, el olor a papel con humedad de varios lustros y el estallido de polvo suspendido en el aire invadieron la nariz de la doctora Lety Elvir. Comenzó a toser y a tener escozor en la piel. Había entrado a un sitio “restringido” de la Hemeroteca Nacional.
Sus pupilas se dilataron con asombro. Una corriente de impotencia recorrió su cuerpo hasta desembocar en sus ojos húmedos por la rabia y desolación. Entonces calló. Y cayó en cuenta que el sitio en realidad permanecía restringido para esconder el cataclismo.
Era mentira que la estancia con arquitectura histórica estuviera tan débil que con solo ingresar podría derrumbarse.
En ese instante, el primer reflejo fue de llanto al ver el patrimonio nacional bajo la herrumbre como si los papeles con carcoma fueran una ilustración de la situación en que estaba el país.
—Nos encontramos con una instancia llena de ácaros, llena de humedad, movimos unos libros, unas cajas. Después se fueron encontrando ratones muertos, periódicos y revistas con olor a orines de ratones. El olor era, era horrible, olía, olía a humedad, olía a ácaros, olía a suciedad. La gente que trabajaba ahí parecía ratoncitos asustados. También olía a, ratón—, recuerda la Doctora en Letras y Artes en América Central de la Universidad Nacional de Costa Rica y actual directora del Libro y El Documento.
La Dirección General del Libro y El Documento es una instancia Adscrita a la Secretaría de la Culturas, las Artes y los Patrimonios de los pueblos de Honduras. Esta dirección tiene bajo su cargo la Biblioteca Nacional de Honduras y su red de bibliotecas, la Hemeroteca Nacional, el Archivo Nacional y una imprenta estatal.
Empleados enfermos por el moho
Un año después de aquel episodio, sus ojos brillan como si una lágrima luchara por no salir. En la sala había un caos de papeles históricos de Honduras bajo suciedad y entre el vaho de hongos como si fueran un manto invisible, fueron saliendo algunos rostros.
—Yo los miraba pálidos, tristes. El color de su piel era extraña, una señora andaba con su cabeza cubierta. Después supe que había quedado calva por los hongos que había ahí. Se le estaban cayendo las pestañas. Es algo, que médicamente nunca se interesaron en comprobarlo. Le ayudamos en todo para que su tratamiento avanzara y finalmente se jubiló, estaba muy agradecida también. Solo pasaba en médicos y médicos por asma cuando ella no era asmática.
El desconcierto que la doctora sintió en ese segundo es la misma emoción que siempre le produjo la fotografía del buitre esperando la muerte de un niño, víctima de la hambruna en Sudán, captada por Kevin Carter, el fotógrafo que ganó un Premio Pulitzer con esta obra y luego se suicidó.
Debido al abandono, el remedio del gobierno del Partido Nacional, bajo el liderazgo del presunto narcotraficante Juan Orlando Hernández, fue prohibir la entrada a periodistas.
Los empleados no tenían material adecuado ni implementos de limpieza apropiados. Entonces les decían que cubrieran con otros periódicos o con cartones, la suciedad, pero que no permitieran el acceso a periodistas, contó la directora en esta entrevista.
Una de las obras carcomida por la polilla es una compilación de la vida social de los años treinta y cuarenta de la poeta hondureña Clementina Suárez.
La ministra de Cultura, Anarella Velez, cuando vio la destrucción, pensó que era demasiado doloroso y se comprometió a rescatarlo en la Biblioteca Nacional de Honduras.
La siguiente emoción de la doctora Elvir fue de lucha para buscar una solución y se le ocurrió que la única forma de restaurar el estropicio es formulando diversos proyectos.
La historia de una restauradora
Entre la maleza que crecía atrapando debajo de sí el patrimonio cultural de Honduras y enfermando al personal, en una batalla silenciosa contra la roña, una restauradora de Libros con más de 30 años de experiencia, Martha Aceituno, rescataba los documentos.
En vez de quedarse impotente mientras veía la catástrofe, luchaba por repararla, con un trabajo invisible que elaboraba con cooperación del gobierno de Suecia y a veces sin material para restaurar libros (que es bastante costoso).
—A ella se le ha revalorado se le ha aumentado su salario, se le ha dado una responsabilidad importante de restauración. Ella está satisfecha. Está muy agradecida. Ella restaura con esa paciencia con ese amor que yo le vi. Con aquella paciencia, que no la tiene todo el mundo. Tiene que ser una persona con habilidad motora en sus manos, pero también ponerle corazón y tener esa capacidad de aguantar horas y horas. Es un trabajo de orfebre, cómo ir pegando pedazos de papel especial, que hay para eso, hasta que la página quede completa unida y además meterla al agua sin que se le deshaga y dejarlo limpio de hongos, entonces le puse a dos personas más. Se le aumentó el salario y se le dio un cargo. Pues ella como restauraba, yo creo que eso es eso es curativo, ella curaba—, cuenta la directora del Libro y el Documento al preguntarle si ella lucía también desolada.
Feria Internacional del Libro en Honduras

Elvir tiene entre sus proyectos no solo la restauración, en 2022 se llevó a cabo la primera Feria Internacional del Libro en Honduras. La gente se aglutinó durante varios días en diferentes eventos culturales, compartió con escritores en los bajos del Congreso Nacional y la cantidad de personas lectoras fue más de la esperada. Además se convirtió en una atracción de turistas nacionales e internacionales.
La Feria del Libro apuesta a convertirse en una fiesta nacional.
Honduras es un país de ferias religiosas y es la primera vez que el Estado impulsa una actividad cultural de esta envergadura. Para este 2023 hay planes de mejorar la experiencia e incorporar a diversos sectores en vista de que Elvir, considerada por académicas del ramo como una artista de la Literatura Hondureña que sí conoce del tema, pretende establecer esta política para que se convierta en otra tradición que rescatará la identidad cultural.
Además, tienen planificado avanzar hacia la digitalización para que la Literatura de todos los géneros esté al alcance de las personas historiadoras, hondureños en el extranjero, público en general.
“Que esté al alcance de un clic toda la información que se posee, pero claro, eso comenzaba por un diagnóstico”. El diagnóstico se hizo el primero año.
