
"Es un tema que debe de sentirse en el corazón""
“Cuando las personas están pasando un tema o una situación tan difícil como esta, uno generalmente necesita mucho de alguien que lo escuche de alguien que le guíe y que le dé la seguridad de que todo va a estar bien”.

Tegucigalpa, Honduras | Reporteros de Investigación. Ella puede sentir el dolor y la incertidumbre con quien sufre el inmenso vacío de una ausencia inesperada. Dos hoyuelos se dibujan en las mejillas de Dirla Ferrufino cada vez que sonríe.
Es una policía notable. Una joven inspiradora. Una agente que motiva para luchar. Una mujer policía sensible al dolor ajeno. Solidaria. Empática. Apasionada por su trabajo.
Basta con verla una sola vez para saber el corazón que pone en cada detalle de su carrera. Con el transcurso de los días siguiendo su función pública, deja aparecer a una profesional entusiasta que aun cuando no está uniformada hace voluntariado en la Cruz Roja para buscar a personas desaparecidas.
Las desapariciones en Honduras son su objeto de estudio, un tema bastante conmovedor que la llevó cada día a estudiar, leer, enfocarse, informarse, a entender cómo escuchar y ayudar a miles de familias.
Es una profesional especializada por pura pasión y deseo de servir y proteger a su ciudadanía. Es como deberían ser idealmente todas, todos y cada uno de los policías del país.
Ella busca a gente desaparecida en un país con familias que desde los ochenta indagan sobre el destino de sus hijos, padres, hermanos…en cementerios, exhumaciones, fosas clandestinas; un país con familias que llegan a postas, hospitales, morgues o a la ruta del migrante para saber qué fue de sus parientes.
“Hola, buenas tardes, mi nombre es Dirla Ferrufino. Soy Clase I de Policía y actualmente estoy asignada en la Dirección Policial de Investigaciones y con asignación especial en el Área jurídica de la Policía Nacional”, así empieza esta conversación con Reporteros de Investigación en un restaurante de la capital de Honduras.
“Soy originaria del departamento más bonito de Honduras de El Paraíso. Soy la hija mayor de mis papás. La hermana mayor de cuatro hermanos y pues mi papá es muy orgulloso y yo igual muy orgullosa de ellos, porque realmente hoy en día todo lo que yo he logrado es gracias a los principios que ellos me enseñaron, el temor a Dios. Vengo de una familia del campo, totalmente, amo el campo, la montaña. Mi aldea se llama Los Llanos. Es una aldea cerca de la Aduana de Las Manos, muy bonita”.
La agente Dirla acaba de egresar de un curso de Técnica Internacional en Criminalística, cursado en Costa Rica; ha trabajado en investigación criminal. “Hoy en día no se puede hablar de algo legal, si no se puede comprobar de una forma científica”, sentencia.
Su pericia en la búsqueda, el empeño y profesionalismo en lo que hace, la ha llevado a formar parte de la unidad de búsqueda de personas desaparecidas de la Policía Nacional. Por eso, su lucha quedará grabada en la historia estatal de la evolución contra las desapariciones.
La nueva Ley Amber
Ferrufino ha venido trabajando en los protocolos. Los manuales y los protocolos están ya en proceso de firma. Fueron creados con la finalidad de respaldar a las personas. La Ley Amber es para regular las búsquedas de menores de 18 años, fue aprobada en 2016, por el Congreso Nacional.
En el país existen también desapariciones forzadas, tipificadas en el nuevo Código Penal y están las búsquedas en general, esto es parte de un portafolio de servicios de la Policía Nacional de Honduras.
En el año 2012, empezó como voluntaria de la Cruz Roja Internacional, de tal forma que en los últimos 12 años, su labor está enfocada en la búsqueda de personas. Es uno de los problemas que “causan más dolor y más sufrimiento en la población hondureña. Entonces, para mí ese es un tema de mucha importancia y siempre lo he trabajado con muchísimo gusto y como un aporte para mi país”.
“Nuestra función por la naturaleza de nuestro trabajo, cuando vemos el dolor de una familia que busca una persona desaparecida, todos los miembros de la Carrera Policial, pues, tenemos esa empatía con el ciudadano y siempre pues tratamos de ayudarlo de la mejor manera posible”.
La Policía Nacional ha apoyado a la Clase I para forjar la especialidad en esta área –cuenta– sintió en carne propia el dolor de buscar a alguien cercano. Debido a eso es que comprende este desconsuelo. “Aparte de que la naturaleza del servicio de la Policía Nacional es servir y proteger, pues nos vemos con una obligación moral de ser empáticos con la ciudadanía”.
“Es un tema que debe de sentirse en el corazón, es un tema que está enfocado en querer ayudar a las personas”, en dar ese ese aporte para evitar el sufrimiento que vive cada una de esas familias hondureñas, por los diferentes tipos de desapariciones, ya sea forzada, ya sea voluntaria, por migración, por desintegración familiar, por falta de empleo.
“Siempre es un círculo que está abierto que causa mucho dolor en la gente que ya no tiene a esa mamá, ese papá, a ese hermano, ese hijo que no saben qué estará pasando. No pueden llorar porque no tiene la certeza de qué le pudo haber pasado. Para mí como profesional al servicio del Estado de Honduras, de los 16 años de carrera, 12 años los he dedicado a la búsqueda de personas desaparecidas. Es un tema muy bonito. La verdad sentimentalmente para apoyar a la familia hondureña”.
Cada día a las postas policiales llegan reportes de seis y hasta 10 desapariciones. Un caso que marcó a Ferrufino fue ver a una persona esclavizada por una red de trata en México.
Una tragedia marcó la aprobación de una ley
Una madre junto a su hijo y sus dos hijas desparecieron en 2012 cuando viajaban hacia Estados Unidos y atravesaban México, fueron captados por bandas delincuenciales dedicadas a la trata para explotación sexual comercial. En 2014, el niño logró escapar, sus hermanas quedaron esclavizadas, fueron víctimas de redes de prostitución. Nunca más se supo nada de la madre. “Al niño lo tuvieron privado de libertad en México y le destruyeron el rostro con ácido de batería, realmente la historia era tan conmovedora que sí lo llevaba a uno hasta las lágrimas”.
Este caso marcó la ruta para trabajar a partir de 2014 en el primer borrador para la creación de Ley Amber. “Las muchachas fueron víctimas de esclavitud y no había una forma de poderles ayudar, de liberarlas. El menor llegó en busca de ayuda a la institución policial, se hicieron unas coordinaciones con Interpol y con la policía de México para que se pudieran realizar el rescate de las menores y realmente como no había una forma de buscarlas, no había una ley, un reglamento, un protocolo. Entonces de ahí nace toda esta esta idea y hoy en día pues es una realidad para nuestro país”.
Al joven se le dio el tratamiento debido en la institución; se le tomó su denuncia, se le tomaron declaraciones, se realizaron coordinaciones con la policía de México. Las menores fueron rescatadas y traídas a Honduras pero la mamá de él aún sigue desaparecida. «Hace cuatro años (2019) estuve en comunicación por última vez con el joven y realmente es una historia que marca vida porque él tenía secuelas y cicatrices que nunca iba a curar, por tener su rostro desfigurado y aparte de la historia de ver a sus hermanas siendo víctimas de prostitución en otro país. Son historias, son historias bastante duras que a uno lo conmueven y lo llevan a sensibilizarse por el tema”.
Como policía se ha conmovido muchísimas veces porque es duro escuchar a una mamá a decir que no sabe dónde está su hijo, si estará pasando hambre, sueño, frío; si estará durmiendo en una calle, siendo víctima de maltrato; “sí, es difícil o ver a un menor que extraña tanto su mamá, su papá, un abrazo, un buenos días y llora la ausencia de ese familiar desaparecido”.
A veces siente que es muy difícil contener las emociones, pero siempre ha sabido mantener la calma en los momentos más adversos para dar fortaleza a las y los denunciantes. “Al momento de sentirnos afectados nosotros emocionalmente, psicológicamente, pues la institución también cuenta con psicólogos que están a disposición de miembros de la Carrera de Policía para intervenciones en crisis”.
Con su experiencia, Ferrufino cree que los temas estructurales para abordar las desapariciones son mejorar la educación, el trato hacia los niños, la educación para los padres, el cuidado entre la misma comunidad, la protección de persona adultas mayores y mejorar las condiciones para evitar la ruta de la emigración.
También es importante que si una persona decide emigrar lo comunique a sus allegados, tener mucho cuidado en el camino y tratar siempre de estar en comunicación con sus parientes para evitar esos sufrimientos.

Por Wendy Funes
En cada cosa que hacen, las mujeres brillan con una luz que resplandece y vibra de una manera diferente. Desde la primera vez que vi a la Clase I, Dirla Ferrufino, en un evento de presentación de la Ley Amber, en un hotel con cerámica y lámparas de cristal de la capital hondureña, supe que el destino nos unió para contar su excepcional historia.
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