Escribiendo uno puede transformar una sociedad
Tegucigalpa, Honduras. Es una mañana de sábado de agosto. Dina Meza se acaba de bajar del vehículo doble tracción, estacionado a unos dos metros de un campo de resistencia en el departamento de Yoro.
Los pobladores están instalados en la entrada del pueblo con mantas que tienen consignas, permanecen debajo de carpas. Se oponen a la instalación de una empresa hidroeléctrica en esta zona de Honduras, sin haber socializado su proyecto con la comunidad.
Dina Meza luce un vestido largo y como siempre, lleva los labios rojos. Es una apasionada del Lipstick, el perfume y hace diez años tiene una estrecha relación con Dios. Para ella sólo Dios la ha protegido en medio de hombres armados que la han rodeado para golpearla o destruirle su equipo periodístico.
Esta mañana se acerca y saluda a cada persona que está en protesta, con un apretón de manos, luego se sienta y empieza platicar con ellos, los observa y anota en su libreta las respuestas sobre esta protesta. Han pasado 24 horas desde que hirieron al comunicador del Movimiento Amplio por la Dignidad y la Justicia, Martín Fernández.
Hace unas horas apenas, Dina Meza supo la noticia cuando viajaba hacia las playas azules de Santa Fe, departamento de Colón para investigar sobre las tácticas de desplazamiento forzado que el poder ha puesto en marcha para expulsar a los garífunas de esta zona.
Durante el trayecto a Santa Fe, las hojas caían con lentitud sobre el camino, apareció una mujer que cargaba a su hijo en brazos y fue quedando atrás por la velocidad del automóvil, luego, un señor sobre su caballo, cabalgando por el camino de herradura…en el departamento de Colón.
Al salir del campamento en Yoro, su celular le trae más noticias: debe viajar al día siguiente a la zona sur del país para acompañar a los jóvenes criminalizados por protestar en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras.
En Tegucigalpa, en el centro del territorio, Dina lleva más de un mes coordinando acciones de defensa de los estudiantes que se mantienen en huelga de hambre por la falta de democratización en la UNAH, “estamos cansados”, dice en referencia al trabajo junto a Tomy Morales y al resto del equipo. Han tenido que amanecer en la UNAH acompañando a los estudiantes, un grupo de choque recientemente estuvo a punto de golpearla cuando hacía defensoría, cuenta Dina.
Es una periodista con frases, cortas y francas, bromea y no le gustan las palabras soeces, su libro favorito es el Arte de la Guerra y para ella la defensa de los derechos humanos, al igual que el periodismo, debe hacerse desde el campo de los hechos.
Es una de las periodistas y defensoras más reconocidas de Honduras, según se puede constatar por los premios nacionales e internacionales recibidos debido a su labor, es la corresponsal de Reporteros Sin Fronteras en Honduras, fundadora de la Asociación por la Democracia y los Derechos Humanos (Asopodeuh), presidenta de Pen Honduras, columnista de medios internacionales y directora fundadora del periódico Pasos de Animal Grande.
Premio | Organización |
Premio Periodismo Bajo Amenaza 2007 | Amnistía Internacional |
Premio Libertad de Expresión 2014 | Oxfam Novid Pen International |
Nominada Premio Libertad de Expresión 2014 | Index on Censorship, Londres |
Nominada 100 héroes y heroínas de la Información 2014 | RSF |
Premio Letras 2016 | Festival de Cine y DD. HH. de Barcelona |
Al menos en tres juicios penales por criminalización de defensoras de derechos humanos, celebrados en el Tribunal de Sentencia su nombre y el contenido de sus reportajes ha sido mencionados, se trata del juicio de Gladys Lanza, Lesbia Pacheco; Sergio Ulloa, Cesario Padilla y Moisés Cáceres, pero ella afirma que no tiene temor porque aunque hay un riesgo de criminalización, el secreto de su protección es su relación permanente con Dios.
ReporterosdeInvestigacion.com acompañó unas horas a Dina Meza para conocer un poco más a fondo su vida. La entrevista fue con el rumor de las olas del mar de Trujillo, a poco minutos del crepúsculo. Cerca de nosotras una adolescente jugaba con su perro negro Rottweiler, nadando y corriendo a la orilla del mar. El perro jadeaba. La joven sonreía y así empezó la entrevista:
Reporterosdeinvestigación (RI): ¿Le gusta que le digan defensora de derechos humanos?
Dina Meza (DM): Sí me gusta y periodista también.
RI: ¿Por qué cómo entra a este mundo?
DM: Bueno, fue el 31 de julio de 1989 cuando supe que en Honduras había violaciones de Derechos Humanos, antes ni me lo imaginaba, fue un mediodía de ese día cuando fue secuestrado mi hermano mayor, Víctor Meza Elvir, y se lo llevaron un equipo militar en una camioneta sin placa, vidrios polarizados, se lo llevaron a una cárcel clandestina, donde estuvo torturado por una semana. Casi le destartalaban totalmente la columna. En ese contexto, estaban las firmas de los acuerdos de paz en Centro América, estaban los acuerdos de Tela en esa fecha y entonces fue presentado después de una semana de ser torturado, y que era parte de que era un jefe guerrillero, lo presentaron con un montón de armas y dijeron que estaban desestabilizando el país. En ese momento, había más de 10 presos políticos y, bueno, después luchamos para que a través de una amnistía pudieran salir en libertad.
RI: ¿Y él estaba realmente en una guerrilla?
DM: Estaba de gerente de una Federación de Cooperativas en ese momento.
RI: ¿Y por eso lo ligaban?
DM: Pues en ese tiempo cuando uno estaba haciendo acciones sociales en el movimiento social de cualquier tipo y ya ya eran casi los finales de la Guerra Fría -aunque todavía la tenemos-, pero estaba la caída del Muro de Berlín, los Acuerdos de Paz en Centro América, estaba el contexto de supuesta paz, entonces los ejércitos necesitaban tener mediáticamente una actuación y en ese marco fue capturado.
RI: ¿Ya para ese tiempo usted era periodista?
DM: Estaba estudiando, llevaba casi tres años en la Escuela (de Periodismo), ya casi estaba finalizando, entré en 1986 y también tenía muchos colegas que apoyaron con la difusión de la información porque muy frecuentemente nos decían que habían tirado cuerpos en ciertos lugares de fuera de la capital y que podía ser mi hermano que se encontraba ahí, entonces fue una situación bien difícil y por eso es que yo entro a defender los derechos humanos porque me comprometí a que ninguna otra familia pudiera sufrir violaciones a derechos humanos sin que yo me quedara con los brazos cruzados.
RI: ¿De dónde nace ese ímpetu por proteger derechos humanos?
DM: Justamente por eso, por esa experiencia que me cambió, yo antes leía vanidades, no estaba interesada mucho en la situación del país. Sí participaba en movilizaciones sociales, pero no me había tocado tan profundamente defender derechos humanos, participaba, había estado en el partido Demócrata Cristiano cuando no era el actual Demócrata Cristiano sino que jugaba un verdadero papel beligerante en el país de capacitar a las juventudes para que pudieran hacer cambios sociales en el país, entonces estábamos en ese accionar, pero yo no sabía que eran violaciones a derechos humanos.
RI: ¿Y cómo fue su niñez?
DM: Nací en un pueblo, como a 45 minutos de Tegucigalpa, que se llama Cofradía, un pueblo donde mi papá puso mucho de su accionar, fundó la escuela, hizo todo su esfuerzo por establecer el agua en el pueblo, en ese contexto, una familia con escasos recursos, con acceso a la educación porque mi mamá y mi papá se preocupaban mucho por eso, tuve que salir del pueblo a los 13 años porque no había colegio, ahora sí hay un colegio y me vine a la capital a estudiar, inicialmente en un colegio técnico, posteriormente en el Instituto Central Vicente Cáceres y posteriormente en la Universidad Nacional.
RI: ¿Y cómo costeaba sus estudios?
DM: Bueno, con una beca en el Instituto Técnico Honduras, en aquel entonces nos daban ochenta lempiras, con eso costeaba transporte, comida y también aportaba a mi familia porque estábamos alquilando en la capital.
RI: ¿O sea, se vino con su mamá y su papá?
DM: Sí ellos decidieron como yo terminaba la escuela y había habido otros hermanos que se habían venido a la capital y sufrían mucho por andar de casa en casa, ellos decidieron que ya no más y decidieron acompañarnos a la capital. Fueron situaciones fuertes porque nos fuimos a barrios marginales donde no había agua, no había luz y anduvimos en cuarterías con muchos problemas porque mi mamá no trabajaba, mi papá trabajaba labrando leña, recibía muy poco dinero y fuimos superando poco a poco con estudio, con trabajo.
RI: ¿Todas esas dificultades forjaron ese carácter con tanto temple que tiene o fue el transcurso de la adultez?
DM: Fue el transcurso y el darme cuenta que si uno baja la cabeza, se montan en uno, pues, de diferentes sectores, incluso nuestra misma gente que está en esta parte lo estropean, pues. Entonces creo que es importante si uno va a defender los derechos de los demás, debe defender primer los suyos porque de lo contrario no tiene esa solvencia moral de defender derechos cuando baja la cabeza con los suyos.
RI: ¿Y en su niñez también fue así?
DM: Muy sumisa en realidad, bastante sumisa, fue en el transitar del tiempo que fui tomando conciencia que ser sumisa no traía buenas cosas a uno sino mucho atropello a su dignidad, tuve mucho acoso sexual en los trabajo de juventud, entonces ahí me forjé también el carácter porque en aquel tiempo no había organizaciones que nos defendieran, estamos hablando de los ochenta, empezaban las organizaciones, pero no estaban como ahora, tuve que defenderme sola sin contárselo a la familia porque en aquel tiempo le decían a uno que era uno la que provocaba si tenía esas situaciones.
RI: ¿Qué anécdotas recuerda de hechos que la impulsaron a ser más fuerte?
DM: Muchos jefes, incluso recuerdo uno que me puso un cheque en blanco y me dijo ponele precio, yo no entendía que era ponele precio, ponele precio que me quiero acostar con vos dijo, era un colombiano, un hombre con mucho poder, le dije que no estaba en venta, me defendí y me fui para otro trabajo donde otro jefe también me acosó, un día me citó a las 7:00 de la noche cuando todo mundo se había ido, me dijo que quería conversar conmigo, cerró la puerta, le puso llave, me dijo que pasara a la otra habitación, quitándose la faja del pantalón y me dijo le voy a enseñar quién es un hombre, entonces mi mamá me había dado una navaja que se aprieta y salta y el hombre se asustó porque le dije yo, me toca y lo mato y saqué mi navaja que mi mamá dijo usála cuando estimés conveniente. Yo creo que yo no le hubiera hecho algo, pero se asustó el tipo yo salí corriendo, la llave estaba en la puerta y así pude escapar. Otra vez, en el Registro Nacional de las Personas un tipo me llamó que me necesitaban en el área legal a las 12:00 del día, fui, cerró la puerta y empezó a quererme manosear y le pegué con mi pierna, que tiene mucha fuerza, en un lugar muy estratégico jajaja. Yo tengo una hija a la que le aconsejo qué debe hacer.
RI: ¿Nos habíamos quedado en que ingresa con un beca al Instituto Técnico y luego al ICVC, ya para ese tiempo había mejorado la situación de su familia?
DM: No, no había mejorado, solo que mi mamá y mi papá querían que yo fuera costurera, porque eso saqué en el Técnico Honduras, yo quería sacar electricidad, quería arreglar el tendido eléctrico de los barrios y colonias, me imaginaba en los postes de luz, pero mi papá y mi mamá no me dejaron porque dijeron que era un oficio de hombres, entonces saqué el oficio de costurera contra mi voluntad, yo sé hacer ropa, pero no la hago por eso, la hago a veces cuando yo quiero, mi familia me dijo vas a ser la costurera de la familia, mi papá me compró una máquina de coser y como a la semana me cayó sobre los pies y dije no puede ser que yo esté en esto. Cuando uno salía del Técnico Honduras tenía que ir al colegio, entonces yo quería estudiar en el Central porque era bien famoso y me dijeron, te vamos a dar solo el 20 del bus, eran 10 de ida y 10 de venida. ¡Sólo el 20 de bus! ¡no vas a tener material!, a veces se me perdía el 20 y tenía que caminar desde el Central hasta Casamata, pero no me importaba; me gradué en 1982, me dijeron ya nunca más, si no trabajás, no vas a poder estudiar entonces perdí cuatro años hasta que encontré trabajo y entré a la universidad.
RI: ¿Y que soñaba?
DM: No estaba en mis planes estudiar periodismo, sí quería ser abogada, también estaba en mis planes ser abogada, me gustaba informática pero era a tiempo completo para una persona que tuviera recursos y por eso no pude estudiar. Me gustaba mucho programar, yo quería ser programadora, es muy interesante programar, eso me ha facilitado la parte de manejar computadoras, manejar páginas web. A mí me cambia la ruta en 1989. En 1986 entré a periodismo
RI: ¿Cómo decide estudiar periodismo?
DM: Porque usted podía seleccionar no como ahora que lo excluyen sino que usted podía seleccionar, iba uno al DIDE le hacían un examen y yo salí apta para tres carreras, Trabajo Social, Periodismo y Derecho y todavía sigo en ese sueño de ser abogada. Me decidí por periodismo por la timidez porque dije estudiando periodismo ya no voy a volver a ser tímida.
RI: ¿Y lo logró?
DM: Creo que no lo logré, pero sí descubrí en el trayecto que era mi profesión favorita, me encanta porque escribiendo uno puede transformar una sociedad en realidad.
RI: ¿Entonces en el 89 estaba más tranquila con su familia establecida, estudiando periodismo cuando llega lo de su hermano?
DM: No tenía hijos en ese momento, estaba trabajando en la ventanilla del Registro Nacional de las Personas, inscribiendo nacimientos y estaba participando en la juventud demócrata cristiana y capacitando jóvenes en democracia y en eso que estoy en la ventanilla me llegan a avisar que mi hermano ha sido secuestrado por hombres armados.
RI: ¿A partir de ahí usted dice voy a ser periodista y defensora?
DM: No lo pensé así sino que dije nunca más una familia va a sufrir esta situación sin que yo me quedé con los brazos cruzados entonces a partir de ahí decidí que iba a defender a personas que tuvieran problemas.
RI: ¿Y cuando sale de la Escuela de Periodismo cómo ingresa al mundo de los medios?
DM: Empecé con un comité de presos políticos haciendo Relaciones Públicas, accionando ante los medios y en una organización de derechos humanos, después decido que me voy a salir porque necesito conocer los medios corporativos desde adentro que me decían que había mucha censura que habían trabas y yo quería saber si era cierto, entonces me fui a trabajar a un medio corporativo a verificar y a aprender también. Fue una gran experiencia.
RI: ¿Dónde trabajó?
DM: En La Prensa. Fue una gran experiencia. Aprendí mucho. Claro conocí que sí hay censura, pero yo creo que eso depende de como lo tome el periodista si va a someterse a una situación de estas o si va a por lo menos a patalear para que no le censuren las cosas. Después fui a un medio de televisión donde sólo dure dos meses, porque ahí la censura era brutal, TN5. Me dijeron al final que no existía mi puesto de trabajo porque es que querían que yo empezara a escribir para favorecer a grupos de poder y nunca lo permití entonces la gota que derramó el vaso para ellos es que me mandaron a cubrir la nota de un cementerio que estaba en instalación entonces yo traje las tres versiones, la de la Fiscalía del Ambiente, de los pobladores y de la lotificadora que estaba construyendo entonces eso no le gustó a mi jefa en ese momento y empezó toda una cuestión y ese día me dijeron que me querían ver en Personal yo fui y me dijeron, fíjese que dice el señor Ferrari que no entiende por qué usted está con nosotros si su plaza no existe, si usted necesita una recomendación se la damos, no les dije. No necesito recomendación de ustedes porque tengo mi propia recomendación, así que muchas gracias por todo y sé porque me están despidiendo porque no quise seguir sus líneas y me fui tranquila.
RI: ¿En qué año fue eso?
DM: En el 98.
RI: ¿En ese momento entró al CODEH?
DM: Estuve haciendo consultorías, en 2000 entré a ASJ.
RI: ¿Hizo una huelga frente al CODEH?
DM: Eso fue en 2001, entro al CODEH, estuve hasta 2003 y después me fui al CDM. En el CODEH tuve una buena relación de 2001 a 2003, en 2003 fui despedida y no me habían pagado siete meses de salario, me estaban haciendo trampa por ahí fue que hice un movimiento huelguístico jajajaj, es que me parece paradójico que una organización de derechos humanos violente los derechos de los trabajadores. En el expediente del juzgado hay una nota que dice que nunca trabajé ahí, que era una comunista que me aprovechaba de las organizaciones y un montón de epítetos estigmatizantes.
RI: ¿El momento cúspide en su carrera en aquel momento es cuando entra a ASJ?
DM: En la primera etapa ASJ no tenía medio de comunicación, entré en 2000, así se hacían reportajes y se pretendían ubicar en medios de comunicación, pero se cerraban porque tocaban a grupos de poder entonces ASJ abrió un medio de comunicación Revistazo.com. Yo llegué ahí en 2004, me plantearon si quería volver al periodismo aunque en CDM conducía Tiempos de Hablar. Estuve de 2004 a 2008.
RI: ¿Le parece que fue el lugar donde más se dio a conocer?
DM: Me gustaba el trabajo que se hacía porque aparte de hacer periodismo acompañábamos a la gente, guardias de seguridad, personas de aseo, gente de comidas rápidas con derechos laborales violentados y gente que necesitaba tierra, me parece que era un accionar súper bueno el que tenía en ese momento ASJ.
RI: ¿Hubo investigaciones exitosas cuando usted dirigía la Unidad de Investigación, pero también murió el abogado Dionisio Díaz García marcó de alguna forma su carrera?
DM: Fue toda una investigación de una empresa de seguridad que estaba violentando derechos de sus guardias de seguridad y a la par de eso, llevábamos los juicios, accionábamos para que se les pagaran sus prestaciones en la Secretaría de Trabajo y también hacíamos acciones para que estas empresas se comprometieran a no violentar derechos laborales, accionábamos ante embajadas, hubo una embajada que le planteamos la necesidad de crear un centro de capacitación, fuimos capacitando guardias en sus derechos, logramos que se mitigaran algunas violaciones, hubo pequeños avances, pero en 2006, la cosa estaba súper fuerte esta empresa de seguridad había dicho que iba a destruir la organización, nos querellaron con otros periodistas, dijeron que habíamos afectado su imagen. En 2004 yo entro a ASJ, el 4 de diciembre de 2006 fue el asesinato de Dionisio.
Había un juicio ese día a la 1:00 de la tarde, habíamos terminado una reunión, con Dionisio íbamos a ir juntos a la Corte Suprema, le había dicho espéreme que solo voy a enviar un correo y nos vamos, pero él se fue adelante, ahí fue a los pocos minutos que la radio lo anunció. En ese momento, había muchas muertes de abogados y aprovecharon ese hecho para matarlo. Yo tomé el teléfono y dije quiénes lo habían matado, por Radio América, posteriormente, ofrecieron muchas querellas pero la muerte no se quedó como que era un abogado más.
Sí marcó mucho mi vida porque nos metimos a investigar ese tema sin ninguna precaución, ahora si lo volvería a hacer, lo volvería a hacer protegiéndonos, protegiendo todo, pero en ese momento no lo hicimos, lo hacíamos solo con el corazón.
RI: ¿Luego empieza con su propio proyecto?
DM: Tenía en mente un periódico digital y pensé que estaría mejor en manos de una organización, establecí Defensores en Línea en Cofadeh. Cuando salí de Cofadeh establecí mi propio proyecto y conformamos Asopodeuh. En 2013 salí del país por múltiples amenazas y Asopodeuh nace en University York en Inglaterra. Este proyecto incluye el periodismo como materia de incidencia, acompañamiento legal gratuito en el terreno a personas que tienen problemas de libertad de expresión, periodistas, comunicadores sociales, LGTB, mujeres, jóvenes, indígenas y negros, también hay fortalecimiento de una red nacional e internacional y monitoreo de compromisos internacionales del Estado, en materia de libertad de expresión. Ese proyecto lo vine a establecer en mayo de 2013.
RI: ¿Siente que está en un muy buen momento profesional y personal?
DM: Me gusta porque puedo apoyar a gente sin que nadie me diga no puede apoyar a esta persona, anteriormente me pasaba, puedo tomar decisiones, estoy con un equipo pequeño que de acuerdo a la visión va a crecer mucho, tenemos un apoyo fuerte a los estudiantes de la universidad, apoyamos a periodistas que tienen querellas, periodistas golpeados por la policía.
RI: ¿Mucha gente la considera una referente del periodismo y derechos humanos en Honduras?
DM: He tratado de hacer el trabajo con toda la diligencia posible y con la ética profesional, uno se siente bien cuando lo toman como referencia, pero también es responsabilidad.
RI: ¿Sabe que hay tres juicios penales donde mencionan su nombre y sus publicaciones?
DM: He escuchado que mencionan, en la Universidad a través de la rectora lo ha hecho, en el Comisionado Nacional de Derechos Humanos una delegada, Cirse Amaya, me ha dicho que me va a querellar porque publiqué en mi Facebook que estaba tomando fotos de los estudiantes y que no quiso decir para qué las quería ni quien era ella. Esas amenazas son constantes, pero no tengo temor por eso.
RI: ¿Ha estado en riesgo su vida?
DM: Sí hace 10 años, desde 2006 que asesinan a Dionisio, desde antes incluso desde 2005 que venía un preámbulo de violencia, tanto mi persona como mis hijos y mi hija, si bien es cierto hay un impacto en el desarrollo de nuestras hijas e hijos porque no llevan una vida normal, no puede salir normalmente, creo que es una enseñanza y ellos van entendiendo que hay que construir ciudadanía en este país.
RI: ¿Hay gente que la ve como una excelente periodista, otra considera que tiene un ego grande?
DM: Pues como no somos moneditas de oro, no, no me importa eso, lo que me importa es hacer el trabajo atender a las víctimas y hacer periodismo profesional.
RI: ¿Cómo se autopercibe?
DM: Soy Dina Meza nada más trabajando por derechos humanos y en el periodismo.
RI: ¿Cuáles son sueños?
DM: Estoy soñando con un país diferente, tengo vergüenza ante mis hijos de que el país esté en estas circunstancias, creo que es importante hacer cambios, que no vayamos a cruzarnos de brazos o escondernos bajo la mesa porque nos amenazan. En la medida en que nos involucramos más en la defensa de la gente que no sólo hagamos prensa, no sólo hagamos conferencia de prensa sino que vayamos al terrenos nos pongamos en el zapato de quienes están sufriendo, de que veamos sus necesidades, que podamos dormir en el piso con ellos, tal como lo estamos haciendo en la Universidad y estemos pasando las situaciones que están pasando, en esa medida no sensibilizamos más y podemos comprender de què debemos hacer solidaridad.