Credencial_IRTegucigalpa 
19 enero 2018

Mientras las dirigencias y los pueblos no estén claros de los arduos caminos a seguir para derrocar a un régimen, éste con sus asesores extranjeros mostraran una realidad favorable a ellos y distorsionada para el pueblo, no todo, que expresa sus protestas en las calles.
El llamado a la insurrección y los primeros pasos de esta ha dejado sin vida de mala forma a cerca de 40 compatriotas. La criminalización está a la orden del día, la gente herida y golpeada la cuentan solo los defensores y defensoras de derechos humanos cuentan, la prensa independiente y la alternativa.
Toda esta información, hasta ahora permanece oculta por la prensa tarifada del régimen, las fuerzas armadas han perdido su razón de ser, los organismos internacionales miran y dejan hacer, igual que una mayoría indiferente nacional que en su miopía conceptual de paz y bienestar, cree que es sólo ausencia de guerra y tránsito medroso aunque tránsito.
Hay un pueblo en esta Honduras que no atina a nada y menos a creer, incrédula ante la política y desesperanzada ante los golpes, dice que no come de los políticos mientras ellos y ellas comen en el mismo plato aunque los gaseen. Dicen que, que bonitos y bonitas cobran sus cheques y ya; todos son los mismos -opinan. Uno es el que se jode. Uno es el que pone el pecho, por las noches cuando les van a sacar de sus casas no hay quien les defienda.
Razón o no, el panorama es de mucha indiferencia y mucha lucha, dimes y diretes entre el pueblo mismo, aires de triunfalismo a ratos, aires de depresión en otras oportunidades, crisis siempre y en el corazón de la gente un chongo negro de luto del pesar de una patria que despedaza un hombre y sus seguidores que se anclan en el poder so pena de ser enjuiciados por crímenes menores mayores y de lesa humanidad.
Lo que falta es claridad y si falta claridad es porque falta educación y sobra la ignorancia, dos ideas no suelen ser asociadas una a causa otra a efecto. El universo es sus casas aunque sean casitas de cartón y lámina hasta donde llegan a sacarles por las noches y no hacia una vida mejor sino al abismo de ergástulas oscuras con dirección desconocida. Metido el terror a esas casas, los convivientes se llaman al encierro. Mejor vivo que quien sabe a dónde –dicen. Y así se va imponiendo por el poder de la fuerza, de la represión, del miedo, de la tortura, del desaparecimiento, la dictadura.
El pueblo hondureño ha vivido represión, saqueo, despojo, golpes y la gente más anciana ha conocido de cerca de las dictaduras; el pueblo más joven, en su mayoría no logra definirla.
No ha logrado la oposición acumular el conocimiento, distribuirlo, organizar, validar popularmente lo que se vive.
Sumarse a cogobernar para resistir y oponerse… no se mira bien por una gran cantidad de personas dispuestas a dar la vida por defender la patria, ese concepto abstracto y concreto del sueño de mejores infancias. Otra parte de la población es indiferente a ello y otra acuerpa la decisión. NO obstante esto el dicho o todos y todas en la cama o todos y todas en el piso, es una implicación solidaria y coherente de insurrección…. ¿Desde el poder? Desde el poder ahora sólo humillan al pueblo, al aliado, al indeciso, al apático, al opuesto y para que todos enfilen mirada a futuro debería vislumbrarse el horizonte y los sueños desde la solidaridad, un concepto que en este país se teje y desteje como uno de los cuentos de las mil y una noches.

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