Tegucigalpa, Honduras |Reporteros de Investigación
La asociación de derechos humanos LGTB Cozumel Trans denunció una serie de agresiones contra personas privadas de libertad y amenazas contra una defensora de parte de la Policía Militar del Orden Público (PMOP). Debido a la gravedad de la situación planteada se reproduce su comunicado:
«La Asociación de Derechos humanos Cozumel Trans comunica a las organizaciones de Derechos humanos nacionales e internacionales que el día domingo 15 de septiembre 2019 en el Módulo de seguridad Máxima en el centro penitenciario de Tamara sucedió los siguiente:
- A eso de las 12:20 del mediodía, la directora de la Asociación se encontraba de visita en dicho centro, en un momento inesperado escucha un relajo y gritos de los privados de libertad que se encuentran en el Módulo de seguridad máxima donde exclamaban que se les respetara sus derechos, que tenían hambre y que se les diera de comer ya que desde el día anterior no comían, que llamaran a los derechos humanos… diciendo también auxilio, ayúdenos.
- Al escuchar esta situación, la directora tomo la decisión de bajar a donde se encuentran los talleres de madera y el colegio, sin esperarse que se encontraría al otro lado del muro una fuerte cantidad de militares que rodeaban el Módulo de seguridad máxima, al querer hablar con el militar, para decirle que era de derechos humanos y que es lo que pasaba, escuchó un grito donde le decían; «si avanzas de pasconeamos las tripas» en ese momento ella voltió a ver a su lado derecho y estaban seis policías militares de orden público en el torrión asignado, apuntando con su arma reglamentarias sin causas justificadas a la integridad física de ella, al ver a su lado izquierdo se encontraban tres más apuntando sin dejarle hablar. Ella se retiró con miedo y lentamente del lugar para no ocasionar problemas. (12:40 p.m.)
- Seguidamente, se metió al taller donde dan clases, para seguir escuchando los gritos, pero los militares siguieron amenazando diciendo que si no se quitaba, le volaría los cesos, siempre siendo apuntada con el arma asignada, tratando ella de ocultarse por una columna le dijeron que le dispararan en los ojos para que dejara de estar viendo lo que sucedía, saliendo del lugar con impotencia. Sin poder hacer nada, trató de salir del lugar.
- Una vez saliendo del lugar para poder irse y avisar lo sucedido, observó cuando los familiares junto a los privados de libertad corrían, al ver esa situación caminó a ver qué pasaba y pudo observar que venía un grupo de policías penitenciarios al lugar donde se había acercado (talleres), ya que los militares informaron al Director de dicho centro que había un intento de fuga lo cual era totalmente falso, siendo las 1:15 pm los policías se metieron a todos los lugares buscando a ver si encontraban personas teniendo como resultado «nada». 1:20 p.m.
La situación de las personas privadas de libertad en Centros Penitenciarios de Máxima seguridad y militarizados es un riesgo total y preocupante ya que la normativa en la materia prohíbe la presencia militar en el sistema penitenciario».