Por: Rossel Montes
Los sistemas políticos han sido creados por el hombre para satisfacer determinadas necesidades históricas, materiales y hasta existenciales, según los hilos conductores del pensamiento existencial que, aparentemente, poco o nada tiene que ver con la ciencia fáctica, las ciencias humanas y la politología. Cada sistema político tiene sus propias peculiaridades, como la democracia (el demos) de la polis Griega en mucho se diferencia de la concepción moderna de la democracia, un ejemplo de esto la concepción de democracia por parte de los revolucionarios ingleses a cargo de Cromwel los famosos LEVELERS, o la democracia en Juan Jacobo Rousseau y la Revolución Francesa.
Según los lineamientos argumentativos del teórico Italiano Giovanni Sartori, la democracia moderna se diferencia de forma profunda y perdido la legitimidad histórica con que surgió hace más de 2000 años en la Grecia clásica de Pericles.
El surgimiento de la especulación sobre lo político es muy antigua, se remonta a los antiguos griegos, ya el genio Aristóteles en su obra La Política había dado los primeros pasos en crear una “ciencia de la política” pero esto no es certero en su totalidad, ya que la noción de ciencia se conocerá hasta la modernidad y la contemporaneidad. En ese sentido, en la Grecia clásica la teoría política era una filosofía política, y aun más rigurosa, una ontología política. La ciencia política inicia a distanciarse a inicio del siglo según el politólogo italiano G. Sartori, y es con Gaetano Mosca y Wilfredo Pareto que se funda una ciencia de la política, ya con sus diferencias epistemológicas y metodológicas más definidas, sin olvidar los aportes de Robert Michels y Max Weber. Para Sartori el concepto de Teoría será importante. “para algunos, la teoría es teoría filosófica y por lo tanto filosofía, y hay incluso quien mantiene, en el otro extremo, que quien hace teoría no hace ciencia” (Sartori, 2008,10). La creación de generalidades fue importante para la elaboración de paradigmas teóricos, tanto para el positivismo antiguo como para el neopositivismo del Círculo de Viena; Para Popper las ciencias como la historia no podían ser ciencias, ya que su objeto de estudio impedían la creación clásica de generalidades teóricas, el falsacionismo popperiano arremetía contra el historicismo, dicha polémica llevo a algunos filósofos como Adorno y Habermas a polemizar contra el cientificismo de Popper, a mi parecer, una de las polémicas epistemologías más intensas del siglo XX.
El siglo XX fue rico en acontecimientos totalmente novedosos como el totalitarismo, un régimen brutal de ejercer el poder político sin igual en la historia, jamás visto antes, ambas disciplinas teorizaron sobre el totalitarismo, pero fue la filosofía política la que elevó el concepto a categoría radical de análisis, y fue la filosofa alemana Hannah Arendt y posteriormente el filosofo francés Claude Lefort. Las teorías de la democracia estuvieron monopolizadas por la ciencia política, ni la sociología política ni la misma filosofía política se le puede comparar a la ciencia política en producción sobre teorías de la democracia, desde el surgimiento de la Teoría elitista de la democracia con “Capitalismo, socialismo y democracia de J. Schumpeter publicada en los años 40s, «La Democracia y sus enemigos» de Robert Dahl, los escritos de Norberto Bobbio, Sartori, Carole Pateman. En la actualidad la filosofía política ha tenido un resurgimiento con Chantal Mouffe y la democracia agonística y post-marxista. La filosofía política y la ciencia política deberán siempre acudir una a la otra, ya que la ciencia política no debe perderse en los marasmos de lo empírico y siempre buscar lo radical de las cosas, la esencia, aunque sea los postulados de una ciencia empírica y fáctica.
El estudio de las élites en la ciencia política y teoría política contemporánea ya es un lugar común, ya la ciencia política tiene un largo recorrido desde finales del siglo pasado al desarrollo de esta como ciencia autónoma y empírica con la ciencia política funcionalista, alcanzando niveles epistemológicos considerables y la teorías sobre el funcionamiento sobre de las élites, su naturaleza, funcionamiento y devenir societal, son igualmente considerables. Los teóricos de las élites y las oligarquías: Wilfredo Pareto, Gaetano Mosca y Robert Michels, le dieron una nueva interpretación de los fenómenos políticos y sociales en una abierta oposición a la tradición liberal-democrática y también con el marxismo, ambas posturas utópicas según nuestros autos, posturas mantenidas por Schumpeter y Sartori a finales del siglo pasado, ambos representantes de la teoría elitista de la democracia.
El surgimiento de la ciencia política y teoría política elitista reinicia con Pareto Wilfredo (1847-1923) al igual que Max Weber Pareto desarrolla una intensa labor sociológica y politológica en un tremendo debate con el fantasma de Marx, casi toda la producción de la teoría sociológica y teoría política de finales del siglo XIX e inicios del XX fue una reacción al materialismo histórico de Marx, la interpretación marxista de la historia y la sociedad fue sometida a ataques tanto de las teorías funcionalistas como las teorías económicas de la Escuela Marginalista y luego con el surgimiento del funcionalismo de Talcot Parsons y el también el interaccionismo simbólico. Tanto como para Marx la lucha de clases era el sustrato del movimiento histórico, aunque esto fue fuertemente criticado por parte de Castoriadis, aseverando que al final Marx supedita la lucha de clases al imperio de las leyes de la historia; Pareto pensaba que las elites era el sustrato bajo el cual se llevaba los cambios en los procesos históricos.
“En toda sociedad organizada siempre ha existido una clase gobernante poco numerosa que se mantiene en el poder, en parte por la fuerza y en parte por el consentimiento de los gobernados, que son muchos más. Para conservar su dominio, la clase gobernante monta elementos de la clase gobernada tanto para el uso de la
fuerza, como para el desarrollo del arte” (Barach, 1973)
No es necesario ser un politólogo para darse cuenta que en toda sociedad compleja y con cierta complejidad social se encuentran estrados de la sociedad que son los que ejercen un dominio sobre otros estratos sociales, las elites econonomicas ejercen una presión sobre la sociedad, poliarquías como diría el profesor Robert Dahl, se reparten las tareas y los diversos poderes entre una sociedad determinada. Para muchos teorías del elitismo democracia de Pareto a Schumpeter el avance de las masas es un problema que la democracia occidental no puede dejar hacer avanzar, y que la persistencia de alistes como la “Ley de Hierro” de Robert Michels es la que imposibilita la realización de una democratización de las democracias occidentales y formales, cuestión que los teóricos de la participación critican fuertemente como el proferir Macpherson y Carole Pateman que ya son unos clásicos.
Gaetano Mosca fue otro teórico italiano que dedicó su vida teoría y sus esfuerzos intelectuales a desmantelar lo que el llamando la utopía y borrachera de la democracia directa del marxismo, tanto Pareto y Mosca pensaban que el realismo político era totalmente incompatible con una teoría cargada de utopismo y mesianismos, hay que recalcar que a pesar de su exacerbado conservadurismo político el realismo ontológico de las ciencia política de esta época hizo grandes aportes para el estudio de las sociedades occidentales, aunque ese esfuerzo del realismo se llevara de encuentro el vaciar las utopías de las grandes relatos como el marxismo.
Es interesante notar que ambas posturas opuestas como el marxismo y su teoría de una democracia directa y la otra parte de una clase política aristocrática y gobernante, devinieron en el siglo XX en grandes sistemas totalitarios, ambos fueron ácidos críticos del liberalismo y las democracia mínima parafraseando a Bobbio, aunque estos teóricos como Mosca simpatiza con el fascismo al parecer se replegaron en cierto sentido de las políticas ulteriores del fascismo italiano y el nazifasicmo. Y el marxismo con la dictadura del proletariado en su vertiente leninista de partido único instauro por vez primera en la faz de la historia el Estado totalitario, años antes del fascismo italiano. Dos formas de suprimiera la democracia y los dispositivos simbólicos del poder.
Tanto el totalitarismo como la democracia elitista sienten un profundo desprecio por las masas y la participación activa de estas en los procesos orgánicos del poder.
Robert Michels (1876-1936), pensador italiano discípulo de Mosca. También articuló sus tesis desafiando lo propuesto por el marxismo, pero no tanto como Mosca y Pareto. Rechazó los aspectos teóricos que consideró utópicos del marxismo, pero conservó los elementos del método analítico. Concibió que:
“no hay contradicción esencial entre la doctrina de que la historia es el registro de una serie continua de luchas de clases, y la doctrina de que las luchas de clases invariablemente culminan en la creación de nuevas oligarquías que llegan a fundirse con las anteriores (Michels, 1991b: 178).
Michels pensó que Marx nunca previó que toda formación democrática iba a terminar capitulando ante una oligarquía, partiendo de estas premisas es que estos teóricos argumentan que la democracia es imposible; el sustrato sobre el cual recae la responsabilidad histórica del cambio no es la lucha de clases, sino entre la luchas entre élites, una élite está luchando por desplazar a la élite antigua y la élite nueva está por salir y tomar su lugar.
Es muy evidente que el hiperrealismo de la teoría funcionalista de la teoría elitista estaba basada en una profunda desconfianza y tirria respeto de la dignidad de humana; para ellos el pueblo es una abstracción, un base amorfa que no tiene asidero en los procesos históricos solamente para servir como contraparte útil, de esta forma una élite no tendría razón de ser, sin una masa que dominar y gobernar. Pienso firmemente que la democracia es el mejor sistema que existe, que su evolución es paulatina, su cometido y razón de ser es aglomerar toda la contradicción s sociales, de justicia, libertad e igualdad, igualdad jurídica y societal. Las burocracias y las élites son un impedimento para que la democracia devenga en una democracia participativa, lo cual no es una utopía abstracta, es mas como argumentaba Ernst Bloch es una utopía concreta, que se realiza cada día.
Bibliografía
Bachrach, Peter, Crítica de la teoría elitista de la democracia, Argentina, Amorrortu, 1973
Colomer, J.M. Ciencia política. Madrid, Ariel, 2012.
Michels, Robert Los partidos políticos, t. 1, Amorrortu, Buenos Aires
s
Zeirlin, Irving “Gaetano Mosca (1858-1941)”. en ideología y teoría sociológica, Amorrortu,
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