
Sammy Castro
Periodista
Periodista, Economista y Financista con amplia experiencia en Finanzas públicas y privadas. Se desempeñó por más de una década como periodista en varios medios de comunicación escritos hondureños en el área económico-financiera. Es Doctor en Ciencias Sociales y se desempeña actualmente como Profesor universitario para pregrado y postgrado.
2/6
El número estimado en el periodo 2016-2020 de personas naturales con algún tipo de depósito (ahorro, a plazo y cheques) en las instituciones del sistema financiero hondureño fue de 3,352,937 personas, de las cuales el 52.0% (1,734,412) corresponde a mujeres y el 48.0% (1,609,525) a hombres.
Tegucigalpa. Honduras | Reporteros de Investigación. Pagó las cuentas y guardó la cantidad habitual en su cuenta de ahorros, y todavía le sobra dinero. Aunque sería fácil agregar ese dinero en efectivo a sus ahorros para metas a corto plazo, este puede ser el momento de considerar invertir para metas a más largo plazo, comprar acciones individuales o bonos, acciones de un fondo de inversión u otras inversiones.
A pesar de que ahorrar es importante, agregar inversiones a su estrategia financiera (además de sus cuentas de jubilación) podría ayudarle para alcanzar una meta futura importante como la compra de una casa, pagar la educación de sus hijos o dedicar tiempo para viajar. Invertir puede ayudarle a alcanzar sus metas a más largo plazo, sin embargo, muchas personas titubean antes de comenzar. Las entidades internacionales, entre ellos, el Bank Of America, señalan aspectos importantes a considerar que son aplicables a todos los países.
Está bien comenzar con poco
Tal vez piensa que para invertir en Honduras necesita mucho dinero, y tiene otras prioridades financieras importantes como mantener las contribuciones para la jubilación y crear un fondo para emergencias que le permita cubrir por lo menos tres meses de gastos básicos. Otras necesidades incluyen un plan para pagar los saldos de tarjetas de crédito y comprar un seguro de vida, especialmente si usted es el que proporciona la mayor parte del apoyo económico en su familia.
Aun así, podría ser contraproducente esperar para invertir en metas a más largo plazo hasta cubrir por completo estas necesidades. “Si retrasa las metas a más largo plazo hasta completar su fondo para emergencias o pagar todas las deudas con interés alto, podría perder grandes oportunidades de un posible crecimiento”, dice Chris Vale, vicepresidente sénior de productos y soluciones de Merrill.
La mayoría de las personas tienen la capacidad de lograr varias metas a la vez, lo que significa que no tiene que escoger entre ahorrar e invertir. Conozca las diferencias entre estos y úselas adecuadamente de acuerdo a sus necesidades. Si el progreso hacia sus metas a corto plazo lo permite, es posible que pueda invertir un monto pequeño, tan bajo como de $25 a $50 al mes.
Los hondureños están ahorrando
Según el Reporte de Inclusión Financiera de la Comisión Nacional de Bancos y Seguros para el año 2018, el 46.0% de la población hondureña mayor de 18 años, tuvo acceso a por lo menos una cuenta de depósito en las instituciones del sistema supervisado.
El informe señala que el producto de “Cuenta Básica de Depósito de Ahorro”, que tiene como objetivo impulsar la inclusión financiera e incorporar a las personas de escasos recursos económicos a formar parte activa de las instituciones que captan este tipo de depósitos, registró en el 2018 un total de 101,203 cuentas activas equivalente a L26.3 millones, distribuidos en tres bancos comerciales.
Las remesas oportunidad de ahorro
Funcionarios de la CNBS han señalado que el número de remesas recibidas en el 2018, 2019 y 2020, a través del sistema supervisado supera los L 22,372.2 millones anuales, siendo las mujeres las mayores beneficiarias del envío de dinero, constituyéndose esto como un potencial importantísimo para fomentar el ahorro y la inversión.
Una posibilidad de hacer crecer su dinero
Una meta clave para invertir es tener la capacidad para mantenerse al día con el costo de vida. Si usted sobreprotege su dinero, podría dejar de ganar lo suficiente como para mantenerse al día con la inflación, o con el aumento de precios conforme pasa el tiempo.
Supongamos, por ejemplo, que usted acumuló el equivalente a $1,000 en una cuenta de ahorros. Es Honduras más conveniente y preferible el ahorro en dólares, para evitar posibles pérdidas por depreciación de la moneda. Después de 10 años, y con una tasa de interés del 1 por ciento, tendrá casi $1,105. Sin embargo, si la inflación anual es del 2.5 por ciento en promedio, como lo ha sido recientemente, necesitaría un mínimo de $1,280 después de 10 años solo para mantenerse al día con el alza de precios.
Por otro lado, invertir sus $1,000 podría tal vez darle mejores resultados. Es importante saber que los diferentes tipos de inversiones conllevan diferentes riesgos. Por ejemplo, se considera que las acciones por lo general son más riesgosas que los bonos, pero tradicionalmente han devengado rendimientos más altos (aunque el desempeño pasado no es una garantía de resultados a futuro). Invertir por 10 años o más le deja algo de tiempo para tal vez recuperarse de cualquier recesión y así poder sentirse tranquilo con un fondo invertido en acciones. Si invierte sus $1,000 en un fondo que busca seguir el desempeño del mercado de valores, e hipotéticamente obtiene un rendimiento anual del 7 por ciento, tendría el potencial de casi duplicar su dinero en una década, y terminar con $1,967.
Por supuesto, no se puede asegurar que ganará este u otro rendimiento en sus inversiones. Este es un ejemplo hipotético. Aunque la mayoría de las cuentas de ahorros están aseguradas por el Fondo de Seguro de Depósitos (Fosede) hasta cierto monto, no existe un seguro de este tipo para inversiones. Usted necesita considerar todas las posibilidades antes de tomar la decisión de invertir.
Un seguro de depósitos, según el Fosede, es un sistema de protección al ahorro, que se ha creado mediante la Ley en el año 2001, para garantizar la restitución de la cobertura dada a los depósitos en dinero efectuados por el público en los bancos privados, en asociaciones de ahorro y préstamo y en las sociedades financieras debidamente autorizadas que se hayan declarado en liquidación forzosa de conformidad con la Ley, por parte de la Comisión Nacional de Bancos y Seguros.
La suma máxima garantizada por FOSEDE, por depositante y por institución financiera aportante, es la cantidad que resulta al inicio del año en base a determinar el equivalente en lempiras del monto en dólares estadounidense fijado en US$9,632.92, utilizando el tipo de cambio de venta del dólar del BCH al cierre del ejercicio fiscal del año anterior.
¿Quiénes son los depositantes amparados por la cobertura del Seguro de Depósitos? Las personas naturales y jurídicas nacionales o extranjeras, titulares de obligaciones amparadas por el Seguro de Depósitos denominadas en moneda nacional o extranjera. ¿Cuándo procede el pago de la cobertura del Seguro de Depósitos? La cobertura del Seguro establecida, se hará efectiva en el caso de que, la Comisión Nacional de Bancos y Seguros resuelva el proceso de liquidación forzosa de una institución aportante al Fondo de Seguro de Depósitos.
La Inclusión Financiera significa tener acceso a productos financieros útiles y asequibles que satisfagan las necesidades de los usuarios, (transacciones, pagos, ahorros, créditos y seguros), prestados de manera responsable y sostenible.
La Octava Edición del Reporte de Inclusión Financiera en Honduras, de la CNBS; muestra el número estimado en el periodo 2016-2020 de personas naturales con algún tipo de depósito (ahorro, a plazo y cheques) en las instituciones del sistema financiero que fue de 3,352,937 personas, de las cuales el 52.0% (1,734,412) corresponde a mujeres y el 48.0% (1,609,525) a hombres. En el período 2020 se reportó un saldo total en depósitos de L209,865.3 millones, con un crecimiento del 17.4% en comparación con el año 2019; donde el 98.4% (L206,461.0 millones) fueron depósitos en bancos comerciales y el 1.6% (L3,404.3 millones) en las sociedades financieras. El número de tarjetas de débito que circularon en el país ascendió a 5.1 millones, las cuales reflejan un incremento de un 10.5% con respecto al año 2019.
Los Derechos Económicos
La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos define los derechos económicos, sociales y culturales como los derechos humanos relacionados con el lugar de trabajo, la seguridad social, la vida en familia, la participación en la vida cultural y el acceso a la vivienda, la alimentación, el agua, la atención de la salud y la educación.
El fortalecimiento de la protección de los derechos económicos, sociales y culturales forma parte integrante del fortalecimiento de la protección de todos los derechos reconocidos en la Declaración Universal de Derechos Humanos. La desaparición de los mitos que existen concretamente en torno a los derechos económicos, sociales y culturales es esencial para que se ponga fin a una inviable clasificación de los derechos a medida que avanzamos hacia programas de derechos humanos que consideran que los derechos civiles, culturales, económicos, políticos y sociales verdaderamente son universales, indivisibles e interdependientes y están interrelacionados.
El respeto a esos derechos genera la posibilidad de que los habitantes de un país, tenga acceso a oportunidades que mejoren su condición de vida y por ende las oportunidades de desarrollo, entre ellos mejores niveles educativos, mejores oportunidades laborales y consecuentemente mayor disponibilidad de recursos económicos para cubrir sus necesidades y posibilidad de ahorro e inversión.
Esos derechos son derechos humanos. Al igual que otros derechos humanos, contienen dos tipos de libertades: la libertad frente al Estado y la libertad a través del Estado. Por ejemplo, el derecho a una vivienda adecuada abarca el derecho a no ser sometido a un desalojo forzoso ejecutado por agentes del Estado (libertad frente al Estado) y el derecho a recibir asistencia para acceder a una vivienda adecuada en determinadas situaciones (libertad a través del Estado).
Esas libertades cada vez se definen mejor en los ordenamientos jurídicos nacionales, regionales y mundiales, en las leyes y reglamentos, en las constituciones nacionales y en los tratados internacionales. Su aceptación como derechos humanos genera obligaciones jurídicas para los Estados, que han de garantizar que todas las personas que se encuentren en el país pueden disfrutar de esos derechos y ofrecer mecanismos de recurso a tales personas en caso de que se infrinjan los derechos. Al igual que ocurre con otros derechos humanos, el reconocimiento de los derechos económicos, sociales y culturales, junto con el principio de la no discriminación, da lugar a que la atención se centre en los grupos más excluidos, discriminados y marginados de la sociedad.
La Declaración Universal de Derechos Humanos incluye una amplia gama de derechos civiles, culturales, económicos, políticos y sociales enmarcados en un único instrumento internacional de derechos humanos, sin hacer distinción entre ninguno de tales derechos. Ese fue probablemente el primer reconocimiento general de los derechos económicos, sociales y culturales. En 1966 los Estados aprobaron el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, por el que los Estados partes se obligaban a promover y proteger los derechos económicos, sociales y culturales. Muchos otros tratados de derechos humanos consagran todos los derechos civiles, culturales, económicos, políticos y sociales de manera integrada. En la Conferencia Mundial de Derechos Humanos celebrada en Viena en 1993 se afirmó que «todos los derechos humanos son universales, indivisibles e interdependientes y están relacionados entre sí» y que «la comunidad internacional debe tratar los derechos humanos en forma global y de manera justa y equitativa, en pie de igualdad y dándoles a todos el mismo peso». Desde entonces, se han realizado importantes progresos para aclarar el contenido jurídico de los derechos económicos, sociales y culturales internacionalmente reconocidos, así como para desarrollar mecanismos y metodologías con el fin de ponerlos en práctica.
¿Qué lo detiene para invertir?
Muchos prefieren no invertir porque sobrestiman la cantidad de dinero que creen que necesitan para comenzar. También es posible que les preocupe el riesgo del mercado.
Invertir puede ser intimidante, y existen ciertos riesgos. Muchas condiciones pueden afectar negativamente el valor de sus acciones o bonos, como una economía y mercados financieros impredecibles. También debe considerar su propia reacción cuando las inversiones aumenten o pierdan valor. Tal vez pueda afrontar el riesgo combinando o diversificando tipos de inversiones en su cartera, pero no hay una garantía contra pérdidas. Por eso es importante conocer cuál es su tolerancia al riesgo, horizonte temporal y necesidades de liquidez antes de tomar decisiones sobre inversiones.
Cómo comenzar
Una vez que esté listo para invertir, el siguiente paso es elegir cómo hacerlo. Ahora más que nunca existen muchas más maneras de invertir, y usted puede involucrarse en el proceso tanto o tan poco como lo desee. Considere los siguientes enfoques:
Haga sus propias operaciones. Este puede ser el enfoque más directo con cargos más bajos, pero requiere más tiempo para investigar, llevar control y reequilibrar sus inversiones. Muchas agencias de corretaje le ofrecen operaciones gratuitas si hace sus propias inversiones, pero asegúrese de entender si hay algún un cargo o comisión antes de hacer la operación. Algunas agencias de corretaje ofrecen hacer operaciones gratuitas si mantiene un saldo determinado, pero por lo general le cobran un cargo o comisión específica por cada transacción. Para efectos de conveniencia, tomar sus propias decisiones al invertir puede ser confuso, especialmente cuando está comenzando.
Aproveche la orientación en línea. Si desea obtener más ayuda sobre cómo encontrar la combinación de inversiones adecuada para usted, puede considerar un programa de inversión en línea diseñado para ajustar sus inversiones a sus necesidades y a su situación personal. Aquí, también, puede encontrar una variedad de propuestas que simplifican las cosas mucho más. En la mayoría de los casos, usted proporciona información como su edad, cuánto dinero tiene para invertir, cuándo lo necesita y cuánto riesgo puede tolerar. Luego, normalmente por un cargo, se crea una cartera a la medida de sus metas por medio de algoritmos de computadora (también conocidos como gestores automatizados) o por medio de gestores de cartera humanos. Además de escoger sus inversiones iniciales, estos programas también pueden ayudarle a reequilibrar su cartera a medida que cambian las condiciones del mercado y sus necesidades.
Consulte a un asesor. Algunos inversionistas optan por consultar asesores financieros personales que les ayudan a seleccionar las inversiones que se ajustan a sus necesidades. Sin embargo, muchos asesores requieren un nivel de activos más alto que el que usted tal vez tenga cuando comienza y por lo general cobran más en cargos que un programa en línea, así que esta puede ser una opción para más adelante, cuando su cartera aumente.
Cualquiera que sea el enfoque que elija, lo que realmente importa es comprender cómo invertir podría posiblemente ayudarle a poner a trabajar parte de su dinero para alcanzar metas más grandes y a más largo plazo. Si tiene una idea clara de sus objetivos, su calendario y su capacidad de tolerar el riesgo, puede decidir si invertir podría ser una parte central de su estrategia financiera en general.
La información que se proporciona en estos trabajos es solo con fines informativos y no tiene como objetivo ofrecer asesoramiento financiero, fiscal o de inversión. Consulte a un profesional financiero y a su asesor fiscal personal al momento de tomar decisiones acerca de su situación financiera.