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La filosofía latinoamericana 

Por: Rossel Montes 

Tegucigalpa, Honduras | Reporteros de Investigación. Desde tiempos muy remotos muchos pensadores han tratado de responder a la pregunta que es la filosofía, responder a esa pregunta es muy complicado, incluso para los ya iniciados. La filosofía para mí es un saber radical que intentan responder y explicar la naturaleza de todo lo real, a diferencia de la ciencia, la filosofía se es metafísica, en el sentido zubiriano, de ir a la raíz de las cosas, y no se queda en la parte óntica de las cosas. La filosofía siempre ha estado guiada por y a cargo por las más grandes incógnitas de la existencia y el pensamiento humano tales ¿quiénes somos? ¿qué somos? ¿a dónde vamos? ¿cuál es la razón de nuestra existencia? ¿qué es el ser? ¿qué es el conocimiento? ¿qué es la moral? 

La filosofía latinoamericana se remonta según Enrique Dussel al siglo XVI, a la polémica entre de Las Casas y Sepúlveda sobre la naturaleza de los pueblos originarios. Por parte de Sepúlveda se negaba la condición de seres humanos a los pueblos originarios, aduciendo que no tenían alma. Una postura bastante atroz, por cierto, e inhumana.  La filosofía latinoamericana muestra grandes avances y antecedentes desde épocas muy remotas, no solamente desde el siglo XX, que es cuanto un grupo de pensadores como Leopoldo Zea y Salazar Bondy en su famosa disputa se preguntaron sobre la existencia y autenticidad de la filosofía latinoamericana. Existen tratados y pensadores que se han aferrado a la idea de proporcionar una Filosofía propia o autónoma que busque resolver nuestras propias inquietudes y sobre todo, tratar nuestras propias necesidades. 

 Hablar de filosofía latinoamericana ya es motivo de sendas discusiones y polémicas, se despiertan todo tipo de preguntas y dudas sobre si la filosofía latinoamericana es realmente autentica o si solo es una caja de resonancia de las filosofías europeas, ya sea francesa, alemana, española o norteamericana. Nadie duda cuando se habla de una filosofía griega o alemana de que estamos hablando de sendas discusiones ontológicas o epistemológicas, su veracidad, sin embargo, la filosofía latinoamericana no goza de esa popularidad, nadie, absolutamente nadie en el ámbito académico dudara que una obra como Ser y Tiempo de Martin Heidegger es una obra revolucionaria, pero cuando ya mencionamos a filósofos como Augusto Salazar Bondy, Leopoldo Zea o Enrique Dussel, ya el panorama va cambiando. Incluso pensadores y filósofos de la talla de Xavier Zubiri, con una obra densa y metafísicamente pesada, no es tan conocido, por la razón de que sus escritos no están en inglés, al menos así lo dejo claro Antonio Gonzales, quien fue discípulo de Ignacio Ellacuria.  

La sola mención de un filosofar propiamente latinoamericano genera todo topo de alergias a las mentes colonizadas, ahí donde el eurocentrismo ha calado hondo, se du de la epistemología, del método, la naturaleza y problemáticas propias de un pensamiento en construcción en américa latina. La filosofía de la filosofía, tal como lo aseveró el maestro José Gaos, es una radical pregunta sobre los fundamentos ontológicos del filosofar, ¿Qué es la filosofía? ¿Qué es la filosofía latinoamericana? ¿Qué preguntas debe resolver la filosofía latinoamericana para ser filosofía universal? 

Hegel decía que el búho de Minerva levantaba el vuelo al atardecer, con lo cual daba a la filosofía el carácter de una teoría que elucida el sentido de los hechos ya consumados. No siempre es así; contra lo que pensaba Hegel, creemos que la filosofía puede ser y en más de una ocasión histórica ha tenido que ser la mensajera del alba, principio del cambio histórico por una toma de conciencia radical de la existencia proyectada al futuro”. 

Siguiendo a Salazar Bondy, Hegel pensaría que la filosofía latinoamericana sería un disparate, ya que la filosofía de la historia de Hegel excluia a los pueblos in historia, a los pueblos atrasados y barbaros.Hegel fue la consumación de la modernidad, y del Yo conquisto de Descartes, la subjetividad de la modernidad, esa que pretendía liberal al ser humano de la oscuridad y de la irracionalidad, esa misma modernidad con su colonialismo y colonialidad del saber y del poder.  

“El americano había vivido cómodamente cobijado por la sombra del árbol de la cultura europea, pero en este que hemos llamado un buen día, el hombre europeo —el cultivador del árbol abrigador— lo corta y arroja al fuego por inútil, con lo cual el americano se ha encontrado de golpe expuesto a la intemperie, amenazado por todos los elementos; se encuentra de golpe con la historia, con la necesidad de hacerla, es decir, con la necesidad de hacer una cultura cultivando ideas y creencias propias”. (Zea 1972, p.14) 

Desde 1482 sería un acontecimiento que marcaría la vida de los habitantes del continente americano, ya que en este momento se cometerían uno de los mayores genocidios de la historia humana, y así se inicia la lucha encarnizada por las independencias y la liberación de los pueblos latinoamericanos. Dicha liberación estuvo acompañada por la pluma de pensadores de la talla de Andrés Bellos, José Marti, José Cecilio del Valle, Francisco Morazán, José Vasconcelos, Jose Carlos Mariategui. 

En América latina pareciera qué ha habido tres épocas o estructuras práctico-productivas definibles con cierta claridad, si dejamos de lado el momento del pensamiento prehispánico –que debería ser denominado «pensamiento» y no propiamente «filosofía”; «ideas» que pueden ser centro de una ideología vigente, pero no metódica al grado que lo exige lo que llamamos filosofía. (Dussel, 1994, p: 15). 

El argumento de Dussel esclarece que la filosofía llega con la Conquista y colonización, y que el pensamiento prehispánico no es aún una filosofía, sino, un pensamiento, que posiblemente hubiese llegado a devenir en filosófico sino hubiera ocurrido la debacle. Con la colonización y el montaje de toda la institucionalidad, universidades, se inicia en américa con la Escolástica, sistema educativo y filosófico que se remonta a la edad media europea, la Escolástica con Santo Tomas inspirará a filósofos hasta el siglo XX.   Aunque con la Escolástica y el pensamiento de la época tenía un matiz conservador, ello no fue óbice para que dicho pensamiento no reflexionará sobre asuntos netamente americanos “los temas americanos no dejaron de hacerse presentes como elemento nuevo en la inquietud teórica”. (Salazar Bondy, sf, p: 14), temas tales como: la humanidad del indígena, el derecho de hacer la guerra a los aborígenes, y la dominación a América, todo esto tratado bajo meditaciones filosóficas y teológicas, especialmente en los siglos XVI y XVII. 

Es muy importante entender que la filosofía latinoamericana es muy joven respecto de las filosofías europeas, que nuestra filosofía tiene como cometido explicar las grandes preguntas metafísicas sobre el ser, la nada, la existencia, la ética, tal como lo hacen las filosofías europeas, pero también debe explicar su propia naturaleza epistémica. Es un deber superar el eurocentrismo como ideología tal como aseveró Samir Amín, el eurocentrismo es una postura colonizante  e ideológica que minimiza y ningunea a otros saberes que se salen de su órbita. El grupo colonialidad/ modernidad con autores como Dussel, Aníbal Quijano, Castro Gómez, y otros han hecho un esfuerzo poderoso para poder explicar las peculiaridades de pensar desde América latina. Los conceptos de colonialidad del poder, del saber y del ser, son muy importantes para todo aquel que desee comprender los vericuetos del pensamiento latinoamericano. 

Bibliografía

Amin, S. (1989). El Eurocentrismo, crítica a una ideología. 

Argote, G. (2015). ¿Qué es eso de filosofía americana? Cuadernos Salmantinos de Filosofía, 131-147. Zea, L. (1965). El pensamiento latinoamericano. México: Editorial Pormaca

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