La Policía Militar del Orden Público (PMOP) cometió el sangriento y atroz acto en medio de burlas, en una calle de la capital de Honduras.
Las mujeres trans denuncian que están sufriendo burlas, detenciones arbitrarias en distintas ciudades y abusos policiales, la Policía Nacional sostiene que le faltan el respeto a la autoridad y anunció que trabajan en un plan de sensibilización del tema de Género.

Tegucigalpa, Honduras | Reporteros de Investigación. Sofía andaba en estado de ebriedad. Regresaba de su trabajo sexual.
La directora de la Asociación Cozumel Trans, la defensora de derechos humanos Rihanna Ferrera, estacionó su vehículo a pocos pasos del “Core 7”, una instalación policial en el centro de la capital de Honduras.
Sofia bajó del vehículo y dijo que iría a comprar más cerveza.
«Cuando ella da la vuelta, ve a los policías militares riéndose. Entonces les dijo ella:—Y ustedes de qué se rién—», les preguntó Sofía a los soldados.
“De repente, escuché el relajo. Y le dije yo, Tai (así le dicen de cariño a Sofía) calmáte. No los insultés. Ellos son autoridad”— le dijo Ferrera a su compañera.
—No, que estos hijos de puta que no han llegado ni a primer grado y con ese uniforme se la creen. Hijos de puta—, les gritaba la mujer trans.
“Le dijo un policía militar: ándate mejor para la esquina a prostituirte. Entonces ella les dijo: con mi culo y mi cuerpo puedo hacer lo que quiera ¡hijos de puta, tortugas ninja! Vengo yo y le digo al militar: cálmense porque anda tomada. Porque si ellos decían algo, aquella más se revolvía y ellos empezaban a decir más cosas”.
“Salió una mujer militar y se empezó a reír de ella. Entonces ella se molestó más”.
Uno de los policías sacó una navaja, tiró la mano para atrás como para agarrar impulso y apuñalarla con fuerza, entonces vino el otro policía y le agarró la mano. No compa eso, no, le advirtió el otro militar a su colega.
Sofía se apartó del vehículo y volvió a la pulpería (tienda de abarrotería) y los militares le dijeron cosas nuevamente, entonces ella se revolvió.
“La calmo y le digo: vete para tu casa. —Sí, está bien—, me dice. Mi error fue dejarla ir sola”, contó Ferrera.
Como a mitad de la cuadra se escuchó un relajo, se escucharon los cuerpos de la tropa militar bajando de la paila del vehículo. Ferrera vuelve a ver y mira a los militares corriendo.
“Y escucho el grito: Rihanna ayúdamé”. Las mujeres de la PMOP golpearon a Sofía, un policía le pegó en la cara. Con una mano la agarró del cuello a manera de estrellarla con la pared. En el forcejeo, le arrancaron la uña del pie y ella botaba sangre y le golpearon el estómago, la arrastraron, cruzaron la calle con ella. Esto ocurrió la noche de la semana anterior cerca del “Core 7”.
“Entonces intervine y me dijeron: —Que te alejés o no respondemos. Usted aléjese a que ahora vienen de delicadas ¿y no nos estaba insultando este hijo e puta?»—, le advirtieron los militares a Ferrera.
Denuncias de abusos policiales en Siguatepeque
El fin de semana pasado, Fátima, una chica trans y su pareja discutían en voz alta dentro de una discoteca en Siguatepeque, Comayagua, 111 kilómetros al norte de Honduras.
El hombre salió del bar. La policía le pidió los papeles. Como andaba sin documentos, lo detuvieron. Cuando ella vio que llevaban a su pareja, les exigía que no se la llevaran y también la detuvieron por escándalo en vía pública.
Dentro de la posta policial les lanzaron gas pimienta, apuntó la directora de Cozumel Trans.
Cuando Ferrera fue a ver la situación en Siguatepeque, constató que en una sola celda había 11 personas, por faltas. Uno de los detenidos le contó a escondidas que la chica trans estaba tirando excremento y que la policía le había tirado gas pimienta o lacrimógeno.
Este fin de semana la compañera salía de trabajar, llegó la policía y se la llevó detenida porque no porta documentos. Ferrera dice que no pueden portar documentos porque quien aparece en su tarjeta de identidad es la identidad de un hombre. “Si a mí me piden mi tarjeta de identidad yo no la voy a dar porque no soy esa persona”, sostuvo.
Las autoridades de la Policía Militar ignoraron los mensajes cuando se les pidió una entrevista para hablar del protocolo de atención a personas transgénero.
Sobre el mismo incidente, Karla Vanessa Hernández de la comunidad LGTBI, defensora de derechos humanos en Siguatepeque, contó que el sábado de la semana pasada, varios de sus compañeros estaban tomando y como uno de ellos, no andaba papeles lo sacaron de la discoteca de un amigo. A uno de ellos lo golpearon. El joven tenía una carta de libertad del presidio, pero no la andaba. Ellos venían de La Esperanza, Intibucá. Cuando la chica trans se metió, a ella también la detuvieron y dicen que les lanzaron gas pimienta o lacrimógeno, dijo Hernández, sin precisar qué tipo de disuasivo utilizaron.
Esto pasa bastante, a las chicas trans les gritan el nombre, al pedirles la identidad. Y cuando van a dejar comida a las otras chicas trans, que están detenidas, se burlan de ellas. Ellas solicitan que deben ser revisadas por mujeres policías y les contestan que ellas no son mujeres ¿Qué dónde tienen la identidad de mujer?
Esto pasa con policías militares y de policía nacional, denunció Hernández. Este sábado que pasó también se llevaron presa a Jessica, otra chica trans, y no la sacaron de la celda hasta el domingo a las 4 de la tarde, relató.
Le faltan el respeto a la autoridad policial
De su lado, el oficial de la Policía Nacional, Deny Alvarenga de la Unidad Sobre protocolo en trato y detención de las mujeres trans y personas de la Comunidad LGBTI, dijo: “Estamos trabajando en un plan de sensibilizacion del tema de Genero, aunque este tema se da desde muchos años atrás, para hacer que los funcionarios policiales sean sensibles al género, y que la atención se dé como corresponde”.
De acuerdo con el portavoz de la Dirección Policial de Investigaciones, sub comisario Cristian Nolasco, es totalmente falso que la policía use gas. “Hace años no se tira gas”. “Solo por el nombre no se detiene a nadie. El mayor problema es que le faltan el respeto al policía, o que ellos no cumplen con los horarios en sitios públicos”, indicó el oficial.
Ciudad de transfemicidios
El Estado de Honduras fue condenado por la Corte Interamericana de Derechos Humanos porque en un contexto parecido, bajo restricciones a garantías constitucionales, asesinaron a Vicky Hernández. El asesinato ocurrió la misma noche del Golpe de Estado del 28 de junio de 2009. Esa noche la ciudad estaba sitiada por tropas represivas militares y policiales.
“En la época en la cual tuvo lugar la muerte de Vicky Hernández, existía un contexto general de discriminación y violencia contra personas LGBTI en Honduras. Sobre el particular, el Relator Especial sobre la situación de los defensores de derechos humanos de las Naciones Unidas señaló que la persistencia de actos de violencia en contra de las personas LGBTI desde el golpe de Estado en Honduras podrían corresponder a crímenes motivados por prejuicios, primordialmente provenientes de agentes policiales y guardias privados de seguridad”.
“El Estado creará e implementará un plan de capacitación permanente para agentes de los cuerpos de seguridad del Estado, en los términos de los párrafos 168 y 169 de la presente Sentencia. 15. El Estado adoptará un procedimiento para el reconocimiento de la identidad de género que permita a las personas adecuar sus datos de identidad, en los documentos de identidad y en los registros públicos, en los términos de los párrafos 172 y 173 de la presente Sentencia”, manda el fallo de la Corte IDH.
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