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Hubo una agenda oculta para desaparecer la Policía Nacional y ahora “será cercana al pueblo”

«Van a conocer a esta policía que es del pueblo y para el pueblo»

A partir de hoy empezamos nuestra nueva serie Historias de Policía. Este trabajo irá develando desde adentro, mediante diversos géneros periodísticos, cómo la visión militar que ha dominado la política de seguridad pública alimenta una cultura de impunidad que debe ser revertida de manera urgente para evitar que se repita

Créditos

Redacción: Wendy Funes | Edición: José Manuel Serén

"Solo llevo 15 días en el cargo, 21 días nombrados y 15 días en el cargo, y en ese entonces en este país, que tiene mucha problemática social, nosotros no hemos lanzado una lata de gas lacrimógeno. Nosotros no hemos disparado un arma de fuego al aire contra alguien, nosotros no hemos dado un toletazo a ningún ciudadano, ciudadana y no es que hemos hecho un gran cambio, sino que el reordenamiento, en las estructuras, administrativas de poder del Estado cambiaron y la institución policial lo entendió".
Gustavo Sánchez
Director de la Policía Nacional

Por primera vez un académico, escritor y maestro dirige la Policía

Tegucigalpa, Honduras | Reporteros de Investigación. Un grupo de uniformadas de  facciones frías, lenguaje corporal firme, con peinados impecables, acorazaban los pasillos de acceso a la oficina del nuevo director de la Policía Nacional de Honduras.

Hubo que pasar varias puertas resguardadas por estas mujeres de mirada ágil, antes de entrar al despacho del doctor en Sociología,   Héctor Gustavo Sánchez Velásquez. Trabaja en un lugar sobrio con algunos certificados que dan cuenta de su formación académica. Hay una palmera de salón a la par del mueble esponjoso en el que se ha sentado para dar la entrevista.

Mira directo a los ojos, habla con pausa, no se anda con rodeos ni parafernalias para conversar. Parece que dice lo que piensa sin ceremonias.

Una de las mujeres que lo resguarda esta tarde entra a la oficina para ofrecer agua o café.

—Agua está bien para mí—, responde mientras sonríe. No luce como un típico comisionado de élite de esos que antes desfilaron por la dirección, afectados para hablar y emperifollados con medallas.

Más bien es un hombre práctico al que igual que se le ve en su oficina, se le puede encontrar  comiendo con la tropa policial en el restaurante de la Secretaría de Seguridad y caminando con naturalidad por las oficinas de la Policía Nacional.

Así que le falta la típica soberbia que ha embriagado a otros jefes policiales y, por ahora,  le abunda en las manos la oportunidad sin precedentes para transformar desde su cargo como Director General, la Policía Nacional de Honduras, bajo la egida de la Secretaría de Seguridad por primera vez conducida por un policía, el policía Ramón Sabillón.

El nuevo director de la Policía Nacional más bien tiene el aire de un maestro con anteojos que contesta las preguntas con buena conjugación de los verbos, otro aspecto también inusual en colegas de su mismo rango.

Antes de llegar a la dirección policial se ha pasado su vida en las aulas universitarias, leyendo y enseñando. A simple vista tiene ideas críticas del sistema, otro rasgo también inusual en una institución que en el pasado fue dirigida por policías señalados por asesinato y narcotráfico.

En cambio, la carta de presentación del nuevo director son al menos cinco investigaciones académicas publicadas y dos doctorados. Quizás sea por eso que, según dijo, su principal intención es establecer procesos que fortalezcan la institucionalidad e impulsen la meritocracia.

Durante la entrevista, el director policial confirmó las revelaciones hechas por Reporteros de Investigación: había una intención oculta para desaparecer la Policía Nacional y las personas que integran esta institución vivían extenuantes jornadas parecidas al hostigamiento.

Reporteros de Investigación (RI): Comisionado desde Reporteros de Investigación hemos venido sosteniendo una tesis y es que la depuración policial en Honduras eh, tiene características que le hacen fallida o falsa de alguna forma. ¿Cómo nuevo director policial qué puede reseñar respecto a este proceso?

Gustavo Sánchez (GS): Fíjese que es interesante que la sociedad hondureña y la cuestión mediática se pone de acuerdo solo en un tema de corrupción, y es cuando el tema de corrupción apunta a la Policía Nacional; todo el mundo coincide: sociedad medios, eh, organismos del Estado etcétera, etcétera.

Cosa que no se puede abordar en otros ámbitos, con tanta unanimidad, digamos; en ese sentido, quiero comentarle que la Policía Nacional ha pasado por cualquier cantidad de procesos de depuración. Procesos de depuración total y procesos de depuración parcial.

El primer proceso de depuración parcial fue cuando, precisamente, se intervino la DNI. El famoso DIN, la policía política de aquel entonces. Se suprimió, se desapareció, si usted recuerda y se creó la DIC. Ese es el primer proceso de depuración, pleca intervención de la Policía Nacional, pero fue: cuando era Fuerza de Seguridad Pública y fue parcial, o sea, solo afectó al DIN.

Como producto de esas investigaciones y de los escándalos que ahí se suscitaron que eh obviamente afectó mucho a la sociedad, como vio la sociedad hondureña y afectó, con justa razón, la credibilidad de la entonces Fuerza de Seguridad Pública se crea la Comisión Interventora; y la Comisión Interventora, fue el 96 (1996), establece que la Fuerza de Seguridad Pública se debe de sustraer de las Fuerzas Armadas porque en ese entonces la policía era una fuerza más de las Fuerzas Armadas; por lo tanto, los policías éramos militares, se separa y en esos dos años se construyen la Nueva Policía Nacional, dependiente de la Secretaría de Seguridad.

Ahí fue la primera gran depuración porque muchos oficiales de la entonces Fusep (Fuerza de Seguridad Pública) y muchos miembros del escala básica —que entonces se llamaba tropa de la Fusep— no pasaron a conformar la primera, la Policía Nacional. Estamos hablando entonces que esa es la segunda intervención, pero la primera depuración total.

El tercer proceso de depuración se dio en el 2001, con el abogado Guautama (Fonseca, ex ministro de Seguridad), en la Administración Flores (Presidente Carlos Flores Facussé 1998-2002). También fue una depuración total y se despidió a mucha gente con diferentes criterios, pero los tribunales de justicia dijeron que esos criterios no están apagados a la legalidad, por lo tanto, años después volvieron y crearon un gran impacto económico a la sociedad y al pueblo hondureño.

Esa fue la tercera depuración, hubo otra depuración que fue parcial que fue cuando eh se convirtió, se pasó la policía de Hacienda, a la Dirección Nacional de Servicios Especiales de Investigación, entonces esa depuración, pleca intervención solo fue para esa fuerza. Siempre fue en 2001 o fue el 2002 por ahí.

RI: ¿Fue en la época de Gautama?

GS: Sí. Miento. Fue antes de 2000 y fue cuando se creó y con la nueva Ley Orgánica, aparece esa otra dirección. Posteriormente, en la época del General, eh, Juan Carlos Bonilla se le dio otro instrumento a él para hacer una depuración aunque tenía plenos poderes no se realizó solo se separó a algunas personas y algunos otros él los puso en la condición de disponibilidad.

RI: ¿Pero él depuró gente que lo había denunciado a él, también?

GS: No le sabría decir porque eso es, eh, al menos yo no tengo documentos que lo demuestren. Tampoco lo he investigado. Pero lo que quiero decir es que no se, a pesar de tener el instrumento legal, no realizó esa depuración.

RI: ¿En 2010?

GS: 2010, 2011 por ahí. Creo que fue en la Administración Lobo (Presidencia de Porfirio Lobo Sosa 2010-2014). Después el 2016, me recuerdo que cuando salió, fue después de salir una publicación en un periódico estadounidense.

RI: ¿Pero eso fue en 2011? En 2011 empieza todo el escándalo del asesinato del hijo de la ex rectora de la UNAH, Julieta Castellanos.

GS: Sí pero la depuración arrancó en 2016, o sea, fue cuatro o cinco años después. Ya venía digamos, eh, la confianza, eh, de la sociedad hacia la policía, obviamente totalmente quebrantada, ¡verdad!; No, no existía; y sucedió lo del 2000. Bueno, la Comisión de Transformación y Fortalecimiento Institucional, conocida popularmente como Comisión Depuradora y que despidió aproximadamente la tercera parte de los funcionarios policiales.

Antes de eso, para el 2014, hubo otra depuración parcial que afectó a la entonces Dirección General de Investigación Criminal (DGIC); en la administración, como ministro de Arturo Corrales (Ex ministro de Seguridad) que algunos de ellos son los que ganaron la demanda ahorita en los juzgados; algunos se fueron en 2014.

RI: ¿Cuántos?

GS: No, no, no tengo idea porque no hemos tenido acceso a las sentencia oficialmente de hecho no, nos ha llegado. Entonces, eh, esa sería otra depuración parcial y la última depuración, eh, eh, total cuando digo total, es que afecta a toda la institución es la última la de la Comisión Depuradora y dónde estamos recibiendo nosotros en este momento información por los medios de comunicación, todavía no hay notificación de que se han ganado algunas sentencias.

¿Qué es lo que sucede con estas depuraciones? La Policía Nacional siempre ha estado siendo depurada por diferentes razones; uno es porque los procesos de control interno están fallando; a la vez estos procesos de control interno también es por diferentes razones, uno porque no se quiere aplicar la ley, otro porque no se quieren comprometer alguno de los superiores que tienen que aplicar esa ley; porque prescriben con dolo con culpa los términos, etcétera, etcétera; pero la Policía Nacional es la única institución que tiene procesos de depuración y de control interno permanente. Lo que pasa que también ha sido una herramienta política y una herramienta mediática. Por lo tanto, en función de esas estrategias y de otras agendas, desde la perspectiva política, eh, se realizan estas decoraciones masivas violentando el debido proceso.

Nosotros en ningún momento vamos a negar que en la institución policial ha existido, eh funcionarios corruptos. Eso no lo vamos a negar nunca. Hay hechos históricos que lo demuestran. Pero no se ha tratado, no se ha enfrentado como se tuvo que haber hecho, con la suficiente valentía; la suficiente transparencia y estos procesos y como resultado, pues, se dan, eh, esas acciones de depuración y al final el afectado es la sociedad, es el Estado porque vienen las demandas que son ganadas en los tribunales competentes y a las personas tienen que reintegrarse porque se les ha violentado el debido proceso, se ha violentado la presunción de inocencia, se les ha violentado el derecho a la defensa y eh, lo establecen los tribunales; cosa que nosotros, criterio que nosotros compartimos y bueno, se les tiene que resarcir sus derechos y eso es lo que está sucediendo en este momento.

RI: La última depuración ocurre en medio de una tormenta, podríamos decir para la policía, porque era una tormenta mediática pero era también —de acuerdo con la información que hemos tenido— había una intención de desaparecer la Policía Nacional ¿Cuáles son los retos que eso le deja a usted como director de la Policía?

GS: Mire la intención de desaparecer la Policía Nacional al menos en discurso siempre ha sido así, pero recordemos que la Policía Nacional es una institución con carácter Constitucional, recuérdense de algo por ahí, de rango Constitucional; por lo tanto, se necesitan dos legislaturas para que puedan hacer eso. Va a…no es fácil, o no solo es un capricho político.

El reto que enfrentamos, bueno, primero tenemos que devolver la confianza de nuestra institución a la sociedad porque las puertas de la Policía se habían cerrado.

No escuchamos el clamor de la sociedad, no actuamos como funcionarios responsables de cumplir y hacer cumplir la ley, no brindamos un servicio policial de calidad; de hecho, no estamos brindando en ningún tipo de servicio. Por lo tanto, debemos de transparentar nuestras acciones, debemos de transparentar nuestras actuaciones, debemos de transparentar  todo el proceso que tenga que ver con la institución policial y sus servicios a la sociedad precisamente para garantizar el fin supremo de la sociedad que es la persona humana.

Obviamente, es un trabajo que no es muy fácil, pero en este momento se presenta la coyuntura política para que podamos lograr nosotros, conseguir esos, esos mejores derroteros para la institución y sobre todo para la sociedad porque lo más importante es el beneficio de la sociedad.

¿Cómo se va a lograr? No es fácil, no es fácil, pero mucho tiene que ver con la transparencia, con la rendición de cuentas, con el integrar a nuestro quehacer a muchas instituciones que sirvan como veedores y finalmente por cumplir la ley.

RI: Eh, no podemos negar comisionado que hubo crueldad por parte de la Policía desde 2009, en contra la población, vimos a la población llorar en las calles, vimos a la población sufrir golpeada, bombardeada, población civil tratada como que fuera población armada. ¿Cómo se va a borrar todo eso?

GS: No es fácil borrar. Para empezar debemos aceptar la responsabilidad del Estado,  sucedieron esos hechos, pero tampoco fue exclusivo de la Policía Nacional y no quiero justificar.

En 2009, hubo un golpe de Estado y eso lo sabemos muy bien, hay sendas sentencias contra el Estado de Honduras y la crisis política que vivimos por una década empezó ahí.

Eso demuestra que es el sistema que no funcionó, o es un sistema este que estaba determinado para ciertas cosas, para ciertos fines; y la policía fue parte de engranaje, de ese sistema y lo siguió siendo, y tenemos que decirlo, por los siguientes años.

Ahora bien, instituciones como la nuestra, eh, que están conformados por muchos hombres y mujeres, muchos los cuales, la mayoría me atrevo a decir que son valientes en determinado momento son conducidos por derroteros que no, que no son los que debemos de seguir; ubicando personas en ciertos puestos de mando que hacen que logren o sigan ciertos objetivos y ciertos principios que están totalmente, eh de manera contraria con lo que la ley ordena, con la que la Constitución y todo el ordenamiento jurídico nacional, ordena.

Vivimos un momento histórico, sé que es un trabajo muy duro, pero el Estado hondureño va a tener que salir fortalecido en estos momentos y en los próximos años cuando la institucionalidad del Estado se recupere; cuando los tejidos sociales rotos que existen en nuestra sociedad, eh, se vayan a fortaleciendo y va a ser un proceso largo, porque este proceso debilitamiento institucional —me refiero al Estado no solo la Policía Nacional eh— lleva 12 años y no va a ser fácil recomponerlo en algunos meses, en alguna semanas ni incluso en un par de años, pero sabemos que sí lo vamos a lograr, sabemos que vamos apuntando a un mejor futuro, a una mejor policía, a un mejor Estado y a una mejor sociedad.

RI: ¿Cómo siente el peso histórico de ser el primer jefe policial después de una dictadura de 12 años —una cruenta dictadura, violatoria de derechos humanos— y cae en sus manos, este reto, comisionado?

GS: Mire, es momento difícil, es un momento muy complicado pero yo me siento totalmente orgulloso porque siento que es el fruto de todo lo que hemos hecho los últimos 33 años de mi vida, 33 años de ser policía, o sea, yo tengo más tiempo de ser policía que de no serlo porque entré a la Academia Nacional de Policía de 18 años; pero, tampoco podemos decir y personalizar esto porque no solamente es su servidor, es el ministro, el señor Secretario de Estado que se le está haciendo justicia; es la señora viceministra, doctora Julissa Villanueva; es el abogado Hugo Suazo, el otro vice ministro de la Secretaría de Seguridad; es mi subdirector, el sub director de la Dirección General de la Policía Nacional o de la Policía Nacional, Juan Manuel Aguilar Godoy y un montón de oficiales que fueron relegados y desplazados, por criterios totalmente subjetivos que nunca pasaron por la capacidad, por la seriedad y, evaluar los valores íntegros que esos funcionarios policiales tenían. Todos estamos conscientes en este equipo que es un momento histórico y estamos, eh totalmente convencidos y sabemos lo que tenemos que hacer que es volver, eh, o colocar a la institución policial en un sitial de honor, pero más allá de la institución policial nos debemos a la sociedad, nos debemos al pueblo hondureño, tenemos que cumplir lo que la Constitución ordena y nuestras leyes ordenarán para cumplir esa función policial. No es fácil.

Usted dijo algo muy importante, todos los escenarios que se vivieron en el 2009. Yo le agregaría, los que se miraron el 2017. Ahora hemos tenido y solo llevo 15 días en el cargo, 21 días nombrados y 15 días en el cargo, y en ese entonces en este país, que tiene mucho problemática social, nosotros no hemos lanzado una lata de gas lacrimógeno. Nosotros no hemos disparado un arma de fuego al aire contra alguien, nosotros no hemos dado un toletazo a ningún ciudadano, ciudadana y no es que hemos hecho un gran cambio, sino que el reordenamiento, en las estructuras, administrativas de poder del Estado cambiaron y la institución policial lo entendió.

Entonces, eh, sabemos que no es fácil, porque como mucha gente está muy contenta de que llegamos, sabemos que hay un reducido porcentaje que no está contento, tanto dentro como fuera del institución y van a estar ahí agazapados esperando intervenir, esperando  que demos un paso en falso para lograr recuperar sus espacios y lo digo también en todo el Estado, no solamente en la policía nacional.

Entonces, estamos convencidos de eso, sabemos que es un momento único y sabemos es por primera vez y es única vez entonces estamos totalmente convencidos que tenemos que dar todo para llenar las expectativas y más allá que llenar las expectativas, con cumplir la ley.

Y no es un decir, no es mencionar un montón de principios por estar ahí sino que, yo vengo de cuna humilde, mi papá fue sargento primero de la Fuerza de Seguridad Pública y del cuerpo Especial de Seguridad que fue la primera policía que se creó después del golpe militar del 63; mi mamá es una maestra de generaciones, de Educación Primaria, nos crearon con muchísimas deficiencia; yo no soy ningún potentado, no tengo dinero ni tengo propiedades. Estamos totalmente convencido de eso y vamos a dar lo mejor, vamos a hacer el mejor trabajo que se puede hacer en la historia.

RI: En cualquier policía del mundo me imagino que los oficiales con mejor mérito académico y que encabezan las promociones, cada año, por su récord eh seguramente estarán en los mejores puestos. Pero en los últimos 12 años, oficiales académicos con muchos títulos que conocemos, porque conocemos hemos cubierto la policía toda la vida, estaban segregados ¿Qué pasaba? e incluso usted estaba fuera del país y es académico

GS: Todos estamos fuera del país, desde el ministro, bueno, la vice ministra estaba con seguridad; el sub director estaba fuera del país. Yo estaba fuera del país en autoexilio.

Bueno, es fácil, cuando una persona ha estudiado mucho, cuando una persona, eh, eh, y más allá de estudiar ha demostrado que su accionar y pensar está totalmente enmarcado en la ley, es muy difícil que pueda cumplir órdenes arbitrarias; es muy difícil que se pueda adaptar y acoplar a ciertas conductas y ordenamiento que se dan; entonces, se buscan las personas que puedan adaptarse, acoplarse, ya sea por intereses propios o por temor porque no podemos estar señalando que todo es porque se acomodaron porque se quisieron acomodar.

Recordemos que no cualquiera puede poner a disposición —yo lo hice dos veces— su trabajo, su empleo, no cualquiera va a renunciar a la alimentación y a la seguridad de su familia y también hay que entender y no solo fue en la policía, cuántas personas, en la estructura institucional del Estado pues tuvieron que, no acomodarse sino que, agachar la cabeza; entonces en las instituciones jerarquizadas, hay que tener mucho carácter para mantenerse y eso es lo que sucedió.

RI: Comisionado, sin duda el pueblo y lo digo por las voces que escuchamos, por el retorno que nos viene en la comunicación que ejercemos, quiere una Policía respetuosa de los derechos humanos, no es responsabilidad toda de la Policía; pero al ser hombres armados se requiere de una policía honesta, de una policía que no tenga que sobornar periodistas para realmente tener una buena imagen, una policía que no vuelva a utilizar armas para ejecutar o para cometer ejecuciones sumarias, en fin, una policía que respete a la ciudadanía ¿Cómo pueden lograr ustedes, todas las personas que usted me acaba de mencionar, esto, cómo pueden lograr esto?

GS: No, no es fácil por un lado, por otro lado, tampoco, debería depender de personas nosotros tenemos que recuperar la institucionalidad, mucho pasa con la educación porque nuestro sistema educativo también estaba lacerado; mucho pasa por el fomento de los valores, mucho pasa también por velar por el bienestar de nuestro personal.

Nosotros nuestra escala básica la hemos tenido abandonados, no podían ascender en sus grados, por lo tanto no tenían una mejora salarial.

Usted sabe muy bien, nuestra jornadas laborales son muy pesadas y a veces les cambiábamos su rol de salida y ya no podían viajar cuando les tocaba viajar; salen en dos grupos de trabajo, lo habíamos hecho tres para que dos grupos quedaron trabajando y solo saliera uno entonces esa consideración hacia ellos.

Tenemos que recuperar y fomentar el bienestar social de nuestra escala básica, de nuestros oficiales subalternos también porque determinado momento no los observamos.

A nosotros nos afectó mucho crear élites dentro de la institución policial. Esas élites donde había dos instituciones. Una donde estaban los protegidos y dos donde estaba el resto del mundo a los que se les aplicaba el reglamento o a los que no se les tenía ninguna consideración. Entonces es un proceso muy difícil, pero también un proceso lento. Tenemos que fortalecer la meritocracia en la institución no el acomodamiento.

Con la meritocracia vamos a garantizar que después del tiempo que nosotros estemos en esta institución que la ley dice que son tres años, pero de libre de remoción de la Presidenta Constitucional de la República, entonces si nosotros llegamos a los tres años o no, debemos ir creando la institucionalidad que garantice que todos esos procesos se pueden realizar a través del tiempo.

RI: ¿Finalmente, la población cómo puede participar?

GS: Mire, la población es muy importante que se involucren y no tenemos que pensar solamente en la Dirección General en Tegucigalpa Somos la única institución, con la Secretaría de Salud y con la Secretaría de Educación, en las escuelas, que estamos presentes a lo largo y ancho del territorio nacional, cada funcionario está en la obligación de rendir cuentas y cada ciudadana o ciudadano tiene el deber y el derecho de exigir, el cumplimiento de la ley por esos funcionarios policiales, hay que involucrarse.

Nosotros “per se” somos una policía comunitaria aunque en los últimos años casi se desapareció ¿por qué? porque la fortaleza de la institución policial precisamente es que trabajamos desde el pueblo, hemos cometido muchos errores, pero también hay un montón de aciertos.

La versión o la perspectiva, o la percepción que se tenga de la Policía en Tegucigalpa o en el Valle de Sula, nunca es la misma en el interior, porque el interior somos más cercanos al pueblo nos conocen más como personas, nos conocen más como ser humano, entonces nos miran igual. Yo digo que es importantísimo que la ciudadanía se acerca la policía converse, los obligue a participar en actividades comunitarias, igual las instituciones, igual las alcaldías igual, eh, los mismos hospitales que el público que se encuentra en el sector nosotros tenemos que trabajar mancomunados.

Desgraciadamente, había una estrategia también para que no nos acercáramos a la ciudadanía y debemos decirlo.

Yo soy maestro. Entonces siempre hay un currículum para el desarrollo del proceso educativo, pero los maestros decimos también en el currículum oculto no está escrito, pero es una realidad bueno; también hay estrategias ocultas que nos mantenían por ahí.

No es fácil, no es de la noche de la mañana, pero la ciudadanía de involucrarse con nosotros, poco a poco y solo tenemos 15 días de estar en el cargo, vamos a ir abriendo canales para darnos cuenta.

Quiero comentarles que ahorita, nuestras primeras decisiones estamos fortaleciendo porque solo teníamos dos jefaturas regionales, estamos creando cuatro más son seis jefaturas regionales que estaban en la ley pero no se aplicaban; pero son jefaturas regionales con estructura presupuestaria, logística y de recursos humanos para que ellos estén en los lugares más alejados de Tegucigalpa coordinando esas cosas.

Estamos reaccionando regionalizando también la educación policial, todo el mundo tenía que venir a Tegucigalpa y a La Paz para someterse un proceso de estudio y todo lo que esté en proceso de ascenso, nosotros estamos estableciendo un sistema de educación continua para que los 20.000 funcionarios policiales al menos se sienten dos veces en las aulas, a refrescar conocimientos.

Tenemos que retomar los procesos, los niveles del Manual del uso de la Fuerza, porque desgraciadamente tenemos una policía que de inmediato se iba a las armas, se iba a  la granada y se iba al tolete.

Ahora tenemos que deconstruir todos esos procesos de internalización de la violencia que los funcionarios policiales adquirieron en determinado momento, pero más por el sistema que existía entonces.

Es un proceso muy difícil afortunadamente se está literalmente volcando el apoyo de la comunidad internacional porque este cambio ha generado mucha esperanza, no solo a lo interno sino que también a lo externo y eso nos compromete.

RI: ¿Hay algo más que quiera agregar que no le haya preguntado y le parezca interesante hacerlo?

GS: La Policía Nacional a través de esos procesos de depuración que hemos estado contando; a través de esas agendas ocultas que ha habido por ahí, ha logrado desarrollar un proceso de resiliencia institucional. Somos fuertes. Tenemos una fortaleza increíble. Tenemos policía científica. Usted no tiene ni idea de la fortaleza, que yo a pesar de tener 33 años de esta institución, me he quedado sorprendido porque los últimos cuatro años estuve fuera del país. Por lo tanto, que nos tengan un poco de paciencia, estamos trabajando y van a ver que en cuatro años van a saber y van a querer y van a conocer a esta Policía Nacional que es del pueblo y para el pueblo.

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