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Neoliberalismo, religión y medios de comunicación en Honduras

Tercera parte

Por Luis Hércules

Tegucigalpa, Honduras | Reporteros de Investigación. De acuerdo con Yuval Harari, nuevamente a inicios de los noventas, la narrativa comunista tuvo su mayor tropiezo y el relato liberal se convirtió en “la guía” que explicaría el “pasado humano y el manual indispensable para el futuro del planeta”. “21 lecciones para el Siglo XXI” (p. 21)

Con la globalización y la puesta en marcha del Neoliberalismo, se creó en la imaginación de las personas que todas éramos iguales, extrayéndonos la identidad, bajo el supuesto de ser “uniformes” y volviéndonos cada vez más vulnerables a los relatos que más se adapten a nuestras vidas. Sin entender que esa misma postura fue precisamente la que extinguió a las otras especies de humanos y humanas.

Por consiguiente, y de acuerdo con la Revista Nueva Sociedad (NuSo), con sede en Argentina, a partir de los noventas, surgen también nuevas formas de entendimiento de la sociedad civil dentro del Neoliberalismo. Aparecen las Organizaciones sin Fines de Lucro y las Fundaciones como figuras jurídicas para canalizar fondos y acciones. Las oenegés se vuelven más comunes y con ellas proliferan nuevas formas de tanques de pensamiento, espacios de reflexión y propuestas de políticas sociales desde estas mismas.

Pero también proliferan a partir de los noventas y el auge del neoliberalismo, las misiones y el financiamiento de las iglesias evangélicas en toda la región latinoamericana

La información del primer misionero protestante en llegar a Honduras, es de Christian Frederick Post, originario de Filadelfia y enviado por la “Sociedad para la Propagación del Evangelio en el Extranjero (SPGFP) entre 1768 y 1785. Su visita fue a La Mosquitia. La mayoría de las visitas de evangélicos eran en las regiones donde la monarquía Británica tenía control. Posteriormente, con la victoria de Estados Unidos a España en la Guerra de 1898, se da un auge a partir del Siglo XX, donde empiezan a llegar misiones estadounidenses a todo el país.

Entre 1947 y 1948, durante la dictadura de Tiburcio Carías Andino y desde principios de siglo, se obligó a los garífunas a irse despojando de sus creencias católicas y cambiarlas por el cristianismo evangélico. Después del régimen de Carías; la llegada de misiones anglo-protestantes, incrementó la proliferación de nuevas iglesias evangélicas. 

En la década de 1950, del total de la población creyente, 95% eran católicos y 5% eran protestantes.

Para los años sesenta, las campañas de evangelización empezaron a dar resultados en el país e iniciaban haciéndole contra a la corriente Jesuita que ya acompañaba a los campesinos en el país y en la región. Pero al mismo tiempo, se creaban nuevas alianzas católicas y llegaban nuevas misiones de esa religión.

Un estudio realizado en 1975, tomando como muestra a Tegucigalpa, indicaba que en la capital existían un total de 17 iglesias católicas y 39 protestantes; y en Francisco Morazán había 29 católicas y 46 protestantes. Notándose a partir de entonces una avanzada en el proceso de adoctrinamiento.

A finales de los ochenta y entrados los noventa, se empiezan a transmitir más programas cristianos en algunas comunidades del Occidente de Honduras. Para entonces, Radio Progreso ya se había establecido y Canal 5 empezó a transmitir los programas católicos “Lumen 2000”, en 1990.

Cristianismo cimienta las bases del neoliberalismo 

Pasados los noventa e inicios de los dos mil, cuando el neoliberalismo ya había instaurado sus bases; las iglesias evangélicas lograban verse en las comunidades, los barrios, las aldeas, las zonas rurales, y las montañas. 

Según datos sobre afiliación religiosa desde 1997 a 2012, recabado por Clifton L. Holland, director de PROLADES, donde realizó una comparación de adeptos católicos y evangélicos en el país; refiere que para julio de 1997, el 63% de la población era católica, el 21% era protestante y un 16% no sabía, no se definía o era de otra. En 2007, el último estudio previo al golpe de Estado de 2009 indicaba que la afiliación católica disminuía a 51.9% y las protestantes llegaban a 34.3% y un 13.8% no sabía, no tenía religión o pertenecía a otra. 

Los siguientes datos de dicho compilado, son en 2010, después del golpe de Estado y refieren que el catolicismo perdía terreno nuevamente con una afiliación de 49.3%, la protestante ascendía a 35.5%, y 15.2% no sabía, no tenía o pertenecía a otra religión. A finales de 2012, apenas en dos años, el catolicismo tenía 43.8% y el protestantismo 43.9%, por primera vez tenía mayoría de afiliación y finalmente 12.3% no sabía, no tenía o pertenecía a otra religión. (Public opinion polls on religious affiliation in Honduras, 1997-2012) 

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