Tomado de Reportar sin Miedo
El jefe de la aduana de Guasaule, Choluteca, Marlon Varela, atacó e intimidó a Melissa Hernández, según denuncia realizada en el Ministerio Público. Varela organizó troles para destruir la reputación de Hernández.
Funcionarios del gobierno actual parecen usar las mismas tácticas de Juan Orlando Hernández.
Por Dunia Orellana
Tegucigalpa, Honduras. «¿Quiere atención? Se la doy, pero después no esté chillando. En vez de usar su lengua venenosa, mejor use las manos para ser productiva. Aunque se retuerza como un sucio reptil de la cólera, seguiremos llevando estas y muchas acciones más a gente que lo necesita», le respondió el jefe de la aduana de Guasaule, Marlon Varela, a la periodista Melissa Hernández.
Minutos antes, Hernández había denunciado a Varela en Facebook por la publicación de fotografías de niñas y niños en situación de vulnerabilidad. En las imágenes, el funcionario aparece entregándoles mochilas y comida en el municipio de El Triunfo, departamento de Choluteca, sur de Honduras.
Este es un nuevo caso de violencia contra mujeres periodistas que ejercen la profesión en un ambiente de hostilidad contra el gremio. También es otro ataque contra la protección de los derechos de las infancias y adolescencias en situación de vulnerabilidad.
Pero antes de continuar, retrocedamos un poco. ¿Qué es la pornomiseria? ¿Por qué Varela actuó con violencia en un país donde en los últimos 12 años fueron asesinados 99 periodistas y comunicadores sociales, según informes públicos de la organización defensora de la libertad de expresión en Honduras, C-Libre?
Pornomiseria es un término utilizado para describir un subgénero de la pornografía que muestra situaciones de explotación, abuso y miseria. Este tipo de contenido puede ser considerado inapropiado y ofensivo para muchas personas. Su producción y distribución pueden estar reguladas por leyes locales y nacionales.
En Honduras es muy común que funcionarios públicos y periodistas publiquen imágenes de personas en vulnerabilidad sin importarles la violación de sus derechos humanos fundamentales. Lo mismo pueden hacer medios de comunicación, redes sociales, influencers, empresas y organizaciones de la sociedad civil.
Algunos canales de televisión difunden imágenes de infancias en condiciones extremas. El artículo 32 del Código de la Niñez y de la Adolescencia de Honduras señala: «Ningún niño o niña será objeto de injerencias arbitrarias o ilegales en su vida, dignidad y honor, así como en su domicilio, correspondencia y demás datos personales».
El artículo prohíbe exponer, difundir o divulgar nombres y apellidos u otros datos personales que identifiquen a los niños. También prohíbe difundir en medios de comunicación masiva o electrónica informaciones o imágenes que lxs identifiquen, directa o indirectamente.
Eso incluye a quienes se les considera responsables o víctimas de una infracción de la ley: «La publicación, reproducción, exposición, venta o distribución y la utilización en cualquier otra forma de sus expresiones e imágenes de niños y niñas presuntamente infractores de la ley».
Según el artículo 34 del Código de la Niñez y de la Adolescencia «los medios de comunicación social están obligados a respetar la intimidad y la vida personal de los niños».


Varela organizó troles para atacar a Hernández
Según la denuncia ante el Ministerio Público (MP), el funcionario público Marlon Varela no sólo agredió de forma violenta por Facebook a Hernández. Además organizó «grupos de respuesta», o sea usuarios organizados digitalmente para elevar o destruir reputaciones con fines políticos, sociales o económicos. Algunos autores definen a estos grupos como troles.
«Ante los ataques, expresé en mis redes sociales que no iba a responder a tales insultos», dijo a Reportar sin Miedo Melissa Hernández.
Sin embargo, las respuestas de Varela siguieron intensificándose. Comenzó a recibir invitaciones de amistad de más de 80 personas en su Facebook personal, así como ataques de odio contra Hernandez por medio de grupos de WhatsApp.
«Siguieron las amenazas, los comentarios despectivos hacia mí. Estas personas (troles) repetían su mismo discurso de odio», expresó Hernández en su denuncia al MP.
El mismo escrito señala que Varela amenazó a Hernández con divulgar supuestos audios que la comprometían. Según el funcionario, la periodista supuestamente «habló mal» de la gobernadora del departamento de Choluteca, Berenice Villatoro. Hernández se defendió diciendo que ha realizado críticas en su programa televisivo y que esta acción la toma como una medida intimidatoria.
«Me sentí sumamente acosada. Hice alusión en mi programa de televisión a dos funcionarios misóginos. Uno de ellos era él. En ese instante comenzó a amenazarme, diciéndome ¡me las vas a pagar, nos vemos en los tribunales, me vas a demostrar lo que estás diciendo, falsa y mentirosa!«, expresó Hernández.
Al preguntarle a Varela por este caso, dijo que no se iba a referir al tema, pero continuó sus amenazas contra Hernández.
Las agresiones en línea contra las periodistas parecen aumentar exponencialmente, en particular en el contexto de la «pandemia» y democracias polarizadas, señala en un informe la Unesco.
Los ataques en el mundo digital están diseñados para menospreciar, humillar y avergonzar; inducir al miedo, al silencio y a la retirada; desacreditar a las mujeres profesionalmente. Esas acciones socavan el periodismo de rendición de cuentas y la confianza en los hechos, y además frenan su participación activa en el debate público.
La investigación de 2023 del International Center for Journalists (ICFJ) para la Unesco reveló que 73% de las periodistas encuestadas experimentaron violencia en línea durante su trabajo. Una de cada cinco sufren ataques físicos asociados con el abuso en línea, agrega.
La periodista de investigación Melissa Hernández trabaja de forma independiente para varios medios de comunicación. Labora para Reporteros de Investigación, CRTV y Reportaje Digital HN. Ha sido becaria de varias organizaciones nacionales e internacionales, como el programa Exprésate del International Women Media Foundation (IWFM), con sede en Washington.