Testimonio

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    Así vive un comunicador exiliado por la violencia

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    México. Desterrado por la supuesta violencia para «callar su voz», hoy describe el infierno de su travesía.

    Salió de las sombras del conflicto bajo las palmeras del Valle del Aguán para sufrir el desprecio, miedo, aridez y crudo drama de los migrantes.

    El comunicador social, Denis Ramos, empezó a denunciar en 2015 hostigamiento policial y militar supuestamente sufridos después de informar sobre una protesta relacionada con el conflicto del Bajo Aguán, realizada en una carretera del departamento de Colón, al oriente de Honduras.

    Esta es la historia escrita por él:
    «Después de muchos años en la locución, en la ciudad de Tocoa, Colón se me da la oportunidad de trabajar como corresponsal de Canal 35 para el programa Las Noticias de Colón que conduce el licenciado Héctor Madrid».

    Madrid fue atacado por desconocidos en 2014 y 2015. El hecho sigue impune.

    «Con mi motocicleta y mi cámara salía en busca de los acontecimientos que a diario se daban en dicha ciudad, sin manipulación en cada reportaje y me tocó (debí) trabajar cuando había grandes dificultades con los campesinos de esa zona, siempre hacían protestas y las reprimían, los policías y militares».

    «Recuerdo que hice un reportaje de la mala atención y administración en el Hospital San Isidro, se enojaron mucho conmigo. Luego me tocó cubrir los desalojos de los campesinos que protestaban en las calles. Ese día los policías me llevaron preso, les mostré mi carné, pero igual, siempre me trataron mal».

    «Luego de muchas amenazas de la policía y el robo de mi moto. ¡Y cuantas cosas!, una organización de Honduras que protege a los periodistas me llevó a Guatemala; después de tres meses decidí irme a Estados Unidos. Y entré a México. Estuve tres meses en un pueblo llamado Camoja, cerca de México, allí tuve un accidente que por poco pierdo la vida. No me había recuperado bien y me vine a un pueblo del Estado de Chiapas».

    «No tuve problemas, me explicaron que me fuera en los asientos de adelante y que es raro que haya un retén allí. El primer día empecé a buscar trabajo, me encontré con un mexicano de nombre Rosselin. Él me dijo aquí odian a los “catrachos”, pero voy a ver cómo te echo la mano y comencé a trabajar con él y poco a poco me encontraba con gente que me decían que qué hacía aquí, que me fuera a mi país. Sentí el odio que aquí nos tienen; me corrían de las tiendas donde compraba, de los cibers (tiendas de internet) y una señora llamó a mi patrón y le dijo que me corriera sino le cerraban el taller».

    «Llegué a otro lugar que se llama Comalapa, allí fui a la oficina de migrantes a denunciar lo que me estaba pasando y me explicaron que no se podía hacer nada porque si ellos iban lo más fácil es que me incriminaran y me quemaban vivo por que ya lo hicieron una vez y son capaces de quemar vivo al presidente municipal».

    denis 2«Me contaron que mataron a una chica y le echaron la culpa a un hondureño, ella era periodista y era su novia, pero en el periódico decía: hondureño viola y mata a chica, entonces lo agarraron una gran turba de gente y lo quemaron vivo. Lo mismo querían hacer con dos hondureños en Chicomuselo, así que me fui decepcionado, lo único que tenía que hacer era soportar que me dijeran lo que quisieran y no caminar por lugares donde están esos que nos odian».

    Era como un infierno…
    «No podía salir de ese lugar por no tener dinero, pero en cuanto tuve un poco me salí de allí. Sabía que era como un infierno todo lo que estaba sufriendo».

    «El mismo amigo Rosselin me dijo que me iba a acompañar. Con un poco de desconfianza, salimos de Chicomuselo a La Concordia; yo le decía que no me dijera catracho. Nos sentamos en los asientos delanteros como me habían aconsejado y logramos pasar un retén de la judicial. Mas adelante, se le ocurrió a este amigo decirme catracho, yo me sentí con miedo y vi cómo se puso el chofer. Ya mire que sacó su celular y empezó a enviar mensajes, por Wasap, a otro chofer y cuando nos encontró, le dijo, haciéndose el asustado: eso está feo allá, 15 indocumentados golpearon a dos de Migración y tienen cerrada la calle, no dejan pasar a nadie y los están bajando a todos. Yo sentí que eso era una vil mentira sólo era para que yo tuviera miedo y me dijo, traes papeles, yo le respondí que sí».

    «Es que no quiero tener problemas, me dijo. Allí está la PGR, los militares y no sé cuánta gente; pero yo le dije que yo no soy delincuente para que me bajen y me pidan documentos, que yo soy refugiado político…y que cualquier cosa que me pase en este territorio, demando al gobierno porque está obligado a darme protección y que me respete mis derechos.. y luego que hablé así con él, se calmó y más adelante dijo que el retén no era antes de La Concordia, que era después; desde allí, dije yo, eso es una mentira».

    «Llegamos a La concordia después de tres horas en aquella unidad de transporte, todo muy bien, luego como ya era muy tarde nos buscamos un carro expreso que nos llevara a …porque allí no habían ni hoteles. Nos preguntaron que a qué íbamos, le dijimos que a un aniversario de alcohólicos anónimos, fueron otras tres horas de viaje de noche, gracias a Dios llegamos, cenamos; nos fuimos a un hotel. Yo le dije a este mi amigo: te fijas cuál es su técnica para sacarles dinero a los que vienen de afuera yo sabía que todo aquello que decían era mentira».

    «Siempre se encuentra uno con gente buena, pero sí estoy convencido que hay más gente mala, sobre todo las autoridades que trabajan de la mano de la delincuencia organizada para secuestrar a los que viajan en México para pedir rescate a sus familias que viven en Estados Unidos, a veces secuestran hasta a los guías y aquí no hay que confiar en nadie».

    «Gracias a la asesoría que me dieron en la Casa de Migrantes y con todas las precauciones voy muy bien y estoy aprendiendo el hablado o sea el vocabulario de aquí porque a todo le han cambiado nombre, a la página le dicen popote; al pataste le dicen chayote; a las fajas les dicen cinturón y así, a todo le cambian y es fácil detectar que uno no es de aquí».

    Me robaron mi celular…Esta semana comienzo a trabajar de pintor de autos y ojalá la otra semana me lo vuelva a comprar…

    Ahora, su plan es llegar a Estados Unidos por la ruta de los «indocumentados»…

    Vea aquí la ruta de los migrantes