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Testigos: narcos sobornaron a Carlos Zelaya por ayuda para Negro Lobo mientras Tigre Bonilla traficaba cocaína con la MS-13

Crédito: Edwin Züniga

Por Wendy Funes

Nueva York | Reporteros de Investigación.  Los vehículos parecen miniatura de juguete circulando por las autopistas de la gran manzana.

Se les puede ver por la ventana del sitio reservado para el público en el salón donde enjuician al que fuera presidente de un pequeño país centroamericano mientras “traficaba con drogas y armas”.

Son las 10:15 de la mañana del jueves 29 de febrero. Allá abajo transcurre impasible la vida. Acá arriba, el ex presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, acaba de entrar a la sala de audiencia. Luce un poco menos tranquilo que otros días. Él no puede ver a través de la misma ventana.

Una puerta lateral cercana al estrado se abre y entra con un mariscal que lo cuida y con cadenas en sus pies, Devis Leonel Rivera Maradiaga, siempre imponente y seguro. Es el segundo día y hoy sigue el contrainterrogatorio iniciado la tarde de ayer después de las preguntas de la Fiscalía.

El defensor Raymond Colon inicia con las preguntas. El interrogatorio va en línea argumentativa que Rivera Maradiaga se entregó a la DEA porque temía la lucha sin precedentes contra el narcotráfico por parte de Juan Orlando Hernández. En cada respuesta, el testigo insiste que sobornó a Juan Orlando y que no le temía porque él lo protegió.

Colón además le pregunta sí soborno a más políticos y el Cachiro responde: Sí señor.

Colon le pregunta si entregó grabaciones a la DEA cuando empezó a ser cooperante. Rivera Maradiaga responde, sí señor.

Entre las personas grabadas estaba Mauricio Villeda, pregunta Colon (Villeda fue el contendor por el Partido Liberal, con Juan Orlando Hernández en las elecciones presidenciales de 2013).

No lo recuerdo, ahí están las grabaciones, responde el Cachiro.

—¿Había un político de nombre Carlos Zelaya a quien sobornó?, interroga Colon.

—Sí señor, responde

—¿Ese hombre es del Partido Libre?

—Sí, señor.

—¿Cuánto le dio a Villeda?, pregunta Colon.

— De 200,000 a 250, 000 dólares, responde Rivera Maradiaga.

—¿En cuanto a otros políticos usted sobornó a Óscar Nájera?

— Sí señor

—¿Le dio a él 500,000 dólares?

—No recuerdo cantidad, pero fueron varios señor…

En un momento de interrogatorio en que se refiere al hermano del acusado, Tony Hernández; Juan Orlando Hernández corrige a su defensor le dice que se trata del año 2013 y no de 2015.

Más adelante, Rivera Maradiaga respondió que empezó a grabar políticos, narcotraficantes y personas con las que trababa relaciones por recomendación de su primo.

Desde unos años antes quería negociar con la DEA para dar pruebas de los políticos corruptos de Honduras y admite a preguntas de la defensa, que esa recomendación se la envió el director de la Policía, Ramón Sabillón, a través de su primo.

Usaban Banco Atlántida y Banco de Occidente, preguntó Colon. No recuerdo, dijo Rivera Maradiaga.

—¿Hablando de Carlos Zelaya, del Partido Libre, que le pidió usted a él?

—Lo que le pedí y otros narcotraficantes que estábamos en la mesa, en la reunión, que Carlos Lobo (extraditable Negro Lobo) estaba muy interesado en que les devolvieran propiedades que le habían quitado.

—¿Carlos Lobo era socio en el narcotráfico?

—Sí señor era socio del narcotráfico que había sobornado a Juan Orlando.

—¿Cuánto dinero le dio a Carlos Zelaya?

—eh aproximadamente entre 100,000 a 200,000 dólares, señor.

—¿Carlos Zelaya es el hermano del ex presidente de Honduras, Mel Zelaya?

—Sí señor, responde Rivera Maradiaga.

Tigre Bonilla MS-13

A las 2:23 de la tarde entró como testigo, la ex pareja del líder la Mara Salvatrucha (MS-13), Alexander Mendoza, alias El Porky, identificada como Andrea Santos.

La testigo es interrogada sobre cuatro conversaciones telefónicas en las que aparece Porky, Viejo Dan, Anwar y sobre una conversación con el ex director de la Policía Nacional, Juan Carlos Bonilla. A medida pasa el tiempo, Santos va dando detalles de la forma en que el director de la Policía Nacional daba impunidad, seguridad y conseguía drogas para la MS-13.

El día anterior también Rivera Maradiaga habló sobre su relación con El Porky, militares y policías para cuidar su cargamento o matar por encargo. También sobre el trabajo del narcotraficante Geovanny Fuentes con la MS-13.

Después el perito de la DEA McNamara pasa a declarar y responder sobre información sacada de los celulares iphone de Geovanny Fuentes que lo ubican por los menos en 26 ocasiones con llamadas o mensajes en Casa Presidencial en 2019; del Iphone de Tony Hernández muestran fotografías de armas largas y cortas, con la computadora de Hugo Ardón y demás dispositivos, la Fiscalía trata de establecer las conexiones entre ellos, la MS-13 y con los correos de Juan Orlando Hernández.

En los documentos van mostrando como en los dispositivos van apareciendo ya sea cómo contactos o por comunicaciones de mensajes los números 99420076 de Tony Hernandez, 9982-1149 de Fabio Lobo, 9992-6766 de Juan Orlando. Mensajes con el comisionado Martínez. Una matriz donde aparecen varios policías como un comisario Sauceda y el número 9630-3737 del general Ponce Fonseca. En los documentos exhibidos proyectan además los nombres de Julio Barahona, Manuel Zelaya, Paolo Crivelli y Fuat Jarufe.

“Con amor lo más lindo que verán hoy”, dice un texto escrito sobre un arsenal de armas largas enviadas por whatsapp.

Fabio Lobo

El letargo de la tarde es sacudido cuando con un traje verde tierno y con mangas blancas debajo, con cadenas en los pies, sale por la misma puerta por donde había salido el Cachiro, Fabio Lobo Lobo.

La sorpresa es que consultado por la Fiscalía terminará la tarde incriminando a su propio padre, Porfirio Lobo Sosa, el antecesor de Juan Orlando en la presidencia de Honduras. Y reafirmará los sobornos entregados por el narcotráfico a Juan Orlando Hernández.

Tiene un rostro simpático, la piel de su rostro se ve más cuidada que en sus fotos viralizadas en Honduras, trae un porte firme y se ve vehemente. Tiene facciones y gestos muy parecidos a las del expresidente Lobo Sosa.

En los próximos minutos en al menos tres oportunidades parecerá querer retar con la mirada a quien fuera su amigo cercano y ahora está en el banquillo de los acusados.

Lobo cuenta que fue juez de 2000 a 2009 y en 2010 cuando su padre era presidente de la República aprovechando las conexiones y contacto de ser el hijo del mandatario, empezó a trabajar con los Cachiros ayudándoles para que el Estado les diera contratos para lavar activos.

Conoció a Juan Orlando a principios de 2002.

-¿Usted pagó sobornos a políticos?, interroga la fiscalía.

—Sí señor

—¿A quién?

— Al señor Juan Orlando Hernández.

— ¿En cuántas ocasiones?
— En dos veces

— ¿Por qué motivo lo sobornó?

— Una por la amistad que teníamos y en ese momento corría para la presidencia de la República.

— ¿Qué esperaba recibir a cambio?
— Favores políticos, información y apoyo.

—¿Información y apoyo para qué?

— Para mis actos de narcotráfico.

— Cuando le pagó ¿De dónde provenía el dinero?

— De mis actividades del narcotráfico

—¿En algún momento su padre participó en conversaciones del lavado de dinero?
— Sí

—¿Recibió aporte su padre del dinero de Los Cachiros?

— Sí

—¿Proporcionó su padre protección a Los Cachiros?

— Sí

—¿Eso incluía protección de la extradición?

— Sí

A las 5;00 de la tarde, el juez suspendió la audiencia. Fabio Lobo salió con el ceño fruncido y cuando pasó frente al acusado lo vio fijamente, pero Juan Orlando simuló estar ocupado o distraído en afanes de su caso. Este viernes será el noveno día de juicio y Fabio Lobo seguirá testificando.

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