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La pandilla de políticos que desplazó a Los Cachiros y a los Valle Valle

Juicios en Nueva YorkLa pandilla de políticos que desplazó a Los Cachiros y a los Valle Valle

Nueva York | Reporteros de Investigación. Esta es la historia de cómo una pandilla de políticos que llegó a manejar el gobierno de un país, empezó a perseguir a las bandas de transportistas de cocaína para arrebatarles su empresa criminal.

Esta es la historia de  cómo los traficantes de cocaína financiaron campañas políticas para proteger su industria y en el camino, el presidente que lideraba la pandilla de políticos criminales fue botando uno a uno aun a los más fuertes y veteranos para consolidarse ya no como un simple transportista sino como un proveedor central de servicios logísticos, con nuevos nichos de mercado de cocaína en Honduras.

Esta es la historia de los ríos de sangre provocados por sicarios de las Fuerzas Armadas de Honduras, de la Policía Nacional de Honduras y de la Mara Salvatrucha. Asesinos a sueldo al servicio de narco políticos y de los traficantes de cocaína, Los Cachiro y Valle Valle.

Esta podría también ser la historia del complot de los Valle Valle para asesinar al ex presidente Juan Orlando Hernández al sentirse traicionados por el que había sido su socio.

Esta es la historia que entre el 27 y 28 de febrero de 2024, Devis Rivera Maradiaga ha contado en la Corte del Distrito Sur de Nueva York, sentado a la izquierda del juez Kevin Castel y con 14 jurados a la par de él viendo sus respuestas.

La historia al revés

Esta otra es la historia que intenta vender la defensa del acusado: un presidente a punto de ser asesinado por los Valle Valle en venganza porque había empezado a perseguir e incautar propiedades de narcotraficantes con la valentía que nadie había tenido.

Un presidente que nunca supo que sus subalternos del Partido Nacional, inclusive su hermano Juan Antonio Hernández, habían pedido dinero a su nombre para estafar a los Valle Valle, a Los Cachiros, Neptalí Mejía Duarte y al colombiano “Luis Pérez”.

Un expresidente que ahora es enjuiciado en Nueva York porque una camarilla de criminales sanguinarios quiere tomar venganza por su lucha sin cuartel y sin precedentes parecidos. Esta es la otra historia que se desprende de los alegatos de la defensa durante su interrogatorio en el tribunal.

El cambio de poder criminal en Honduras

Este cambio radical en el panorama criminal hondureño tuvo como clímax el año 2009. Ese año, las drogas eran manejadas por “carteles” de transportistas que traían una tradición criminal solidificada sobre todo durante los gobiernos del Partido Liberal porque este era el grupo político que había gobernado por más tiempo Honduras.

Para 2009, Los Cachiros llevaban cinco años como los líderes en pleno auge. En 2004, cuando el país era presidido por el Partido Nacional, los cachiros habían tomado el liderazgo como la banda más importante de transportistas de cocaína en Honduras tras liquidar con sicarios a Jorge Echeverría Ramos, Coque Ramos.

A partir de ahí, en la próxima década fueron haciendo más próspera su red de conexiones para transportar droga y dólares. Los transportistas de cocaína en 2009, vieron la oportunidad de no solo tener infiltración en el gobierno y entes de seguridad y justicia sino de apropiarse de la infraestructura del Estado a su servicio.

El testimonio del Cachiro

En esa lógica de mercado actuaron los Valle Valle, Nery Sanabria, los Hernández Alvarado, Fredy Nájera, Neptalí Mejía Duarte, Arnaldo Urbina, Fabio Lobo, Óscar Nájera, Reynaldo Ecónomo, Julián Pacheco Tinoco y Geovanny Fuentes, entre otros. Este último protegido por Fuad Jarufe y por el alcalde de Choloma, Leopoldo Crivelli, según el testimonio de Rivera Maradiaga.

Es así como en 2009 penetraron directamente la presidencia de la República de Honduras. En 2009, Los Cachiros sobornaron a Porfirio Lobo Sosa con entre 500,000 y 600,000 dólares, dijo Devis Rivera Maradiaga.

El soborno ocurrió cuando Lobo Sosa era el presidente del Congreso Nacional y el candidato del Partido Nacional con más posibilidades de ganar la presidencia de la República de Honduras después del Golpe de Estado de 2009.

Entre 2010 y 2013, Rivera Maradiaga traficó con el hijo de Porfirio Lobo Sosa, Fabio Lobo. Rivera Maradiaga declaró que le dio sobornos y a cambio, el hijo del presidente de Honduras recibía avionetas cargadas de cocaína, le daba seguridad con la escolta presidencial para trasladar la droga por carretera desde la pista en La Mosquitia, Gracias a Dios hacia El Espíritu, Copán.

Cuando Porfirio Lobo Sosa dejó el poder les mandó a decir a Los Cachiros  “que tenían que sobornar a Juan Orlando Hernández y que tenían que apoyarlo para que fuera presidente de la República”, declaró Rivera Maradiaga.

Fue entonces cuando —según la declaración dada este séptimo día de juicio— los Cachiros, los Valle Valle, Neptalí Mejía Duarte apoyaron con sobornos la candidatura del sustituto de Lobo Sosa en la presidencia, el nacionalista Juan Orlando Hernández.

El séptimo día de juicio

Esta mañana de miércoles, Rivera Maradiaga testificó que el narcotraficante Neptalí Mejía Duarte le contó por teléfono que había sobornado a Juan Orlando Hernández con 100,000 dólares. Además, Mejía Duarte —le reveló—  que había puesto a disposición su helicóptero para la campaña política de Juan Orlando Hernández.

Con esta inversión, los narcotraficantes esperaban ser protegidos por Juan Orlando Hernández.

Una evidencia que reforzó más esa esperanza fue que en 2012 siendo candidato presidencial, Juan Orlando Hernández estuvo en el cumpleaños de Ramón Lobo Sosa con los narcotraficantes Neptalí Mejía Duarte, Javier Rivera Maradiaga, Eliel Sierra, Ramón Matta Wandurraga, Blanca, Chinda Montes, Tom Montes, Pipi Montes y Wilter Blanco.

“Le dijo a mi hermano que si yo y él lo apoyábamos para candidato nos iba a apoyar con todo lo que Javier había pedido”.

El Cachiro dijo que en esa misma fiesta, Mejía Duarte le hizo una videollamada y vio cómo tenía con una mano abrazado a Juan Orlando y con la otra detenía el teléfono.

Un diputado y hermano del presidente

En 2014, el hermano de Juan Orlando Hernández entró en contacto con el Cachiro. “Tony Hernández quería trabajar conmigo en narcotráfico”, declaró el testigo.

A cambio, Rivera Maradiaga quería que Tony Hernández le ayudara a gestionar un dinero que el gobierno de Lobo Sosa le había quedado debiendo a la empresa Inrimar que la utilizaba para lavar activos con la fachada de firmar contratos con Estado.

En ese tiempo Tony Hernández trabajaba con gente de los Valle Valle, Luis y Miguel Arnulfo y con Nery Sanabria, alias Wilson, dijo el testigo ante el jurado.

El Cachiro se reunió con Tony Hernández en Dennys. Habían gestionado esa reunión por medio del comisionado de policía Ávila Meza y del abogado de Tony, Óscar Ramírez. En esa reunión entregó un soborno de cincuenta mil dólares al diputado Tony Hernández a cambio de tramitar que el gobierno pagara sus contratos.

La traición

Pero en 2014, Honduras empezó a cambiar para los transportistas de cocaína. Lejos de ser protegidos como le había prometido Juan Orlando. Ese mismo año que ganó la presidencia, los traficantes comenzaron a sentirse traicionados.

Eso es evidente en el relato de Devis Rivera. El sicario de los Valle Valle, alias Milo, le pidió ayuda a Los Cachiros para un complot de asesinato. Milo dijo a los Cachiros que Arnulfo Valle y Luis Valle querían matar al presidente de Honduras porque les había agarrado dinero procedente del narcotráfico y ya no les contestaba el teléfono.

Rivera Maradiaga supo del complot en tres ocasiones: con Milo, sicario de los Valle Valle; con Ekónomo en reunión y se reunió con los Valle Valle.

“Los Valle Valle tenían tres motivos para estar molestos: No. uno que después que habían sobornado con dinero de narcotráfico porque Juan Orlando Hernández les ayudaba a narcotraficar juntos; lo otro que no contestaba el teléfono por soborno que le habían dado y lo último que les habían confiscado varias propiedades”.

Cuando la defensa le preguntó si tenía pruebas de esto, Rivera Maradiaga contestó que “la única prueba que nosotros los narcotraficantes poníamos en práctica era la palabra que decía un narcotraficante a otro narcotraficante”.

Para entonces la cosa iba de mal en peor porque a los Valle Valle, les habían empezado a incautar propiedades. “Los Valle Valle estaban molestos con Juan Orlando Hernández”, testificó.

—¿Aceptó ayudar en el complot de asesinato?, interrogó el fiscal del Distrito Sur de Nueva York.

—No señor—, respondió Rivera Maradiaga.

—¿Por qué no aceptó ayudar a los Valle Valle? —, preguntó el fiscal.

—“Porque en primer lugar no estaba en mi pensamiento matar a mi socio (Juan Orlando) ya lo había sobornado en dos ocasiones y en segundo lugar ya estaba trabajando con la DEA”.

Otro diputado y el presidente

Rivera Maradiaga contó que en 2004 había buscado a Reynaldo Ekónomo y le pagó porque lo había ayudado para no ser arrestado por una orden de captura por una tentativa de homicidio contra Coque Ramos. Así que de nuevo en 2014, el Cachiro buscó al diputado de Cortés, Reynaldo Ekónomo. Le pagó un soborno de 40,000 a 60,000 dólares y una camioneta blanca para que le dijera al presidente de Honduras que él no estaba participando en el complot para asesinarlo.

“La respuesta mía fue que en ningún momento quería matar al presidente de la República si yo lo había apoyado con diputados en diferentes departamentos incluyendo usted líder”, le dijo Devis Rivera a Ekónomo.

Cuando se despidieron Ekónomo se reunión con el acusado. Al estar con Juan Orlando, lo llamó y le comunicó que Juan Orlando estaba en el teléfono que no hablaría, pero que quería escucharlo.

“Recuerde líder (refiriéndose a Juan Orlando) yo más bien le he aportado por medio del diputado de Colon, Óscar Nájera, Milton Puerto, Arnaldo Urbina en Yoro y en Cortés Reynaldo Ekónomo, en ningún momento yo que he querido hacerle daño”, narró el Cachiro.

Ekónomo le dijo: “líder le voy a cortar, pero me voy a reunir con usted. Juan Orlando quedó tranquilo porque acaba de escuchar que no quiere atentar contra la vida de él, está alegre y está tranquilo”.

Un alcalde y el presidente

En 2014, Arnaldo Urbina era el alcalde Yoro por el Partido Nacional que había recibido dinero del narcotráfico para la campaña.

Durante el juicio, le mostraron a Devis Rivera una foto donde aparecen abrazados Urbina y el ex presidente Hernández. Rivera Maradiaga los reconoció a ambos en la imagen.

Urbina recibió sobornos del tráfico de drogas a cambio de “información del gobierno, bajar avionetas cargadas de cocaína en el sector de Yoro, violencia y mensajes para Juan Orlando Hernández”. Los mensajes incluían pedirle protección y Juan Orlando les mandó a decir con Urbina «que se mantuvieran discretos y no habría problema, el problema es cuando no hubiera discreción”.

Para mostrar evidencia de esa reunión con Urbina, durante el interrogatorio la Fiscalía mostró un video que Devis Rivera hizo de manera furtiva mientras viajaba en un carro con Arnaldo Urbina. Cuando mostraron el video Juan Orlando movía la cabeza, pareció inquieto, Se acercó a su defensor Raymond Colón y le dijo algo.

En una pista clandestina que tenía e Yoro, Urbina recibía aviones procedentes de Colombia y traficaba drogas con los Cachiros.

En marzo de 2014, el hermano de Arnaldo Urbina, Fernando Urbina, conversó con Devis Rivera Maradiaga porque su hermano Arnaldo Urbina estaba preocupado y molesto “porque Juan Orlando Hernández le había ordenado que no participara en política como alcalde de Yoro…porque si continuaba como alcalde de Yoro le iba afectar para la siguiente elección”.

Después de eso, Urbina continuó en política y empezaron a incautarle sus propiedades en Yoro.

Luego el Cachiro contó que por el gobernador político del Partido Nacional en Colón, Juan Gómez, ya fallecido, se dio cuenta que Juan Orlando y Tony Hernández habían hecho una pista en Lempira y que habían recibido helicóptero cargado de dólares y de cocaína. Había un militar al servicio de Juan Orlando encargado de esa pista

La MS, un alcalde, un empresario y el presidente

Entre 2009 y 2010, el Cachiro conoció a Geovanny Fuentes a través de su primo Melvin Sandres, alias Metro. Fuentes le habló con Rivera Maradiaga sobre una el control de una pista clandestina que tenía en colón y que ofrecía seguridad para traslado de cargamentos desde Colón a El Espíritu, Copán. Al territorio de Los Valle Valle.

La seguridad pretendía evitar el robo de la cocaína y para eso iban armados con AR-15, Ak 47, lanzagranadas y pistola corta con mira laser.

Fuentes le pidió, en dos años distintos, a Rivera Maradiga que invirtiera en su laboratorio de drogas en Cerro Negro, situado en un terreno del empresario Fuad Jarufe, mencionó el testigo.

El laboratorio era resguardado por la Mara Salvatrucha (MS-13) con AR-15, lanzagranadas, AK-47 y pistolas cortas.

Cuando Fuentes mató a alias El Lanchero porque le debía de 20,000 a 30,000 dólares a Los Cachiros, Devis lo aceptó como parte de su organización, dijo.

Desde entonces traficaron junto con unos tres cargamentos de droga entre 2012 y 2013). Declaró que cuando tuvieron problema con un cargamento de un guatemalteco que traía cocaína desde Punto Fino, Venezuela, la policía detuvo un camión de los de seguridad por las armas (de guerra) que llevaban.

La MS-13

Fuentes llamó al alcalde de Choloma, Leopoldo Crivelli por ayuda y finalmente el trabajador fue dejado en libertad porque había llamado al comisionado de policía Martínez y el comisionado Martínez había llamado al policía.

Geovanny Fuentes trabajaba con la MS-13. Los Cachiros también trabajaron con la MS-13 desde 2004 a 2013.

La MS-13 recibía avionetas cargadas de cocaína, daban seguridad al transporte de un lugar a otro. Los mareros iban con gente armada adelante y atrás.

En 2004, Devis Maradiaga conocio al líder nacional de la MS, alias Porky y le pidió que asesinara a Coque Ramos. El contacto principal de los Cachiros luego fue el Chele Volqueta el tercer líder más importante de la MS-13.

Devis Maradiaga dijo que en 2020 se encontró con Geovanny Fuentes en el Centro Correccional Metropolitano de Nueva York cuando Fuentes había sido ya arrestado en Estados Unidos.

Aunque esa reunión no era permitida por la ley, Fuentes se le acercó. En esa conversación, Fuentes le dijo a Devis Maradiaga que Juan Orlando se había reunido con el empresario Fuad Jarufe en una casa que tenía Fuad en Choloma y que habían sobornado a Juan Orlando Hernández con 450,000 lempiras. Y que habían viajado a Tegucigalpa, la capital de Honduras, y habían sobornado a Juan Orlando Hernández de nuevo.

A cambio de eso, Juan Orlando lo iba a proteger de no de ser extraditado a Estados Unidos.

Maradiaga manifestó que ganó 55 millones de dólares en el tráfico de cocaína. “De ahí agarré 250,000 dólares para sobornar a Juan Orlando Hernández, 50,000 para Tony Hernández, 800,000 dólares para aliados de Juan Orlando Hernández, a Pepe Lobo 600,000 dólares, aliado político de Juan Orlando Hernández, le di a Fabio Lobo para sobornar al jefe de Inteligencia que tenía cuando estaba como presidente del Congreso Nacional, Julián Pacheco Tinoco”.

Desplazando a Los Cachiros

Para entender la trama hay que ir a 2009. El 28 de junio de 2009 hubo un golpe de Estado en Honduras. El país era gobernado por el líder del Partido Liberal José Manuel Zelaya Rosales. Su mismo partido con las Fuerzas Armadas le dio un golpe de Estado.

Hasta ese momento, con el Partido Liberal siendo el que más había gobernado el mando de los transportistas de cocaína se mantuvo sin perturbaciones, cuando el Partido Nacional tomó el poder por 12 años ininterrumpidos el mapa criminal cambió.

Juan Orlando primero traicionó a los Valle Valle que habían financiado su campaña política, luego a Los Cachiros aunque también recibió sobornos de ellos, después siguieron Arnaldo Urbina, alcalde de Yoro y su antiguo socio en Choloma, Geovanny Fuentes para después ir por los socios más cercanos de su pandilla política y no parar hasta quedarse con una empresa criminal de tráfico de cocaína con más oportunidad de negocios protegidos por tráfico de armas, sicariato y muerte. Esta es la historia que entre ayer y hoy ha contado desde su testimonio Devis Maradiaga. Esta historia continua develándose hoy en el octavo día de juicio del ex presidente de Honduras.

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