Por Jaime Flores
Tegucigalpa, Honduras |Reporteros de Investigación. Uno de los ex integrantes del bodrio, “Comisión de Depuración”, creada por el narco dictador, rebuzna por el reintegro a la Policía Nacional de más de 2,000 agentes policiales, quienes habían sido “depurados” supuestamente por estar inmiscuidos en múltiples delitos y actos de corrupción, entre otros graves señalamientos.
Para “principiar por el principio”, este bodrio, “Comisión de Depuración”, creado por el narco dictador, tenía otras intenciones y aviesas por cierto. El trasfondo no era otro que desprestigiar a la Policía Nacional; hacerla aparecer como inoperante e infiltrada por el crimen organizado para justificar a posteriori su desaparición, no por algo fue creada la Policía Militar del Orden Público (PMOP).
El narco dictador, con el apoyo de los medios y periodistas tarifados, entre ellos Rodrigo Wong Arévalo, hasta activó una matriz comunicacional para posicionar en el imaginario colectivo que las y los integrantes de la mencionada comisión eran un dechado de virtudes y a su vez estigmatizar a los policías “depurados” con los peores adjetivos calificativos: asesinos, narcotraficantes y extorsionadores, entre otros.
Las y los integrantes del bodrio “Comisión de Depuración” fueron escogidos con lupa por el narco dictador, él sabía de su condición de serviles, y por ende se prestaron a su “juego” y empezaron a “depurar” no a los corruptos y a los delincuentes, sino que, a los honestos, porque estos estorbaban al cartel de los Hernández.
“Quitan a un pícaro y a diez honestos”, dijo en una ocasión un agente policial.
Asimismo, jugaron un papel importante como caja de resonancia del narco dictador en el supuesto proceso de depuración; la tristemente celebre Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ), ahora negando su apoyo a la narco dictadura y alineándose con el nuevo gobierno. ¡El descaro y el cinismo en su máxima expresión!
Un juez ha enderezado el entuerto cometido por el bodrio “Comisión de Depuración” y ha emitido sentencia de obligatorio cumplimiento y ordena el reintegro de los policías “depurados” y como era de esperarse Omar Rivera, el más fiel de los sirvientes del narco dictador, salió a rebuznar.
Y no es un capricho decirle asno a este individuo. En una ocasión Omar Rivera ofreció patadas a los diputados, lo que indica que para él es una costumbre dar coses; forma que utilizan los burros para defenderse de las agresiones o para comunicarse entre sí, pero de ellos se entiende y se comprende.
Pero volviendo al tema que nos ocupa, también salió a rebuznar la señora de mirada fiera, torva y esquizofrénica, que, si bien no formó parte de la “Comisión Depuradora”, si tuvo sus manos metidas en todo ese menjurje policial.
Avaló al ahora extraditado, Juan Carlos Bonilla, para que fuera nombrado director de la Policía Nacional. No finjamos demencia ¿Quién no sabía del “Tigre” Bonilla? ¿Quién no sabía de las actuaciones de este individuo? ¿Qué intereses tenía para promoverlo? Preguntas que se quedarán en el tintero.
Ahora que el juez ha remediado el entuerto cometido por los miembros de la mencionada “Comisión de Depuración” y debido a que es un mandato de obligatorio cumplimiento y al Estado no le toca más que acatarlo; estos hombres y mujeres deberían, al menos, quedarse callados y esperar pacientemente que algún día los operadores de justicia enderecen una acción penal en su contra.
Y es que motivos para encausar judicialmente sobran. Dentro de los tantos, podría ser los daños psicológicos y materiales que sufrieron los policías depurados; a tal extremo fueron perseguidos, que la narco dictadura prohibió que se les diera un trabajo en el ámbito civil, además de estigmatizarlos ante la sociedad.
El gobierno tiene harta obligación de resarcir el honor a los policías “depurados” por el prurito del narco dictador; honrar, honra, dice el viejo refrán y a los que tengan señalamientos, por supuesto, a la orden de los Tribunales de Justicia, la impunidad debe erradicarse en la institución policial para su propia salud.
